4 ! Es un capricho.

Start from the beginning
                                    

— Comida, está lista. — dijo entre dientes con una sonrisa fría.

— Bueno. — Se acercó a la mesa aún pensando en qué pudo haber molestado a rubius de tal forma.

— Piiizzaaa! Pero rubius, dijiste que ibas a cocinar. —

— La pizza se calienta. — río.

Una vez terminaron de reír entre todos comenzaron a comer, en realidad rubius era el que comía más, Quackity no le gustaba tanto pero le preocupaba ver a luzu no probar más que unas cuantas migajas.

— Quiero enseñarle a jugar a luzu, podemos llevarnos la comida? — preguntó el pelinegro.

Rubén hubiera explotado si no supiera guardar su ira, pero aceptó, de todas formas se iba a ver con unos amigos.

— Ven! — dijo el joven sosteniendo los platos de los restos de pizza.

— Te había dicho que sé jugar. — cerró la puerta con cuidado, viendo lo limpio que era la habitación de Quackity.

— Lo sé, tenía que tener una excusa. — respondió.

— Excusa? —

— Comes muy poco, necesitas alimentarte más luzu! —

— No tengo apetito, vine porque quería verte. — dijo dejando de lado el plato.

— Pero hombre, no puedes quedarte así. —

— Estoy bien. —

El menor gruñó pero entendió que no podía obligarlo a comer si él no quería, y supuso que la pizza no le gustaba.

Luzu al ver que había logrado al menos molestarlo un poco trató de "arreglar su error".

Dio un bocado de la pizza, sintió una arcada pero quiso demostrarle que no tenía problema, le preocupaba hacerlo enojar.

— WOAH, LUSU, NO ERA NECESARIO. — exclamó tan fuerte que rubius lo escuchó, imaginó cualquier cosa posible en el momento.

De inmediato salió corriendo abriendo la puerta de golpe solo para encontrar una imagen que si bien era inocente, rubius no lo era.

Luzu estaba tratando de escupir el pedazo de pizza mientras quackity trataba de ayudarlo sacando las migajas, pero los dos medio acostados en el suelo mientras quackity tenía la espalda alzada lo convenció de que algo estaba pasando.

— Luzu, debes de vomitarlo. — dijo sin piedad.

— Seh- cough. — el chico salió corriendo para ir al baño que al escuchar la puerta de inmediato se escuchaban arcadas.

— Rubius, eso es peligroso. — dijo tratando de seguir al pelicafe, pero no tuvo éxito porque el mayor sujeto su brazo con fuerza.

— Él se tardará. — respondió forzando al menor a darle un beso, un beso que incluía saliva, y quackity lo odiaba.

— Rubius, no, él está aquí. — trató de empujarlo suavemente pero parecía que el rubio cargó todo el peso contra él. —

— No haré nada. — Respondió llevando sus besos babosos hacia el cuello del pelinegro, quien sabía que pretendía.

De inmediato forcejeo hasta que eso llegó a molestar a su pareja quien sujeto sus muñecas haciéndoles daño.

— Quédate quieto. — dijo antes de clavar sus dientes en la piel de Quackity quien se contenía por no gritar de dolor.

— Listo. — finalizó, y alejó su boca y dientes de su piel.

Quackity no podía contener las ganas de llorar, dolía, dolió y seguirá doliendo, pero antes de decir algo fue hacia luzu quien seguía vomitando en el baño.

— Luzu? — dijo entrando en el baño.

— Ewh, la pizza me hizo mal. — respondió limpiando sus dientes con el cepillo de Quackity, por un segundo el menor río olvidando lo que había pasado.

— Te robaste mi pasta. —

— Oh si, lo siento. — río.

— Creo que voy a tener que irme, recibí una llamada. — dijo luzu con tristeza.

— Está bien, luzu. — respondió, si bien le calmaba que luzu se fuera, puesto pareciera que rubius no quería su presencia, le asustaba quedarse solo.

— Te veo. . .mañana? —

— Creo, sí. — dijo en calma mientras lo veía irse del departamento.

Ahora solo quedaban él y su novio, quien le había forzado a hacerle un chupetón.

Todo lo que hago es por amor (Borrador) Where stories live. Discover now