52 ! Creo que te extrañare por siempre.

5.4K 480 387
                                    

Alexby estaba alistando los líquidos con cuidado, había estado resguardandolos unos minutos en uno de los estantes de la casa de madera. Tenía puestos unos guantes blancos con una textura parecida al látex pero era más colgante.

— Siéntate allí. — Fargan asintió, se sentó sobre una silla rechinante, soportando su espalda sobre la madera de la misma. Vio a Alexby acercar la mezcla hasta la mesa, empezó a separar las mechas cafés una por una hasta vertirlas en el color, con cuidado comenzó a esparcirlo con una espátula.

— Que relajante. — Fargan tenía el cuello medianamente torcido hacía la vista de su amigo que se encontraba preparando el decolorante.

— Se ve que lo disfrutas mucho. — sonrió de forma burlesca viendo como las mejillas de Fargan aumentaban en color.

— ¿Qué pasó con aquella chica? — Alexby tragó su saliva, dejando la espátula por un segundo, tuvo que pensarlo por un momento.

— Ella no era la gran cosa...ehm, así que me rechazó. — parecía que su garganta iba a explotar, pero Fargan pulsó la punta de su nariz usando su dedo.

— Nunca ví a alexby triste. — sonrió, pero logró ganarse un pequeño golpecito en su frente.

— Que pesao que eres, hombre. — fargan río, tapando el medio rostro que le quedaba evitando mostrarse avergonzado.

— Listo, debemos esperar. — se sentarón sobre el colchón del sofá rojo parecido al carmesí, Alexis empezaba a jugar con sus dedos de forma ansiosa por el silencio.

— Fargan, ¿qué crees que haya mal en mí? —

— ¿Eh? — estaba sorprendido ante aquel habla.

— Me han estado rechazando...todos estos años, cada vez que creo enamorarme es para mal. Y es que, quien no rechazaría a alguien como yo? — fargan hizo una mueca, y con precaución acercó su cuerpo hacía el de él.

— Quizás simplemente no eran la persona correcta...sabes, tú eres bueno, eres más que bueno. Eres tan...ugh, necesito decirte algo. — estaba titubeando, necesitaba aprovechar la oportunidad de haberle dicho.

— Sí? — pero las dudas lo invadieron, qué pasaría si el chico se negaba a aceptarlo? Todo habría sido en vano y la vergüenza haría que se separarán.

— ...creo que a un amigo le gustas, sí! Jaja. — Alexis lo miró confundido, y acercó más su cadera hacía la de él.

— Creo que no has entendido, no quiero que otras personas me quieran, quiero que las personas que quiero me quieran. — cerró los ojos tratando de apoyar su cabeza en el hombro de fargan, y a parte de lograrlo pudo sentir el brazo del mencionado sujetandolo.

— Lo sé. — sonrió de forma dulce, desde ese momento aceptó que no había mucho que hacer, debía callar su corazón para no romper un lazo más fuerte que el del amor romántico.

Hubiera deseado, que en ese momento fargan se declarara. Porque si bien quise mucho a aquellos que creía amar, fargan era el único que era tan importante para mí, que no quería arruinar. Pero ahora está muerto, y lo último que le dije es que fuera un buen policía, no estuvo mal, solo deseo ver su cara una vez más para poder confesarle que quería ser el novio de él y de nadie más.

Fue aquello lo que pensaba Alexis, quien seguía postrado en la camilla, escondiendo su medio cuerpo con una mirada penetrante dirigida hacía el suelo de cerámica blanca, ese sonido de los latidos de su corazón era como un mosquito dentro de su oído, seguía recordando todo el tiempo lo poco y nada que le ofreció a su amigo.

Lo mucho que quería besarlo, pero después de todo, nunca se atrevió, su miedo impusó una barrera que nunca acabó de romper, sentía ese aroma a soledad por donde estuviera, por mucho que se revolcará en la cama seguía extrañando despertar con su presencia en la camilla contraria.

Todo lo que hago es por amor (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora