Capítulo 48 El lago

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Había pasado un día desde que habían llegado a esa situación. A menudo tenían que mover los labios para que no se le quedaran pegados, sus barbas se habían congelado hasta formando pequeños carámbanos.

Robb se sentó junto a Jon, los hombros de los dos presionados juntos en un intento desesperado de calor. Para distraerse, tanto del frío como de la gravedad de la situación, Robb pasó las horas recordando. Le gustaba pensar en la primera vez que vio a sus hijos, la primera vez que lo llamaron 'padre', que en su tono infantil sonaba como 'pade'. Se imaginó a sí mismo, sentado con Alysnane en su alimentación, con sus hijos en ambos regazos de los padres y Viento Gris a sus pies dormido.

-Dilo-dijo Jon en voz baja a su lado.

-¿Decir el qué?-preguntó Robb, con la voz ronca por el frío.

-Di que tenías razón-Jon negó con la cabeza, mirando fijamente a los enemigos que los rodeaban. -Si te hubiéramos escuchado, no estaríamos aquí.

Robb no se movió para negarlo. Si no se hubieran aventurado al norte, cuatro personas aún estarían vivas y ellos no estarían al borde de la muerte.

-Tal vez nunca debiste darme la corona- sugirió Jon, poniéndose de pie antes de que Robb pudiera responder. Reflexionó sobre lo diferente que sería la situación si lo hubiera hecho .

-Siempre tienes un plan, Robb- comentó Jon, frotándose las manos enguantadas. -Por favor, dime que tienes uno, ahora.

Robb levantó la vista confundido, sorprendido por el comentario de su hermano. Jon tenía razón, Robb siempre tenía un plan. Pero nunca había tenido que pensar el como sacar a unos hombres en medio de la nada rodeados de criaturas que no podían morir si no eran quemadas o por medio de un metal especial.

-Mataste a un caminante blanco cuando capturamos al otro, y de repente todos murieron- comentó Robb, frunciendo las cejas con interés mientras miraba a su hermano. -¿Por qué ocurrió eso?

-No estoy seguro-Jon se encogió de hombros.-"La mejor suposición es que él había sido el que convirtió a los demás-

-¿Hay alguna forma de saber quiénes son estos... digamos, Señores 

-No tengo ni idea-suspiró. Fueron interrumpidos por Beric acercándose por detrás, extinguiendo su espada encendida en la nieve y luego manteniéndola en alto, inclinándola hacia un grupo de caminantes en la cima de la montaña.

Robb nunca se había dado cuenta del hecho de que este grupo particular de cinco iban a caballo, mientras que el resto viajaba a pie. Se preguntó si eso los convertía en superiores.

-Mataremos a ese-Beric apuntó con la punta de su espada al blanco en el centro del grupo, que se destacaba entre el resto.

Robb se erizó al verlo. No podía ver sus ojos, pero sintió que su mirada se clavaba en él, algo que le puso la piel de gallina.

-El Señor de la Luz no nos trajo de vuelta para vernos morir congelados-siguió diciendo el tuerto

-Que le follen a ese señor-murmuró el Perro tiritando

El momento en que se dieron cuenta de que el hielo se había vuelto a congelar, probablemente lo marcarían como uno de los peores momentos de sus vidas. Sandor tiró una piedra a un caminante, pero no le dio, si no que cayó en el hielo.Y al ver que este no se rompió, solo significó una cosa.

Una vez que el primer caminante cruzó el hielo, comenzó una reacción en cadena, hasta que uno por uno, la primera línea de enemigos comenzó a dispersarse lentamente por el hielo, directamente hacia ellos.

-Mierda- maldijo Robb por lo bajo, levantando su espada .

Sin necesidad de que se lo dijeran, el grupo se organizó en un círculo, cada persona con su propia área para vigilar y defender.

Alas de cuervo // Robb StarkWhere stories live. Discover now