Capítulo 32 La propuesta

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En el momento en que regresó a Árbol del Cuervo, Alysanne no quería nada más que colapsar en su cama, abrazar a sus hijos y no salir de su habitación en una semana.

Sus botas tocaron el suelo después de que ella desmontó su caballo, y no pasó mucho tiempo hasta que fue recibida por el amigo peludo que dejó atrás para proteger a sus bebés.

-Hola- dijo en un tono suave, inclinándose y acariciando la cabeza de Viento Gris con cariño. Él la olió implacablemente, finalmente decidiendo que ella estaba lo suficientemente bien como para dar un paso atrás. Le siguió un silencioso Fantasma que repitió la acción de su hermano.

Jaime no estaba allí para saludarla cuando llegó, en cambio, el resto de los ocupantes de Árbol del Cuervo estaban, y parecían enormemente confundidos por el carruaje de personas nacidas en Fuerte Terror que ayudarían en el castillo o se unirían al creciente ejército de Alysanne.

La chica no estaba interesada en dar un discurso sobre su victoria, seguramente la noticia ya les había llegado, a juzgar por los aplausos y vítores que recibieron cuando las puertas se abrieron por primera vez para permitirles entrar.

Todo lo que quería hacer era sostener a sus bebés y nunca dejarlos ir.

Entró corriendo a la habitación, la nodriza sujetando a Rondal y meciéndolo suavemente para calmar sus llantos. El corazón de Alysanne se derritió cuando lo escuchó, abriéndose camino para tomarlo con cuidado en sus brazos.

Ser madre la había cambiado, quizás la había vuelto más feroz. Donde antes en una batalla luchó brutalmente por una causa, ahora luchó con uñas y dientes para sobrevivir y regresar con ellos.

-Hola, dulce niño- susurró ella, acariciando suavemente su mejilla con el dedo. Mirándolo, luego se volvió hacia Cregan, que miraba a su madre con los ojos muy abiertos y curiosos.

Alysanne acomodó a Rondal, ahora calmado, en uno de sus brazos, y luego levantó a Cregan también, para pasar el mismo tiempo prestándoles atención a ambos.

Estaba en medio de un tarareo para los niños cuando la puerta de la guardería se abrió de repente y finalmente se reveló el león ausente.

-Oh, mira quién es-puso los ojos en blanco, con un tono lleno de sarcasmo- decidiste recibirme por fin.

-Alysanne, he estado manejando el puto lío que has causado-la sorprendió por la ira en su voz.No esperaba ese recibimiento, habían acabado en buenos términos, el león a regañadientes pero aceptando.

Levantó la cabeza de sus hijos para notar su expresión facial, que era completamente seria.

Acomodándolos de nuevo en la cuna para , Alysanne asintió con la cabeza a la nodriza y salió al pasillo para hablar con Jaime.

-¿Qué es? ¿Qué está pasando?

-Roose Bolton ya tomó represalias- se apresuró, instándola a moverse por el pasillo con él.

-Está bien... esperábamos esto, Árbol del Cuervo está a salvo por lo que puedo ver. ¿Qué requiere tu estado de pánico?

-Él no atacó a Árbol del Cuervo- la miró con ojos frenéticos, finalmente la había llevado a la ventana donde podía ver una gran multitud, llena de hombres, mujeres y niños, esperando en el patio.

Cada uno se veía peor por el desgaste, llorando y luciendo como si hubieran sido los que se involucraron en la batalla.

-¿Quiénes son?- preguntó preocupada.

-Los habitantes de Último Hogar- respondió -Bolton no fue por nosotros, fue por los Umber

La mandíbula de Alysanne se abrió con absoluto horror, se agarró los pelos estresada.Había ido contra la casa más escéptica a ella.

Alas de cuervo // Robb StarkWhere stories live. Discover now