Capítulo 11 La similitud

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Sus manos estaban atadas con grilletes de metal, no es que importara de todos modos. Dos manos fuertes agarraban cada uno de sus brazos y la estaban medio arrastrando a través de las puertas.

Gregor encabezó el grupo, con ella directamente detrás de él. Cuando se hubo despertado, se despertó boca abajo sobre su caballo y su gran mano agarrándola por sus posaderas. Si pudiera lo habría descuartizado ahí mismo por su insolencia.

Cuando el grupo desmontó de sus caballos, él la tiró de su caballo con tanta fuerza que el golpe de su cabeza contra el suelo hizo que su nariz comenzara a sangrar.

No tenía que adivinar en qué fortaleza estaba ahora. Gregor era leal a Tywin y Harrenhal no estaba muy lejos de donde la habían capturado.

El rostro de Alysanne estaba pétreo, ya la habían visto romperse en su campamento y no iba a permitir que eso volviera a suceder. No importaba lo desordenada que se viera en ese momento, con los ojos hinchados, el cabello revuelto y las mejillas raspadas. No iba a volver a caer, no ante ellos.

Permanecieron en la plaza abierta por unos momentos hasta que Él llegó. Supo exactamente quién era en el segundo que lo vio, Tywin Lannister. Era intimidantemente alto, con una expresión de superioridad grabada permanentemente en su rostro y la más mínima sonrisa en sus labios.

-Ser Gregor, te has superado a ti mismo-felicitó Tywin. 

Su voz era fría y terriblemente tranquila. Alysanne estaba acostumbrada a los modales ruidosos y bulliciosos de los señores del norte, por lo que esto era absolutamente extraño para ella.

Tywin se acercó a ella entonces, deteniéndose cuando estuvo frente a ella y juntando sus manos detrás de su espalda.

-¿Es esa la forma de tratar a una dama?- Le preguntó a los hombres que la habían estado sujetando con fuerza.

Alysanne se quedó en silencio, mirando al hombre con atención. Él no rompió su mirada ni una sola vez, y ella estaba decidida a mantenerla para no parecer débil.

-Lady Alysanne, qué honor es tenerla como nuestra invitada-hizo una mínimo gesto con la cabeza, como si de verdad la respetara

Ante esto, ella acumuló suficiente saliva en su boca como pudo y escupió directamente en el ojo de Tywin. Cerró los ojos y apenas se estremeció cuando La Montaña la golpeó su mejilla y la tiró al suelo.

-Os hacía más educada mi señora- respondió el león sin perder la compostura, antes de tomar un pañuelo que le ofreció uno de sus hombres y limpiarse la saliva .-El norte os ha asalvajado me temo

-No hay honor en secuestrarme y matar a todo mi campamento yendo por la espalda, mi señor

-¿Y tendernos una trampa y secuestrar a mi hijo si?-alzó una ceja-Llévala a su habitación, estoy seguro de que estará mucho más cómoda allí-ordenó

Los dos que la sujetaban la arrastraron aún más bruscamente dentro. No se atrevió a contraatacar cuando estaba tan superada en número, por lo que siguió adelante en silencio.

La llevaron por un tramo de escaleras, agarrando un palo encendido en el camino para guiarlos en la oscuridad. Cuando llegaron a lo que supuso que era su "habitación", que en realidad era una celda de prisión, abrieron la puerta de metal y casi la arrojaron adentro.

Alas de cuervo // Robb StarkWhere stories live. Discover now