Capítulo 12

332 32 4
                                    


-No pasa nada, Richard. No te has callado ni un maldito segundo.

-Bueno, no te enojes, yo solamente trato de ayudar. -Habló el de cabellos teñidos mientras alzaba las manos en gesto de paz, no era buena idea que el alfa se enojara, más.

-Pues no estás ayudando, deja de preguntar estupideces.

-Hombre, basta, tranquilízate, no es mi culpa lo que sea que está pasando.

-Nadie dijo que lo fuera.

Joel estaba bastante inestable emocionalmente, por decirlo de alguna forma y no era para menos, su mejor amigo, Richard, un alfa bastante agradable, llevaba aproximadamente media hora haciéndole preguntas que no podía responder y era precisamente eso lo que lo incomodaba, que ni siquiera sabía que carajos pasaba, él no tenía ni la menor idea del por que aquel chico de ojos verdes, prácticamente le había declarado la ley del hielo. El rizado no podía encontrar una sola respuesta coherente que le indicara al menos una pequeña razón, porque todo había estado bien, raro pero bien hasta que...hasta que ese ojiverde lo sacó de su casa prácticamente a patadas. ¡Él realmente lo había botado de su casa! Y no no solo eso sino que después, cuando lo vió en la empresa, el chico había sido aún peor, lo había tratado como si le importase medio pepino su existencia.

-Entonces ya deja de gruñir, realmente apestas a perro enojado. -El alfa más joven gruñó en dirección a su amigo, normalmente no se comportaba así y sabía que si el moreno le recriminaba su comportamiento, era porque realmente estaba siendo molesto pero...¿Qué podía hacer Joel? Su mejor amigo no estaba enterado de nada y a decir verdad, le daba vergüenza admitirlo.

-Deja de molestar y dime a que viniste, estás ahí solo preguntando cosas pero no has dicho por que estás aquí. -Richard suspiró, él realmente quería a Joel, era su mejor amigo muchísimo antes de convertirse en su cuñado pero justo ahora se preguntaba si valía la pena esa amistad. ¡Vamos! Él solo había venido feliz a comentarle que se iría de viaje con Yose y resulta que se había encontrado con un rizado bastante...indeseable.

-Nada...vine a ver como estabas y a decirte que Yose y yo iremos a Paris para celebrar nuestro aniversario. -Richard era un hombre agradable, era el tipo de alfa que siempre tenía una sonrisa en sus labios, que trataba de animarte en cualquier momento del día y el rizado realmente lo quería, por ello nunca se opuso a su relación con su hermana pero ahora no estaba en condiciones de nada.

-¡Oh!

-Si...¡Oh! -Era notorio el ligero desencanto en la voz de Richard y de alguna manera, eso hizo que Joel decidiera dar un pequeño paso, a fin de cuentas, su mejor amigo no tenía la culpa de nada de lo que estaba pasando y no era justo que le minimizara su emoción por el viaje.

-Yo...lo siento, lo siento, Rich. Se que estoy pesado pero es que hay algo...

-¿Algo? ¡No me digas! No me había dado cuenta. -Joel volteó los ojos, la burla de su amigo no le caía bien.

-Richard, estoy hablando en serio. Si vas a seguir con tu...

-Ya, hombre, habla de una vez. Se que te sucede algo porque te conozco, así que suéltalo. -El rizado suspiró, era momento de decirlo, a fin de cuentas, tal vez hasta le ayudaba a pensar.

-Bueno...yo... conocí a alguien. -El silencio se instaló entre ambos y por larguísimos minutos nadie dijo nada. Joel se sentía estúpido y por la forma en que su amigo lo miraba, dedujo que él pensaba lo mismo. -¿No vas a decir nada?

-Hombre es que...no se que decir. Conociste a alguien pero al parecer no es bueno. ¿O si? Digo, es que si fuera bueno, no estarías con ese humor de perros. ¿Qué pasa? -Bien, Richard definitivamente lo conocía y Joel hasta se alegraba de que llegara solo a esa conclusión, así que se acomodó en su silla giratoria y dió rienda suelta a todo aquello que lo tenía de cabeza.

ForeignWhere stories live. Discover now