Capítulo 3

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-¿Ves? Te lo dije Zabdi, solo le hacía falta salir, está hermoso.

-Si...te ves bien, Erick, me alegra que hayas decidido venir.

-Bueno...la verdad es que no me quedó otra opción, tu esposo puede llegar a ser muy...intenso. -Los tres sonrieron mientras que el alfa enfilaba el auto rumbo al lugar en que se realizaría la fiesta, él mejor que nadie sabía lo verdaderamente molesto que podía llegar a ser su omega cuando se lo proponía.

-Yo solo quiero que te distraigas un poco, Er, se que no quieres salir y entiendo pero también es necesario que respires un aire distinto y hoy iremos a un lugar bonito donde habrá comida buena.

-Tú solo piensas en comer. -Respondió el ojiverde desde el asiento trasero, para nadie era secreto que su mejor amigo era un amante de la comida.

-Pues si, amo comer pero Dios me dió este cuerpo sexy que no engorda, así que lo aprovecho.

Otra ronda de risas llenó el interior del auto, Erick no podía negar que realmente le hacía bien estar en compañía de sus amigos, a fin de cuentas eran lo único que tenía y habían estado con él en los momentos más difíciles y dolorosos de su vida. El resto del viaje fue tranquilo, ameno y relajado, entre comentarios graciosos por parte de Chris y una verdadera sensación de tranquilidad, por primera vez en mucho tiempo, Erick se dejó llevar, se dejó envolver por un ambiente tranquilo porque sabía que lo necesitaba, sabía que a pesar de que en poco tiempo llegaría esa fecha tan odiada, le vendría bien un cambio de aire, una noche distinta en un lugar bonito con una cena deliciosa. Si...un rato diferente no le haría daño, nada podía lastimarlo más.

-Llegamos. -La voz de Zabdiel hizo eco en el pequeño espacio, los nervios del ojiverde se dispararon, no estaba listo para pasar horas rodeado de desconocidos.

-¡Hey! Er...todo estará bien, tranquilo. -No se había dado cuenta de que estaba temblando hasta que alzó los ojos para encontrarse con la mirada preocupada de su mejor amigo. Suspiró tratando de alejar los malos pensamientos, debía ser fuerte, debía serlo.

-Lo...lo siento. -Susurró avergonzado, no quería arruinar la noche de sus amigos.

-Está bien, pequeño, solo fue un momento, vas a estar bien. -Esta vez fue Zabdiel quien intervino, como alfa su instinto era proteger a un omega en momentos difíciles y aunque Erick no era suyo, sentía un cariño especial por el chico, lo había visto crecer y era consciente de que no tenía a nadie más que a ellos.

-Gracias...yo...

-Tranquilo...nos tomaremos el tiempo que necesites para salir y si en algún momento quieres irte, nos iremos. ¿Está bien?

-Está bien...gracias Zab. -El ojiverde dió una pequeña sonrisa, Chris y su esposo lo observaban con cariño, con cariño real y eso le dió la fuerza para decidirse. -Vamos...entremos.

-¿Seguro? -El omega castaño habló esta vez, lo que menos quería era hacerlo sentir presionado, cuando lo hizo venir a la cena no tenía contemplado que Erick sufriera un ataque de pánico y de alguna manera se sentía culpable.

-Si... estoy bien, Chris. Lo prometo. -Alzó su mano con el dedito meñique alzado, su amigo sonrió, era una costumbre que tenían ambos, así que entrelazó sus dedos a modo de promesa y después de una sonrisa entre los dos, salieron del auto.

-La cena será en una media hora, tengo entendido que antes habrá una pequeña intervención por parte de la empresa y después se hará la fiesta. -Zabdiel hablaba bajo, los tres caminaban rumbo a la entrada del lugar en el que ya habían muchas personas.

-¿Qué es lo que se celebra? -Quiso saber el pequeño, sabía que Zabdiel trabajaba en la industria de la publicidad pero no estaba enterado de todos los detalles.

-Es que la empresa para la que trabajo consiguió un buen contrato con un magnate de la industria. El tipo está sobrado de dinero y compró las acciones de la empresa para la que trabajas, Er. No lo conozco y quizás nunca lo haga porque no soy más que un trabajador pero bueno...mi empresa fue invitada a este evento.

-¿La fiesta es de mi empresa? -Erick estaba boquiabierto, obviamente sabía que su lugar de trabajo ahora pertenecía a un nuevo dueño, su jefe lo había comunicado esta semana pero no esperaba que justo ahora se encontrara asistiendo a un evento en el que posiblemente estaría parte del personal de su edificio y mucho menos que el dicho magnate que habia comprado el lugar estaría también.

-Bueno...técnicamente es del nuevo dueño, supongo que como le sobra el dinero quizo hacer un espectáculo y por eso mi empresa y la tuya están acá hoy.

-¿Está bien que venga yo? Digo...es que...

-Erick... tranquilo, vienes como acompañante mío, no va a pasar nada. -El ojiverde no estaba tan seguro, tenía miedo de encontrar a su jefe acá, tenía miedo de que le recriminara asistir a un evento que no contemplaba a personas de su clase.

-Esto...yo...

-Bienvenidos, pasen al salón principal, la cena será servida en breve. Disfruten su noche. -La voz del señor encargado de recibir a los invitados los interrumpió y aunque el ojiverde estaba más nervioso que antes, decidió callar, ya estaban entrando al salón.

-Buscaré nuestra mesa.

Avisó el alfa y se fue a hacer lo dicho dejando a los omegas cerca de la entrada. Chris estaba contento, aunque lo negara, le encantaba estar en lugares como este, caros y refinados pero Erick se sentía totalmente anonadado. Él trabajaba en una empresa en la que el buen gusto y el lujo era pan de cada día sin embargo su posición no era precisamente refinada, no era de los que pasaban horas sentados en una computadora con ropas finas y caras, no era de esos que asistía a eventos de clase alta, él era simplemente el chico omega sin alfa ni marca que limpiaba el suelo y los cristales.

-Er...vamos, Zab encontró nuestra mesa. -Miró a su amigo que veía hacia un punto exacto con una sonrisa en sus labios, al girar sus ojos pudo encontrar al alfa unos metros más allá con la misma cara de idiota de su amigo y entendió que él jamás tendría eso, jamás estaría atado a un alfa que lo amara con todos sus defectos, tal y como hacía Zabdiel.

-Vamos.

Caminaron juntos hasta el sitio en el que cenarían y Erick se prometió otra vez disfrutar. ¿Qué podía salir mal? Si por obra del destino su jefe lo viera esta noche, no tendría por que incomodarse, no estaba haciendo nada malo y se encontraba fuera de su horario de trabajo, así que no le importaba, pasaría una velada increíble con una buena cena y compañía agradable, por esta noche sería un Erick distinto o tal vez solo sería el mismo Erick feliz que alguna vez fue antes de que las desgracias tocaran a su puerta.

 ¿Qué podía salir mal? Si por obra del destino su jefe lo viera esta noche, no tendría por que incomodarse, no estaba haciendo nada malo y se encontraba fuera de su horario de trabajo, así que no le importaba, pasaría una velada increíble con una ...

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