Capítulo 14

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Erick ya no pensaba que la idea de Chris era buena, al principio creyó que tenía razón, que valía la pena intentar darle una oportunidad a aquel alfa pero resultaba bastante difícil si ese alguien estaba ausente. Otra semana había transcurrido desde aquella tarde lluviosa en que su mejor amigo lo ayudó a aceptar que estaba en problemas de amor, otra semana de puro trabajo y noches vacías en las que añoraba en silencio una presencia que evidentemente no tenía cerca y de una u otra forma, había vuelto al punto de partida, había vuelto a estar renuente a dar un paso hacia aquel hombre porque el solo hecho de haber desaparecido sin dejar rastro, además de sumirlo en una tristeza que ya no quería soportar, le hacía darse cuenta de que ese alfa no tenía ninguna intención de estar con él, no al menos de manera seria y mucho menos romántica. Erick estaba convencido de que como él lo rechazó, ese hombre había decidido cambiar el rumbo y jugar a los destinados con alguien más.

Era frustrante, muy frustrante porque se sentía mal, porque contaba con al menos cuatro estados de ánimos distintos y ninguno era mejor que el otro, no era sencillo pasar de la rabia al llanto y del dolor a la frustración en cuestión de segundos. Los últimos dos días fueron bastante pesados, la carga de trabajo sobrepasaba la normal, todo debido a las nuevas normas incluidas en el reglamento y que habían sido agregadas por mandato exclusivo del dueño, así que eso era otro punto en contra de aquel alfa, aún cuando no había vuelto a poner una pata en la empresa, se encargaba de multiplicar las labores de los que como él, limpiaban el suelo por el que otros caminaban. De todas maneras, existía una pequeña alegría en su corazón y aunque a veces se sentía mala persona por disfrutar de ello, no podía negar que cuando tres días atrás notificaron a los empleados que el anterior jefe había sido removido del cargo, su corazón latió feliz y es que ralmente odiaba a aquel señor y toda la arrogancia y prepotencia con la que siempre trataba a los trabajadores. Así que al menos tenía esa buena noticia en su vida y aunque el alfa con el que había soñado se hubiese marchado sin dejar rastro, siempre se agradecía respirar un poco más tranquilo, al menos en el ámbito laboral, así que podía con la carga de trabajo adicional, era capaz de soportarla.

Removió un poco la salsa que estaba haciendo y probó el punto de sal, no le gustaba que la comida quedara salada, así que cuando comprobó que estaba deliciosa y sin ningún exceso, se sintió satisfecho. Iban a dar las seis de la tarde y tenía casi todo listo para la cena, la ensalada fresca y bien aliñada, los panecitos de ajo recién salidos del horno, el pollo a la plancha jugoso y calentito mientras terminaba su maravillosa salsa para los espaguetis. Hoy vendrían sus amigos a pasar la noche, Christopher había insistido en que los tres necesitaban un día para compartir, hacer chistes y probar la comida del ojivede que por cierto, era deliciosa, así que él había aceptado porque merecía un momento de tranquilidad.

Un mensaje de su mejor amigo le anunció que estaban a pocos minutos de llegar, así que se apresuró para tener servida la mesa y poder cenar en cuanto la pareja arrivara, la idea era comer los espaguetis recién hechos. El apartamento era pequeño, el diminuto comedor se encontraba dentro de la cocina y a pesar de que el espacio era reducido, el ojiverde tenía la capacidad de ser bien organizado, así que la mesa con sus sillitas cabían perfectamente en el lugar y se podía disfrutar de una comida en un ambiente ameno. Casi terminando de colocar los últimos detalles, el timbre sonó, señal de que sus amigos estaban ahí, por lo tanto caminó con una sonrisa hacia la puerta sin saber lo que se encontraría del otro lado.

-¿Qué...qué haces aquí?

Erick no estaba listo para enfrentarlo, no estaba listo para encarar a esa persona, no estaba listo para absolutamente nada. La mirada que lo recibió del otro lado de la puerta, hizo que todo su cuerpo temblara, habían pasado semanas desde que lo vio por última vez y le había costado mucho tiempo darse cuenta de que le gustaba y posteriormente aceptar que nunca podría existir nada entre ellos como para que ahora ese alfa estuviera delante de él, con esos ojos brillosos y el cabello desordenado. No...Erick no podía con eso, él no entendía por que le estaba pasando esto ahora, no entendía por que aparecía ese hombre delante de sus narices, se suponía que hoy sería una tarde para disfrutar con sus amigos, no estaba listo para tener ni la más mínima conversación con ese tipo.

-Te necesito...Erick...te necesito.

"Te necesito"

Aquellas palabras quedaron colgando en el aire que separaba sus cuerpos, dos simples vocablos que causaron un mundo de sensaciones extrañas en su organismo y es que aunque lo negara, hacían que su lobo se emocionara, que moviera la colita como un cachorro necesitado de amor y es que no era mentira, el ojiverde sabía que su omega lo aceptaba como alfa, sabía que esa conexión extraña de predestinados existía entre ellos. Dio un pequeño paso hacia atrás, estaba temblando y el aroma de aquel hombre lo abrumaba, sus nervios estaban jugando en su contra y tenía miedo de desmayarse, si, tal vez estaba a punto de hacerlo sin embargo...

-¿Qué quieres decir con eso? -Cuestionó con la voz temblándole, los ojos del rizado no dejaban de mirarlo pero de una forma extraña.

-Te necesito....yo... ¿Puedo pasar? -Erick no respondió, solo se quitó del camino para que aquel alfa entrara, fue como si sus pies se movieran solos, como si todo su cuerpo respondiera de forma automática a las palabras de ese hombre.

-¿Qué pasa? -Cuestionó cuando la puerta estuvo cerrada y ellos quedaron solos dentro de esas cuatro paredes. El mayor no lucía muy bien, estaba algo desaliñado y Erick no pasó por alto las ojeras que se mostraban en su rostro, el alfa parecía estar pasando por un momento difícil o al menos eso creía.

-He tratado de alejarme de tí, de no buscarte, he tratado de olvidarme pero no puedo, yo...no puedo y se que no debes entender nada, que no me crees y que posiblemente me odias pero yo no puedo más. Tú eres mi omega, no tengo dudas de eso y no necesito ninguna prueba para estar seguro, me basta con olerte pero...

-¿Pero?

-Pero me rechazaste...

Y Erick comprendió, él en ese momento comprendió por que aquel hombre lucía de esa forma, por que lo miraba como si fuera el aire para respirar, Erick comprendió que aquellas historias de predestinados y amores atados, eran ciertas. No tenía forma de explicarlo en voz alta, tal vez ni siquiera podría explicárselo él mismo pero el instinto predominaba y la necesidad de sentir al alfa rodeando su cuerpo, creció. Sintió el dolor del otro como si fuera suyo y sin mediar palabra se acercó, se acercó y pasó sus delicados brazos alrededor de los hombros del rizado. El tiempo se detuvo en ese momento, el aire pudo condensarse fácilmente dentro del pequeño apartamento en el justo instante en que sus cuerpos se tocaron. Nadie dijo nada, no se emitió sonido alguno, ninguno de los dos tuvo el valor ni la fuerza para hablar, solo pudieron sentirse y durante minutos eternos, permanecieron ahí, siendo uno, absorviendo los aromas de sus lobos que aullaban en silencio dentro de sus corazones.

 Nadie dijo nada, no se emitió sonido alguno, ninguno de los dos tuvo el valor ni la fuerza para hablar, solo pudieron sentirse y durante minutos eternos, permanecieron ahí, siendo uno, absorviendo los aromas de sus lobos que aullaban en silencio ...

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