Capítulo 5

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Erick ya no estaba tan relajado, según pasaban los minutos una especie de miedo empezó a apoderarse de él y poco a poco fue remplazando a la sensación de paz que tenía al despertar. Esta no era su habitación, no era su casa y por mucho que le gustara el aroma que envolvía las sábanas y su lobo prácticamente se encontrara ronroneando como un gatito, no estaba bien, no era bueno amanecer en la propiedad privada de un desconocido. Bueno...siendo sinceros, sabía como lucía la persona dueña de ese olor, puede recordar que lo vió la noche anterior justo antes de que todo se volviera negro, sabía que era ese alfa con el que chocó a la entrada del edificio pero no lo conocía y por lo tanto, estar desnudo en su cama era...incorrecto y descabellado.

De repente algo le hizo casi saltar de la cama, él realmente estaba desnudo, totalmente desnudo y eso solo podía significar una cosa. El temor recorría su delgado cuerpo de manera incontrolable porque eso era malo, era muy malo. Él era un omega virgen, jamás había tenido intimidad con nadie y muchísimo menos había amanecido sin ropa en una cama ajena. ¿Qué diablos había ocurrido anoche? Sabe que ese hombre estaba allí pero no tiene idea de por que. ¿Quién era? ¿Por qué asistió a ese evento? ¿Acaso también trabajaba para la empresa? Tenía que ser eso, era la única respuesta que encontraba al hecho de encontrarlo en la cena y anteriormente en el edificio.

Erick se asustó más, tenía que salir de ahí antes de que alguien lo viera, antes de que ese alfa regresara. Buscó desesperadamente su ropa pero no estaba por ningún lugar, eso lo hizo temblar más, no podía estar pasando esto, no podía creer que realmente estuviera en una situación como esta, no él. Sin tiempo que perder se dirigió al closet que más bien parecía un cuarto, era gigante y de no ser porque estaba aterrado y quería salir de ahí, se habría quedado disfrutando del fuerte olor que estaba impregnado en las finas telas. Sacó una camisa que le quedaba gigante, la parte baja rozando sus muslos pero la sensación del refinado material sobre su piel y el delicioso olor, lo aturdieron por un segundo.

"Alfa"

Había pensado su lobo interno y Erick creía lo mismo, ese hombre era su alfa y a él pertenecía, lo sentía en su alma, en todo su ser y eso lo hacía dudar, no quería irse, no quería alejarse. ¿Por qué lo haría? Era su alfa y no existía respuesta diferente a esa, este era su lugar, su destino y su omega le pedía acurrucarse en la cama y anidar envuelto en las sábanas de su pareja. Estuvo a punto de hacerlo, a pocos segundos de correr hacia ahí y obedecer sus instintos pero no pasó, él rapidamente se colocó un pantalón de jogging que también le quedaba enorme y calzó sus pies en unas zapatillas deportivas que para su sorpresa, si le sirvieron. Se aseguró de que no había nadie cerca una vez que abrió la puerta y corrió.

Al menos tres horas habían pasado desde que llegó a su casa, el dolor en sus pies lo estaba matando y tenía mucha sed, demasiada

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Al menos tres horas habían pasado desde que llegó a su casa, el dolor en sus pies lo estaba matando y tenía mucha sed, demasiada. Erick se dejó caer en el pequeño sofá de la sala y suspiró profundamente. ¿Qué carajos había sucedido? Definitivamente aquel hombre era rico, no le bastó ver más que el tamaño del closet y lo poco que observó mientras escapaba para saberlo, eso sin mencionar el barrio en el que se encontraba aquella casa. ¿Qué casa? Aquello era una mansión y tuvo que caminar muchísimo hasta llegar a un lugar más normal y poder tomar un autobus que lo acercara al centro y después subirse a otro que lo llevara hasta su paradero. Fue agotador, sobre todo cuando su omega chillaba con cada paso que daba alejándose de su alfa.

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