Capítulo XXIII: Nevus

357 141 48
                                    

Todo está mal, nada de esto debería estar pasándome. Llevo mis viejos trajes de gala, pero al mirarme en el espejo, no me reconozco, no soy la misma de entonces.

Dejé mi reino por algo y... por culpa de ellos he vuelto. He regresado y debo ser la princesa que me negué a admitir que era.

Padre... volviste a encontrarme. Regresando a mi reino, a la cruel prisión que, esta vez, encarcelará a mis "amigos".

Intento convencerme de que hago lo correcto. Atisbo de reojo el desgastado rostro de padre, con nuevas arrugas en la zona de los ojos y, aunque la ira me corroe, la pena y añoranza llega a mi cuerpo por primera vez.

Quizás no esté preparada para lo que debo hacer. Pero lo haré.

⏤Astrid, es la última vez que perdono tu curiosidad por el resto de reinos ⏤expresó en un susurro manteniendo la mirada fija en la sala que, en breve, se empezaría a llenar de todos los altos cargos y consejeros de padre⏤. Aún así, sabes que te esperará un leve castigo...

⏤Lo sé, padre ⏤respondí manteniendo la mirada en el suelo. No quería que pudiera ver mi debilidad en ella.

⏤Ante el consejo dirás que tu tapadera en el exterior se extendió en secreto, pero que gracias a ello, tenemos a todos los posibles entrometidos encarcelados ⏤me recordó con despecho⏤. Como se te ocurra mencionar...

⏤No lo haré.

⏤Sabes cuál sería tu castigo, ¿no? ⏤cuestionó con una satisfactoria sonrisa.

⏤Lo sé, padre. Lo sé.

⏤Es tarde, llegarán enseguida... ⏤murmuró, provocando que mi memoria viaje a un lejano recuerdo que pensaba tener olvidado.

⏤Astrid, es tarde ⏤me indicó el consejero Siriac. Me agarraba fuertemente del antebrazo, tirando de mí hacia la puerta⏤. Llegarán enseguida, debemos ir.

⏤No quiero ⏤me quejé gritando y pataleando, intentando zafarme de su agarre.

⏤¿Prefieres que te lleve a la sala gris? ⏤cuestionó el macabro y chantajista tono de padre desde la oscuridad del pasillo.

Dejé de tirar, cayendo de rodillas contra el suelo, paralizada por el miedo.

Mis ojos, inundados de temerosas lágrimas, se cerraron con fuerza aguantando que no salieran más. Mi rostro húmedo por las que ya habían conseguido escapar se mostraba encendido por la rabia e impotencia de no poder hacer nada.

Al fin y al cabo, una niña de cinco años, no tiene nada que hacer contra un rey, ¿no?

⏤Padre... por favor... ⏤rogaba entrecortada por las incontrolables lágrimas fruto del miedo.

⏤Astrid ⏤se acercó a mí, agachándose hasta quedar en cuclillas. Alzó mi barbilla con delicadeza, sujetándola con su áspera mano⏤. Honrarás a tu reino y a tu familia, debes hacerte más fuerte ⏤apretó mi mandíbula con su mano y un quejido escapó de mis labios enfureciéndole más⏤. Eres débil y, hoy... Hoy dejarás de serlo.

⏤Rey Ronan, Princesa Astrid ⏤saludó con respeto y mirada perdida uno de los guardias, sacándome de mis oscuros pensamientos⏤. Los consejeros y líderes de los clanes del norte han llegado.

⏤Debería bajar, pero no puedo dejarte sola y sería un peligro que estuvieras abajo.

⏤Me has puesto el brazalete ⏤indiqué alzando la mano⏤ y voy desarmada.

⏤Nunca necesitaste armas, ni magia ⏤me reprochó desviando la vista a mi muñeca. Mostrando lo que empezaba a parecer una media sonrisa que me provocó sentimientos de esperanza.

Augurio ✔️ (Completa)Where stories live. Discover now