Capítulo VIII

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⏤¿Sabela? ⏤preguntó un dudoso Rhys lanzando el cuerno de nuevo al lado de la puerta⏤. Sigues fumando por lo que escucho.

La mujer se quitó la capucha que tapaba su rostro mirándole detenidamente a sus verdosos ojos.

⏤¿Rhys? ⏤preguntó sorprendida. El chico se quitó la tierra y suciedad de la cara y le mostró una leve sonrisa, Sabela avanzó con paso veloz emocionada a abrazarlo⏤. ¿Qué haces aquí?

El pelo negro de Sabela caía tapándo uno de sus ojos, lo puso tras su oreja y se separó de Rhys para poder contemplarlo mejor.

Sabela era más bajita que él, llegando hasta su hombro, aparentaba tener casi el doble de edad que Rhys y vestía las mismas telas marrones que el resto de los guardias, pero sus movimientos y actitud demostraban que era quien daba las órdenes.

⏤Traigo nuevas chicas ⏤indicó volteando su cuerpo hacia donde, asustadas, esperaban⏤. Necesitan una vida... mejor.

Sabela miró de reojo con incredulidad al grupo de Alastair y alzando una ceja volvió la vista a Rhys.

⏤También traje a unos amigos ⏤rió rascando su nuca⏤. Llevamos un día entero sin comer, interrógales dentro...

⏤Tus amigos son mis amigos ⏤respondió Sabela colocando una mano sobre el hombro de Rhys, volvió a mirar a las chicas⏤. Esta vez son muchas, me alegro.

Con la otra ordenó que se apartaran para que pudieran pasar. Los soldados de telas marrones se separaron en dos filas creando un largo pasillo entre el que avanzaban los fugitivos.

Las puertas se abrieron un poco más hasta llegar a la mitad de su totalidad.

Rhys miró a Astrid y asintió, ella golpeó las riendas y los caballos avanzaron con paso lento al interior de la muralla.

Alastair y Thermont siguieron a Rhys andando junto a Sabela mientras que los demás encapuchados dejaron sus rostros al descubierto.

⏤Así que no era la primera vez... ⏤murmuró Astrid en el oído izquierdo de Rhys. Avanzó con paso veloz hasta colocarse junto a Alastair que asintió cuando se posicionó a su lado.

Una imperceptible sonrisa se escapó de los labios de Rhys, recordó la primera vez que vino y como algunas veces decía que sería la última, pero nunca lo era, volviendo a arriesgarse aunque acabara herido.

Siempre las traía a Ciagri y Sabela les ayudaba junto con todas las buenas personas que trabajaban día y noche por construir un lugar seguro, un lugar mejor.

Todo estaba cambiado desde la última vez que fue. Casi dos años habían pasado y, aunque deseaba haber vuelto antes, las condiciones no se lo permitieron.

Uno de los edificios era grande, hecho en piedra recubierto de musgo y enredaderas que le daban un precioso tono verdoso a la blanca pared.

Annelise las tocó y sonrió recordando lo que sintió al usar su magia. Ladeó la cabeza y vió a un grupo de niños que jugaban alrededor de mujeres y ancianos.

La inmensa construcción estaba rodeada de casas más pequeñas dando la sensación de que estuvieran en un precioso pero pobre pueblo. Las puertas, de madera oscura, se habían arreglado hacía poco tiempo ya que olía a pintura fresca cuando te aproximabas, acompañado de un olor a comida que se podía percibir en el ambiente.

Los soldados que acompañaban a Sabela ayudaron a las chicas que habían salvado a bajarse del carruaje y llevaron a los caballos a las cuadras.

⏤La comida casi está ⏤informó Sabela a todos⏤. Hoy hay celebración, es... el cumpleaños de... alguien. Habrá fiesta en resumen.

Augurio ✔️ (Completa)Where stories live. Discover now