Capítulo 18

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Nathalie tenía todo listo, la mesa, cubierta con un mantel precioso con detalles bordados color blanco, unas velas en el centro, la mejor vajilla que consiguió en el vasar, dos copas, un vaso, y dos juegos de cubiertos, al ambiente lo envolvía un hermoso olor a comida casera, de fondo había música y las luces estaban algo tenues.

Todo estaba listo, la ejecutiva ya se había alistado hacia varias horas, su look consistía en una camiseta color gris bastante escotada, unos jeans azules y un sobre todo de lana color marrón.

Los nervios invadían su cuerpo como la primera vez que se paró frente a Gabriel, la sensación no era la misma pero se asemejaba bastante, ya faltaba poco para la hora pautada, ella estaba parada a tan solo unos centímetros de la puerta, cuando el ...

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Los nervios invadían su cuerpo como la primera vez que se paró frente a Gabriel, la sensación no era la misma pero se asemejaba bastante, ya faltaba poco para la hora pautada, ella estaba parada a tan solo unos centímetros de la puerta, cuando el reloj marco la hora el timbre sonó, ella contó hasta diez y abrió, para no parecer desesperada, del otro lado estaba Alim vestía su traje de siempre pero hoy por alguna extraña razón se veía más lindo que nunca, el la saludo y ella solo respondió con un sonrojó prominente en su rostro, al regresar a la realidad lo invito a pasar, lo acomodo en la mesa y se sentó frente a el, la velada comenzó, cada quien contó algo para aminorar el tiempo.

En determinado momento la pelinegra se levantó, fue a la cocina y regreso con una bandeja con la comida seleccionada, el menu: pato a la naranja con puré de patatas. Ella lo sirvió, y se volvió a acomodar; los dos empezaron a cenar, está vez en absoluto silenció, parecían dos adolescentes con la hormonas hasta el cuello y el temor de meter la pata y causar desilusión en su pareja.

─Te amo─ dijo ella de la nada ─Tu me lo dijiste pero yo me lo quería guardar para el momento indicado─ Alim sonríe

─No tienes que forzarte Nathalie. . .

─No me fuerzo, de verdad quería decírtelo, sabes. . .no se me da bien este asunto de las relaciones; solo tuve a dos personas en mi vida─ suspira ─Y con ambos me fue mal

─¿Me quieres contar?.

─A los diez años mi madre me emparejo con el hijo de una familia amiga. . .los Burden, Samuel era alguien inteligente, y muy carismático. . .pero no encajábamos, me gustaba pero yo para el era solo una enorme distracción, a los quince estuvimos a punto de casarnos, pero mi padre pensó que eso seria una mala decisión, la única forma que encontró para anular ese compromiso, fue escapar a Paris─ sonríe ─Aquí hice mi vida, y ahí aprecio el. . .Gabriel Agreste, un genio de la moda, frio, calculador─ hace una pausa ─El hombre de mis sueños. . .desgraciadamente casado y con un hijo

─¿Y crees que por tus fracasos lo nuestro va por el mismo camino?.

─Podría. . .

─No creas que te vas a deshacer de mi tan fácil─ sonríe ─Solo con un escribano publico me alejaras de tu lado─ ella se ríe ─Te amo, y es enserio; además no eres la única con una vida amorosa trágica

─Soy toda oídos.

Mientras Alim procedía a contarle su historia; un auto arribaba a la entrada de la mansión Agreste; de el bajo un hombre con características anteriormente mencionadas, saco una pequeña maleta del porta equipaje, y se acerco a la entrada para poder tocar el timbre, según lo que investigo, Nathalie era la asistente ejecutiva de Gabriel, cuidaba de su hijo y custodiaba la mansión, tanto que no dejaba su predio, salvo para representar a su jefe; después de esperar por un rato, volvió a tocar, al instante salió una cámara de un compartimiento oculto en la pared.

¿¡Que demonios quiere!?─ grito una voz masculina ─¿No ve la hora que es?

─Me disculpo, mi nombre es Samuel Burden. . .soy el prometido de Nathalie, vengo porque estoy preocupado por ella─ la risa de Gabriel inunda los tímpanos del pelinegro ─No conté ningún chiste─ se quejo 

Hace diecisiete años que trabajo con Nathalie y puedo decir que no tiene ningún prometido, ¿con que intenciones viene a esta casa, acaso quiere sacar provecho de esa estúpida lista?.

─No se de que lista habla; la señora Petroski me envía en persona, el señor Agreste la llamo y la dejo preocupada.

Hable con Ekatherina pero no fue mi intensión preocuparla, Nathalie esta bien, puedes volver a Rusia.

─¡Señor Agreste!─ se pone mas serio ─Perdón por desconocerlo, no sabia que era usted, por favor déjeme pasar, necesito verla.

La reja se abre, el teñido suspira aliviado, toma su maleta y camina hacia el predio, en segundos llego a la entrada principal, toco la puerta y la abrió, rápidamente cruzo miradas con Gabriel quien se había subido al descanso de la escalera para verse superior e imponente.

─¿Donde esta Nathalie?.

─Ella ya no vive aquí.

─¿Juega conmigo, para que me hizo pasar?.

─Estoy enamorado de Nathalie, y de existir un prometido real eso va a ser un enorme problema. . .

─Estamos comprometidos desde los diez años, yo la espero en la madre patria desde que su padre se la llevo, nuestro amor es inmenso.

─Pero ella jamás volvió. . .

─Pero al fin decidí venir por ella, y le aseguro que no querrá quedarse con nadie, solo conmigo.

─Bueno. . .admiro tu seguridad, pero déjame decir que ninguno de los dos es victorioso ahora.

─¿De que habla?.

─Ella tiene pareja actualmente, un rufián que la convenció incluso de dejar mi lado.

─No pienso aliarme con usted.

─Saquemos a ese tonto de lado y dejemos que luego ella elija.

─¿Me cree idiota?,  debe estar seguro de que lo va a elegir para proponer semejante idiotez─ hace una pausa ─La voy a encontrar solo y me la llevare a Rusia─ se gira 

─Buena surte, mientras tu estas perdido buscándola, yo ya se donde ir. . .

─La conozco muy bien señor, no tardare mucho. . .do svidaniya.

Samuel deja la mansión, Gabriel estaba un poco preocupado, ¿podría este hombre significar un verdadero peligro?; a todo esto, la cena en el departamento de Nathalie había concluido, ella y Alim ahora estaban en su habitación, besándose con pasión; ambos conectaban en un buen nivel, el calor de la pasión lentamente comenzó a aumentar, hasta que ambos comenzaron a desvestirse.

                  

Miraculous: EtéreoWhere stories live. Discover now