FLOR DE DURAZNO

CAPÍTULO 63

Me quedé atónito por un tiempo y dije: "No puedo conciliar el sueño, así que salí para ponerme de pie". Los ojos claros de Tian Shu miraron lo que tenía en mis manos. Miré la jarra de vino y dije con una sonrisa seca: "Ah, este es el mejor vino del mundo mortal. Me temo que no puedo beberlo después de que regresemos a la Corte Celestial, así que quería beber más mientras tengo tiempo."

Tian Shu me miró en silencio y pareció creerme. Este señor inmortal puso la jarra de vino en el borde de la rocalla, me quite la túnica y se envolvió con ella. Dije: "El viento es muy frío. Regresa rápidamente a tu habitación y duerme."

Tian Shu preguntó de repente: "Yo ... ¿alguna vez he sufrido alguna lesión?"

Me sorprendió. ¿Será que Tian Shu está a punto de recuperarse ? Solté: "Ahora estás en el mundo de los mortales, así que esto es una incomodidad temporal. Cuando regreses a la Corte Celestial dentro de unos días, lo entenderás todo."

Sin embargo, Tian Shu emitió un sonido agradable muy suavemente. Regresó obedientemente a su habitación y se fue a dormir. Antes de irse, me miró de nuevo y dijo: "También deberías dormir más temprano". Observé su espalda mientras entraba en la habitación. En los últimos días, cada vez que miraba al pequeño Tian Shu, siempre estaba con Heng Wen, por lo que nunca sentí que algo fuera diferente. Cuando lo miré a él solo esta noche, luego a su figura, seguí sintiendo que era vagamente familiar, como si... lo hubiera visto hace muchos años... Tal vez tenía muchas similitudes con él. El adulto Tiamin este señor inmortal.

Cogí de nuevo la jarra de vino y me la bebí de un trago. Todavía estaba tranquilo y el viento de la noche todavía era fresco. Caminé suavemente hasta el frente de la puerta de Heng Wen y entré.

Como era de esperar, el zorro estaba durmiendo en la cama de Heng Wen. Al sentir que este señor inmortal entró en la habitación, inmediatamente saltó de la cama al suelo. Con un movimiento de mi dedo, se volvió a dormir y lo llevé a la silla.

Me senté al lado de la cama y miré el rostro dormido de Heng Wen. No sabía cuánto tiempo podría seguir mirándolo así. Lo cubrí con la colcha, toqué suavemente su rostro y no pude evitar susurrar: "Heng Wen, ¿podrías volver a tu forma original antes de que vaya a la plataforma de ejecución inmortal? Incluso si fue solo un día, o incluso una noche también es bueno."

Volví a poner al zorro en la cama de Heng Wen, lo arropé y salí de la habitación.

De vuelta en mi habitación, las luces solitarias parpadeaban con una soledad sin fin. Apagué la luz y fui a acostarme en la cama.

Al día siguiente, no me di cuenta de cuánto tiempo había dormido y no me levanté hasta que el sol estuvo alto en el cielo. El sirviente dijo que los jóvenes maestros ya habían desayunado y estaban todos en el patio. Respondí que entendía y rápidamente terminé la comida, antes de caminar hacia el patio. Heng Wen y un grupo de niños estaban jugando a los dados. Era como si estuvieran jugando de verdad, y cualquiera que hubiera perdido tendría que pagar monedas de cobre. Heng Wen ya había ganado una pila que se colocó frente a él, mientras que un grupo de niños que perdieron se rascaban las orejas y las mejillas avergonzados. Sin embargo, Tian shu estaba a un lado de la mesa de piedra con una piedra de tinta y papel, sumergido en escribir algo.

Este señor inmortal se acercó y vio que un libro estaba extendido frente a Tian Shu. Tenía una pila de papel con notas densamente escritas al lado de su mano. Parecía que estaba copiando un libro.

Este señor inmortal tomó un trozo de papel y lo miró. Me sorprendió. "¿Copiar las Analectas de Confucio? Parece ser una tarea asignada por el maestro Xixi".

Tian Shu levantó la cara y asintió. "En, no sé jugar a los dados y acabo de perder antes. Dijeron que no querían mi dinero, pero que querían que los ayudara con la tarea que dejó el maestro de la escuela privada. Su maestra estuvo enfermo hace unos días y suspendió la escuela por unos días. Tienen que presentarlo una vez que comiencen las clases pasado mañana. No puedo jugar con ellos hasta que termine la tarea."

¿Entonces solo los estás ayudando a copiarlo? Pensé para mis adentros, este grupo de niños piensa que su maestro es tan tonto. Una vez que entregaron esa pila de tareas escritas con la letra de una persona. Ninguno de ellos terminaría con un buen resultado.

Casualmente recogí esa pila de papeles y les di la vuelta, quedando tan sorprendido. La escritura a mano en estos papeles, algunos de los cuales eran asombrosos, algunos de los cuales estaban en negrita y garabateados, algunos de los cuales eran pequeños y apretados, no fueron escritos por una sola persona en absoluto. Si miras el que estaba escribiendo Tian Shu, era limpio y angular. También era una especie de escritura a mano.

Estaba impresionado. "¿Todo esto fue escrito por ti?"

Tian Shu dejó de escribir y asintió. "Sí, le pedí a cada uno de ellos que escribiera algunas palabras para que yo las viera. No estoy seguro de si lo que he escrito se ve igual o no". Luego cogió la pluma y siguió escribiendo. Una vez que esa página estuvo llena nuevamente, Tian Shu dejó su bolígrafo, me entregó el papel y me pidió que lo apilara en esa pila de papel. Tomé el papel y una vez más sentí que esto era inexplicablemente familiar, como si hubiera visto esta escena antes. ¿Podría ser que Tian Shu tuviera una situación similar cuando inscribió palabras y pinturas en la Corte Celestial? Tian Shu podría haber notado que este señor inmortal estaba un poco distraído y me miró con sospecha. Puse la pila en su lugar y me alejé.

Los niños, que estaban jugando a los dados con Heng Wen, podrían haberme visto parado frente a la mesa de Tian Shu durante mucho tiempo y se sintieron un poco culpables. Miraron en secreto a este señor inmortal mientras jugaban, y sus rostros eran un poco tímidos. Heng Wen acaba de ganar algunas monedas de cobre y las arrojó sobre la pila de dinero frente a él y dijo: "No tengas miedo, no le dirá a tu maestro". Varios niños pusieron los ojos en blanco y miraron a este señor inmortal.

Este señor inmortal sonrió amablemente. "No lo diré". De repente, estos niños ignorantes se regocijaron de alivio, gritando dulcemente: "¡Gracias, tío!" Las varias llamadas del tío me hicieron tener sentimientos encontrados en mi corazón.

Pero después de algunas rondas, varios niños habían perdido ante Heng Wen, y sus rostros se pusieron pálidos. Había una gran pila de monedas de cobre frente a Heng Wen, que consistían en el dinero de bolsillo de estos niños para comprar refrigerios. Un niño bajó la cabeza y lentamente dejó caer los dados y dijo: "No quiero jugar más".

Heng Wen se estiró perezosamente. "Ya no quieres jugar, ¿verdad? Empacamos. Recogió los dados y los volvió a poner en el bol. Luego empujó la pila de monedas de cobre frente a él y dijo con una sonrisa: "Recupera tu dinero rápidamente. Ten cuidado de que los tuyos no sean tomados por otros."

Los niños estaban todos atónitos tontos. Cuando recobraron el sentido, parecía que todos tenían algo de columna vertebral y se quedaron quietos. Uno de ellos se sonrojó y tartamudeó: "Un hombre de verdad, que está dispuesto a apostar, admitirá la derrota. Si perdemos contra ti, perdemos contra ti". Heng Wen dijo con una sonrisa: "Cuando jugamos, no dijimos que apostaríamos con dinero. Solo estábamos usando monedas de cobre para llevar la cuenta, por lo que deberían devolverse. Si quieres hablar de ganar o perder, ¿por qué no me ayudas con mi tarea cuando entre a la escuela?"

Algunos niños parpadearon, asintieron e inmediatamente corrieron con alegría, mientras volvían a guardar sus monedas de cobre en sus bolsas bordadas. Después de que terminaron, continuaron dando vueltas y se negaron a irse. Uno de los niños tartamudeó: "¿Quieres jugar a otra cosa?"

Heng Wen dijo: " ¿Pero? ¿No dijiste que ya no querías jugar más?

El niño dijo con la cara roja: "Acabamos de decir que ya no queremos jugar a los dados. ¿Juguemos unas cuantas partidas de ajedrez? Heng Wen asintió y dijo: "Está bien".

Así que dispuso el tablero de ajedrez y se vio envuelto en combate de nuevo.