Capitulo Dos: "Última Petición"

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Pasaron tres semanas desde qué Navier se había enterado de el supuesto divorcio que Sovieshu planeaba a sus espaldas, y con ello la angustia de la aún Emperatriz del imperio oriente aumentaba en gran medida ya que era muy extraño que Sovieshu todavía no anunciara nada.

- Su majestad, ¿Está angustiada? Últimamente no se ha está alimentando correctamente. - Preguntó la condesa Eliza mientras recogía el plato lleno de la mesa en dónde comía Navier.
- No es éso, simplemente no tengo apetito.
- Tengo que prepararla, en dos horas será la cena con su majestad.
- No quiero ir. Por favor, dígale que me sentía muy cansada y me vine a dormir.

La condesa Eliza asintió confundida y salió de la habitación de Navier.

Todos estaban extrañados ante el comportamiento de de Navier, ella nunca evitaba las cenas con Sovieshu, y mucho menos dejaba de comer.

Sólo pasaron algunas horas, Navier tendría insomnio ya que el dolor de estómago que traía debido a la falta de alimentos en su cuerpo no la dejaban dormir cuando Sovieshu entró a la recamara. Navier sólo vió unos segundos y cerró los ojos fingiendo estar dormida.

Éste sin percatarse de que Navier estaba despierta se sentó junto a ella y acarició suavemente su cabello rubio.

- Navier... Espero que puedas perdonarme... - Dijo en un susurro.

Ésta al escuchar las palabras de Sovieshu se exaltó.

« Entonces tenía razón... » Pensó.

Navier abrió lentamente los ojos fingiendo despertar. Éste soltó un suspiro y la observó detenidamente.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - Preguntó disgustada.
- Vine a verte, pero me dijeron que estabas dormida. - Desvió su mirada y alejó su mano del cabello Navier.

Navier se levantó y se sentó en la cama observando el rostro de Sovieshu. Su rostro estaba aún más demacrado que el de ella, cosa que la sorprendió demasiado.

- ¿Tanto me odias? - Preguntó con una voz gélida rompiendo el silencio incómodo que invadía la extensa habitación.
- Yo no te odio. - Contestó.
- ¿Haces ésto por qué quieres irte con Heinrey, verdad? ¿Por eso no quieres comer? ¿Estás tratando de convencerme para que me divorcie de tí? - Preguntó con su aliento alcohólico.

Los ojos de Navier se abrieron de par en par, impactada por saber que Sovieshu sabía su plan.

- No tiene nada que ver, ¿por qué involucras a Heinrey? - Pregunto molesta.
- ¿Sabes algo? No te dejaré hacerlo, no me interesa lo mucho que me detestes. No dejaré que te cases con ése infeliz.
- Su majestad, el licor y usted no se llevan nada bien. No sabía que le gustaba inventar historias.
- No tomé licor, y no estoy inventando nada. No te esfuerces en fingir demencia, sé que quieres casarte con ése imbécil.

Navier se frotó la sien.

- ¿Por qué no simplemente te vas y ambos fingimos que no tuvimos esta charla? No pienso seguir discutiendo con un borracho de quinta. - Se volteó mientras Sovieshu la miraba ferozmente.
- ¿Así quieres arreglar nuestros problemas? ¿Dándome la espalda?
- No estoy 'dándote la espalda', simplemente soy coherente y no me pongo a discutir con un hombre que está ebrio y no piensa ni razona nada de lo que dice o hace.
- ¡Si lo haces! Odio que siempre actúes cómo un ser perfecto, no te importa lo que siento o pienso.
- Si a tí no te importa mi opinión no veo porqué a mí me debería importar la tuya. - Contestó molesta.
- Nunca me das tú opinión, al parecer siempre quieres tener motivos para estar en mi contra.
- Sovieshu, por favor. Ve a descansar, no quiero discutir y mucho menos ahora que estás ebrio.
- ¿No quieres discutir porque estoy ebrio o te asusta mostrar tus sentimientos y borrar la imagen de Emperatriz perfecta que siempre tienes? - Preguntó amenazante.
- Ve a descansar.
- No me iré. Estoy harto de tener un matrimonio falso, eres cómo una...
- ¿Una colega? Ya deja de hacer el ridículo y sal de mi habitación.
- ¿Es por Heinrey, verdad? Estás perdidamente enamorada de él y por eso no te intereso. Nunca te interesé.
- ¿De qué estás hablando?
- Te enamoraste fácilmente de Heinrey porque nunca sentiste nada por mí... - Dijo mientras pequeñas lágrimas se asomaban por sus ojos cafés.

Navier suspiró y recargó su mano en la mejilla de Sovieshu.

- Por favor, cálmate.
- Te amo, ¿por qué no sientes lo mismo por mí? ¿Por qué amas a Heinrey? ¿Qué viste en él?

Navier sólo se quedó callada y abrazó levemente a Sovieshu, éste acercó sus labios a los oídos de Navier para decir...

- Navier... ¿me darías una última oportunidad para reconquistarte...?

Ésta no le tomó importancia a lo que habría dicho Sovieshu y sólo asintió mientras daba pequeñas palmaditas en la espalda de éste.

Una Última Oportunidad... (Sovieshu X Navier)Where stories live. Discover now