En algunas ocasiones, una sonrisa no es prueba suficiente para demostrar que alguien es realmente feliz. Ambos lo sabían, y a ninguno le importaba. Sonreían para hacer creer al otro que todo estaría bien, sabiendo a ciencia cierta lo equivocados que estaban. Quizá, simplemente intentaban convencerse a sí mismos.
Aquella mañana, cuando Jason pasó a visitarla al igual que en días anteriores, notó que la chica se encontraba escribiendo sobre las hojas del habitual cuadernillo azulado que solía llevar al restaurante. En el momento en que ella notó su presencia, cerró el pequeño libro a toda velocidad mientras sus mejillas adquirían tonos rosados. Su nerviosismo le otorgó tanta torpeza que, aunque intentase detenerlo, accidentalmente dejó al cuaderno resbalar por entre sus delgados y maltratados dedos. Sus páginas abiertas y dobladas, fotografías asomándose por los costados y tinta corrida en las esquinas fue lo que ambos observaron con distintas expresiones. A Hilary la consumía el pánico mientras el chico experimentaba curiosidad. Estando a punto de agarrarlo para así poder entregárselo, ella lo detuvo.
"¡No lo hagas!", y él la observó con confusión, "Quiero decir, yo... es sólo que...". El muchacho sonrió, ésta vez por una diversión verdadera.
"¿Es sólo que...?", incitó a que continuara, provocando que ella frunciese el ceño. Sus mejillas cada vez se coloreaban con mayor intensidad.
"No es divertido", espetó y, de aquella manera, la risa del chico resonó por la habitación.
"Claro que lo es, deberías ver tu rostro", pronunció con sorna, "Dime, ¿Qué tanto se supone que escondes allí dentro?". Y no supo qué responder. Divagó entre respuesta y respuesta sin encontrar alguna que no la dejase en ridículo, mas no la halló. Entonces entró una enfermera, salvándola de una humillación aún mayor y pidiendo al joven que se retirase ya que la hora de visitas había concluido, y así lo hizo.
Y, por primera vez, la comparó con un bello arcoíris en lugar de con la desastrosa lluvia.
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Mariposas de Papel
लघु कहानीElla. Se escondía tras falsas sonrisas y múltiples vasos de café, tragándose las lágrimas de ingenuidad junto a cada sorbo de los mismos. Callaba sus gritos con un silencio tan profundo como sus enredos y problemas, recriminándose el ser demasiado d...
