CAPITULO 57

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RHET ABDO

10:30 P.M – RUSIA / PERM

No tengo control de mi cuerpo, parezco un cuerpo sin vida que se mueve a su antojo, el frio cala por toda mi piel causando que tiemble sin parar, mi garganta esta seca y me duelen los ojos al cerrarlos.

Muevo mi cabeza con dolor para ver a mi hermano tirado en la nieve, lo han soltado, pero él no ha sido capaz de moverse, siento como mi cabeza da vueltas verificando que aun respira.

Llevamos meses aquí, perdí la cuenta del tiempo desde que ellos nos capturaron.

A nosotros nos entrenaron para soportar el dolor, pero este sufrimiento que ahora padecemos por culpa de esos engreídos; no es nada parecido al dolor.

Escucho el ruido de la puerta siendo abierta y pronto veo la sombra de la misma persona que ha salido para echarnos un balde de agua congelada. No es broma cuando dicen que Rusia es horripilante por su clima y más encima que estamos expuestos sin nada que nos cubra; excepto los bóxeres.

Aunque ya esperaba el golpe, mi cuerpo lo recibe desgastado y dolido; una vez más el frio empieza a hacer su trabajo y yo no puedo hacer nada para retenerlo.

-Levántenlo de hay –escucho la voz de un hombre –Lo quiero vivo, aun le espera demasiado antes de morir.

Dos hombres agarran el cuerpo casi sin vida de mi hermano y lo arrastran. El mismo hombre que dio la orden avanza unos pasos, hasta que yo lo pueda ver.

-Disfrutas de la vista –habla Nick con una gran sonrisa

No digo nada porque no puedo mover la boca sin que me duela, él se va y entra de nuevo a la casa dejándome ahora solo bajo la nieve.

Calculo que apenas han pasado unos minutos cuando el ruido de un auto hace que levante la cabeza, el viejo tenía razón en algo, puedo ver demasiado desde aquí.

Tanto que identifico a los invitados que han llegada, la familia perfecta empieza a salir con bebes en brazos, niños corriendo y parejas abrazadas. A algunos los distingo, Neiria Collemar prima perdida de la pelinegra; me sorprendo al verla con unas mantas cubriendo un cuerpo en sus brazos.

Poco después de que matara a su novio, lo cual jamás olvidare porque sus rostros de horror me encantan; me entere de que tenía un ser en su vientre.

Todos entran a la gran casa refugiándose del frio, por las ventanas puedo alcanzar a ver cómo están felices, cómodos y reunidos para celebrar la navidad.

11:25 P.M.

No me molesto en continuar respirando, no tengo ganas y pido que me muera; jamás creí estar en esta posición, pero aquí estoy, sufriendo cada cosa que yo y mi legado hemos hecho.

De un movimiento siento como soy bajado, hasta que termino en el suelo helado; movimiento lentamente mira a la persona delante mío.

La niña de una trenza castaña, ojos claros y un vestido de flores bajo el abrigo; me extiende la mano dejándome ver una manta. Al ver que no me muevo ella la desdobla y cubre mi cuerpo con la tela, no quito mis ojos de su figura, porque cada que la veo esta distinta más grande.

-Te llevarán junto con Lorenzo, podrán descansar –habla

-Yana...

La mira que me lanza me hace morder mi lengua, han sido repetidas veces en las que me ha aclarado quien es y cómo la debo de llamar; ya no pienso gastar palabras vacías para ella.

-Lo lamento –susurro llamando su atención –Lo lamento mucho, lo que hice estuvo mal y merezco tu odio, merezco lo que me está pasando, es el precio de mis acciones.

Ella se queda callada por un momento, se agacha y se sienta en la nieve mirando el cielo.

-No te odio, no guardo rencor; te lo dije una vez –ella habla con una sabiduría maravillosa –No estoy haciendo esto por pesar, tómalo como un intercambio, a pesar de todo lo que me hiciste me mantuviste viva y gracias a eso ahora soy quien soy.

Nos mantenemos en silencio ella mirando el cielo y yo mirándola a ella, sé que estoy vigilado; es evidente que Hades esta recostado en la pared mientras que un grupo de hombres mantienen sus alertas.

-Creo que esta será la última vez que nos veamos, por eso quiero preguntar –me mira –Alguna vez me apreciaste por lo que era, tu hija.

Siento mis ojos picar y mi rostro ser recorrido por lágrimas.

-Cuando me entere no lo acepte, pero naciste y si te tengo aprecio; no lo demostré y lo siento –tomo aire intentando no trabarme con las palabras –Disfruta de tu nueva vida Afrodita Worsted

Ella sonrie –A pesar de todo, ojalá que tu muerte te de paz Rhet Abdo.

Se levanta y camina hasta los brazos del hombre que la recibe con gusto, me da rabia y tristeza ver esa imagen, pero la acepto porque yo le pude dar eso y no quise.

Mi hija ya no es mi hija, ahora es hija de mis peores enemigos quiera o no. Ellos se han merecido el nombre de familia, no como nosotros que la intentamos romper sin límites.

Una vez ellos entran soy arrastrado de nuevo, me votan al lado de Lorenzo, apenas abre los ojos notándome. Una vez más nos dejan encerrados en este lugar, dejando que suframos de frio y hambre hasta que vengan por otro castigo.

-La vi –hablo acomodándome –Vi a Yanara.

Lorenzo se mueve apenas la menciono, el si la quiso de verdad, intentaba sacarla del calvario cuando podía y la alejaba.

-Como –tose –Esta.

-Bien, está más alta que la última vez, aun viste con los vestidos rosas que dice le gustan.

El sonrie –Y dime, te digo algo.

-Sí, me llevo una manta para el frio y me aclaro que no me odiaba; también me pregunto si la llegue a amar.

-Y.

-Le conteste que si pero que no lo aceptaba y obteniendo eso me deseo una muerte tranquila.

Lorenzo ríe y abre los ojos –Es muy lista.

-Lo es y me agrada que demuestre ese potencial.

Nos quedamos un rato en silencio, hasta que mi hermano lo corta.

-Crees que estará bien con ellos.

Suspiro –No lo creo, sé que estará bien demasiado bien; tiene unos padres que la aceptan, una familia que la apoya y personas que la protegerán.

-Al final, creo que nunca pertenecimos a este mundo.

-Solo éramos una piedra en esta vida, algo que se puede levantar y botar.

El silencio vuelve a gobernar, dejando que cada uno se hunda en sus pensamientos y recorra cada recuerdo que nos pertenece.

El cansancio ya es agotador e intento dormir, pero la posición no es cómoda ni mucho menos el ambiente, aun así, puedo observar la parte del techo que esta destapa.

El cielo azul oscuro acompañado por nubes blancas que dejan caer diminutos copos de nieve, es la única vista que nos brindan decentemente. Alcanzo a ver una nube algo gris dejándome claro que es vapor, probablemente sea de la chimenea en la casa donde están todos.

El día de navidad compartiendo comida y palabras, juegan y esperan la medianoche; una vez obtuve eso y se sintió fantástico.

Pero se suponía que no debería tener tiempo para eso, lo único importante era el puesto que me iban a heredar y como me aria cargo.

Todo resulto siendo pisoteada, humillado y derrotado por mis enemigos.

Los Águilas seguramente no existen, solo será un susurro entre las tinieblas del olvido, al igual donde en algún momento perteneceré yo. Después de que la vida decida dejarme ir asumiendo que he pagado todos mis pecados, es irónico saber que no mas hace unos meses planeaba derrotar a esa maldita alianza.

No tiene caso que le siga dando vueltas, al final todo es como es y ya; no puedo manipular el tiempo y mucho menos soy dios para darme paz eterna.

Yo Rhet Abdo, termine siendo solo un objetivo más para los mayores jerarcas.

DOLOROSOS [ En Edición ]Where stories live. Discover now