Capitulo 30.

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Cap 30:

[Alison]

-¿A qué diablos se refiere con que no fue un maldito accidente? Yo estaba ahí, lo vi morir.

-Cálmate Alison. Es eso lo que quieren que creas.

-Pero... El no... Alex...

-Sé cómo te sientes al respecto, Alison. Pero... -Lo interrumpí-

-Pero nada. No tiene una mínima idea de cómo me siento. ¿Cómo consiguió sus cosas?

-Lo encontré en la camioneta que está afuera, Alison.

-¿La camioneta? Se suponía, era de usted.

-No es mía. Ya estaba aquí cunado volví en la mañana Alison. Encontré la camioneta y antes de ir a esconderme al sótano hasta que se fueran, sabía que era mi única posibilidad de registrarla. La revise de arriba abajo, y encontré la cadena y la fotografía en una caja metálica que se escondía debajo del asiento

Todavía no sabía si creer o no en lo que me decía. Jorge me había demostrado que era sumamente listo e inteligente. Podría estar engañándome.

-No me crees, ¿Verdad, Alis... -Empezó-

Alguien llamó a la puerta y los dos nos volvimos hacia allí. Jorge se levantó y se escondió silenciosamente junto a la puerta con las manos listas para pelear. No llevaba armas y corría en una gran desventaja.

-¿Ali? Solo quería asegurarme de que estás bien -Dijo Gabriel con suavidad-

Los ojos oscuros de Jorge se clavaron en los míos y sacudió la cabeza significativamente. Quería que me deshiciera de Gabriel.

No disponía de tiempo para pensar. Confiar en Jorge era muy arriesgado, además de que Gabriel siempre había cuidado de mí.

Una palabra mía y él se iría o lo haría entrar. Al final, fue mi indecisión, mi silencio, lo que revelo mis dudas a Jorge, lo que lo empujo a entrar a la habitación.

Gabriel levanto el brazo en forma de reflejo para contrarrestar el puñetazo que Jorge acababa de lanzar. Gabriel como buen pandillero, era obvio su buena capacidad de reflejos. De todos modos, el impacto hizo que retrocediera y estuviera a punto de perder el equilibrio.

Jorge no esperó a que se recuperara y se abalanzó sobre él, pero Gabriel había desenfundado la pistola antes de entrar y disparó.

La bala atravesó el hombro de Jorge, por lo que permaneció acostado en el suelo, totalmente inmóvil, mientras un charco de sangre crecía debajo de su hombro.

-¿Qué está haciendo el aquí? -Me preguntó Gabriel-

-¡Lo has matado! -Exclame horrorizada, tratando de mantener la cordura-

-No está muerto. No apunte a matar. Además he utilizado una bala de bajo calibre para minimizar los daños. -Dijo con voz relajada- Está en estado de shock. Ayúdame a atarlo antes de que despierte.

-¿Atarlo? Hay que llevarlo a un hospital. Podrá morirse. -Dije fríamente-

-¿Y eso sería malo?

-Eres un idiota.

-Bien, lo haré yo.

El bajo hasta la cocina y tomo un soga llena de polvo. Un intenso olor ácido a sangre fresca se esparcía por toda la habitación y no tardaría en llegar a toda la cabaña. Las sabanas, estaban empapadas de sangre.

-¿Y ahora qué? -Pregunte de mala gana-

-Detendré la hemorragia y esperaremos a que despierte.

***

No había pasado media hora cuando escuche una maldición proferida de gritos que provenía de arriba. Gabriel se puso de pie dirigiéndose con pasos largos y decididos, hacia la escalera.

-Tu no subas -Me indico- Quiero hablar con él, a solas.

-No lo toques. -Dije amenazadoramente. No me importaba lo que el tenia para decir, a este punto, había perdido la cordura-

-¿Por qué lo proteges?

-No lo protejo. Solo te pido que no le hagas nada.

-¿Te estas escuchando? Es solo quiere hacerte daño.

-¡Eres un estúpido Gabriel! Te crees que lo sabes todo y no es así. Hasta hace un par de días estabas de su lado. Quizás deberías de averiguar por qué esta aquí.

-Si no viniera a hacernos daño, ¿Por qué no entro por la puerta?

-¿Tu lo habrías dejado? Has estado mirando el perímetro, por horas.

-¡Me preocupo por ti Alison! -Exclamo-

-No es así, y lo sabes.

-¿Ahora yo soy el malo?

- Cállate.

-Suspiro pesadamente- Solo quiero estar diez minutos con el Ali.

Yo me deje caer en el suelo, abracé mis rodillas y me balanceé de atrás hacia adelante. A pesar del calor del ambiente que ardía en cada centímetro de mi piel, sentí frío.

Una extraña neblina ofuscaba mi mente. Me sentía intranquila y hecho de no saber qué hacer, no ayudaba. No podía despertar a Jackson. No quería que él se involucrara aun en más problemas. Era lo que menos necesitaba.


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#MiercolesDeNovela

Espero les haya gustado

Vamos empezando con la acción.

Hasta la otra semana.

Las amo.

De Pandillero A Caballero.Where stories live. Discover now