Capitulo 5.

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Cap 5:

[Alison]

-¿D-Donde estamos? –Pregunte-

-Atlanta –Contesto mi madre sonriendo- ¿No te alegra?

De todos, los malditos lugares que existen en el mundo, justo tenían que ver a Atlanta.

Quizás ellos hagan como si nada, porque a ellos no les sucedió. En cambio yo, tengo que conllevar esta pesadilla desde entonces.

 Si me he negado a ir a un psicólogo, es porque no necesito hablar con nadie. Lo que paso… simplemente paso.

-¿Qué si me alegra venir? –Dije casi sin poder respirar- ¿Qué mierda pasa en tu cabeza mama? ¿Acaso no sabes lo que paso hace años? ¿Hace falta que te recuerde ese maldito día?

-Cálmate señorita. –Interfirió mi padre-

-No papa. No me pienso calmar. El día que me consideren su hija y piensen en mí, me calmare. –Dije yéndome, para tomar un taxi-

Sabía dónde irían. Nací aquí. Viví aquí toda mi infancia, y aquí tenemos nuestra casa. Sé dónde queda, y tengo una copia de la llave.

Como les decía, viví aquí, desde siempre. Hasta que un día… eso pasó. Por lo que mi hermano decidió, que lo mejor, era que nos mudáramos. Así que convenció mis padres, y nos fuimos a California. Pero ahora… Justo ahora, teníamos que volver.

Al fin había reconstruido mi vida, y ahora, mi pasado me estaba alcanzando.

Limpie la lagrima que caía por mi mejilla, mientras le indicaba al taxista como llegar. Además de ser sexy, hermosa y adinerada, tengo buena memoria. Aunque a veces, eso me juega en contra.

Al llegar a casa, busque la llave, entre y me fui inmediatamente a mi cuarto. Todo estaba tal como lo había dejado. Cerré la puerta, tire mis maletas y una vez que le coloque el seguro, me tire en mi cama.

No podía sentirme más sola en ese momento. Las lágrimas no tardaron en llegar.

3 Horas después, mi hermano toco mi puerta.

-¿Podemos hablar? –Dijo Detrás de la puerta que aún seguía con seguro-

-No. –Dije como pude.

Mis ojos aún estaba rojos y mi voz temblaba. Necesitaba despejarme, y lo que menos quería en este momento, era hablar con alguien. Así que opte por desempacar.

-¿Por favor? –Insistió mi hermano-

-No.

-Sabes… No eres a la única a la que le afecta volver. Y….

 

-Cállate y vete Zac.  –Dije interrumpiéndole-

El, solo se fue. No quería ser tan dura con él. Ya que siempre estuvo para mí, y me apoyo cuando lo necesite. Pero en estos momentos, no se me antoja hablar con nadie.

De Pandillero A Caballero.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz