Capitulo 22.

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Cap 22:

[Jackson]

-¿En qué piensas muñeca?

Pregunte a Alison quien se encontraba cerca de la ventana, con una taza entre sus manos.

Ella se volteó y me sonrió.

-¿Descansaste? –Yo asentí y me acerque para besarla-

Estaba por hacerlo, cuando ella se paró y dejo la taza en la mesa ratonera. Estuvo en silencio por varios minutos, hasta que decidí hablar.

-¿Qué te sucedió en la cadera?

Ella ante mi pregunta, empalideció. Lo note cuando la saque del agua. Se encontraba más pálida y fría de lo normal, por lo que opte por llevarla con Gabriel, de seguro él tenía que saber algo.

Le pregunte sobre las heridas y el estado de Alison, pero al parecer, no sabía de nada.

Me explico que solo había un hombre en el campamento, que tenía una idea de cómo ayudar a mi muñeca. Pero cuando lo busque y pregunte por el en administración, ya no estaba.

De seguro, había vuelto de nuevo a su hogar, por lo que tuvimos que arreglárnosla con Gabriel. Por suerte, Alison recupero la conciencia y se estabilizo en muy poco tiempo.

-No tienes que responder si no quieres, pero… -Esperaba que ella me interrumpiera. Pero no lo hizo- Está bien. Necesito ir al auto por un par de cosas. ¿Estarás bien si te dejo sola por unos minutos?

Pensé que ella iba a detenerme, pero como no lo hizo fui hasta la puerta. La sentí acercarse, cuando me abrazo.

-No te vayas… -Susurro-

Sonreí ante su comentario, y fui directo hacia la cocina.

Hasta donde tenía entendido, teníamos que mantener el estómago de Alison lleno. Revise todas las alacenas que se encontraban en ella, pero no encontré cosas que pudiera usar para hacer algo relativamente comible.

Por consiguiente, pase al refrigerador, y ahí pude encontrar cosas de más utilidad.

Saque lo que necesitaba y lo cerré. No fue hasta entonces, que mire en suelo y la vi. Había caído del refrigerador y a mi parecer, estaba dirigida solo a Alison.

Fui hasta donde estaba ella, y seguía con la mirada perdida en la ventana. Algo le estaba incomodando.

-Muñeca, alguien dejo esto en el refrigerador. Supongo es para ti. –Dije dándole la nota-

Ella solo asintió y yo volví a la cocina. Sé que no debí de hacerlo, pero la leí en cuanto la levante.

“Conozco maneras de ayudarte.

Solo tienes que confiar en mí.

Si decides hacerlo, vivo en la cabaña de intercepción de ruta.

Jorge.”

 

De Pandillero A Caballero.Where stories live. Discover now