Capitulo 27.

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Cap 27:

[Jackson]


La luz del sol se filtraba por las raíces del árbol, lo cual hizo que me despertara y recordara con claridad lo que había ocurrido la noche anterior. Había pasado la noche con Alison.


-Buenos días muñeca —Dije cuando se despertó- ¿Lista para una larga caminata? -Ella asintió-


Apagamos bien el fuego, Alison reviso el mapa por última vez y emprendimos el camino hacia la cabaña.

Caminamos con dificultad durante media hora, por la nieve que comenzaba a acumularse debajo de nuestros pies.


-Luces... -Dijo ella-


-¿Qué?


-Hay luces. Allá —Dijo señalando una vieja cabaña que cada vez se hacía menos visible debido a la nieve-


Tome su mano y avanzamos por el piso que se convertía en lodo, a cada paso que dábamos. La luz que salía por las ventanas nos permitió distinguir una vieja camioneta de color marrón rojizo que estaba en la entrada, que si no mal creía, ya la había visto antes.

Toque la puerta suavemente y al ver que no respondían, volví a llamar esta vez más fuerte. Segundos más tarde, se oyeron pasos en el interior.

El pestillo se deslizó y la puerta se abrió con un suave crujido. Un hombre apareció en el umbral. Era alto y pude notar que sus fracciones se endurecieron ante mi presencia.


-¿Gabriel? —Note como Alison presionaba mi mano luego de verlo-


-Alison... Tanto tiempo —Dijo sonriendo. Pero pude notar algo raro en su voz, que no pude descifrar-


Ella siguió mirándolo fijamente, apretó los labios y sus ojos se ensombrecieron con frialdad.


-¿Qué haces aquí?


-Quise bajar la ladera, pero la tormenta me lo impidió. Por lo que decidí volver a la cabaña.


-¿Volver? ¿Ya habías estado aquí antes? —Pregunto ella furiosa-


-No entiendo porque estas enojada. Al fin y al cabo, era parte del plan. Todo es como antes, Ali.


-Claro. —Dijo ella fríamente. Había algo que no encajaba. El tono de su voz era seco y enojado- ¿Dónde está Jorge?


-¿Jorge? —Dijo algo confundido- Ah... Jorge. No lo sé. Cuando llegue no había nadie.


-¿Qué me dices de la camioneta?


-Por favor Ali. Parece que no confías en mí.


-Lo siento —Dijo ella cambiando su tono de voz- Es solo que estoy agotada.


-Está bien. Pasen —Dijo abriéndonos más la puerta. Inmediatamente, sentí el contacto del calor del aire con mi cuerpo- Hay frijoles con carne en la alacena, por si tiene apetito. Es lo único que pude encontrar.

De Pandillero A Caballero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora