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15 de Marzo

Llegué a clase con el tiempo justo e incluso sabiendo aquello, no tuve la intención de acelerar el paso. Al fin y al cabo, no era como si al profesor le importase mucho, me iba a mirar con el mismo desinterés con el que nos miraba a todos. La puerta del aula estaba abierta, lo que significaba que el profesor no había llegado todavía, así que me dirigí a mi sitio, mientras recibía alguna que otra mirada por parte de mis compañeros de clase y fue entonces cuando me di cuenta de que Jacob aún no había llegado. Aquello me pareció muy extraño dado que Jacob siempre era puntual, pero tomé asiento y dejé mi mochila donde solía sentarse para cuidarle el sitio, porque suponía que llegaba tarde. Sin embargo, me sorprendió ver que el profesor entraba por la puerta del aula y no había rastro del rubito. Pensé que me enviaría algún mensaje diciéndome que no podría ir a la primera hora, pero esa no fue a la única clase que faltó, lo que hizo que saltasen algunas alarmas en mí. No era algo propio de él. Y tampoco era propio de mí preocuparme tanto por nadie, pero de alguna manera sentía que se lo debía y se me hacía raro no tenerle cerca, después de todo, Jacob había estado muy pendiente de mí, incluso cuando yo me había comportado como una idiota grosera con él; Jacob me había aceptado a pesar de todo.

Cuando acabaron las primeras clases, me salí a buscar a Kevin, él era el mejor amigo de Jacob así que tenía que saber algo por narices. Me dirigí a la cafetería y por el pasillo me encontré con Dawon, que iba en dirección a mi clase para reunirse conmigo.

—¡Ey, Youngie! Qué suerte que te haya encontrado por el camino, así no he tenido que recorrerme todo el pasillo —me saludó con una sonrisa, que se cortó al ver mi expresión—. ¿Va todo bien?

—No lo sé... —murmuré—. Pero necesito encontrar a Kevin.

—¿Kevin? ¿El amigo de Jacob? —me preguntó con curiosidad.

—El mismo. ¿Le has visto?

Dawon negó con la cabeza y yo chasqueé la lengua.

—Acompáñame a la cafetería, con suerte estará allí —le dije a Dawon.

Sin más preguntas fuimos hasta la cafetería que, por algún motivo, estaba especialmente llena a esa hora. Me costó bastante divisar a Kevin entre tanta gente y de hecho, no fue a él a quien vi, si no al pelo rosa de Gahyeon.

—Kevin —le llamé.

Kevin levantó la mirada de su bandeja y sus ojos se encontraron con los míos, mientras sostenía la cuchara llena de arroz. Sus cejas se elevaron y dejó la cuchara sobre la bandeja con cuidado.

—Oh, hola Hayoung —respondió—, y Dawon.

—¿Dónde está Jacob? —le pregunté sin rodeos—. No ha venido a ninguna de las clases que hemos tenido hasta ahora.

—Espera, ¿no lo sabes? —me cuestionó Kevin, con una ceja enarcada—. Pensé que te habría avisado.

—¿Avisarme de qué? —volví a preguntar.

—Bueno, es que... han ingresado a la abuela de Jacob en el hospital —me contó Kevin y sentí como se me erizaba la piel—. Me llamó ayer muy nervioso para contármelo, así que supongo que del estrés se le habrá olvidado todo lo demás.

¡Mierda!

—Pero ¿ella está bien?

—Pues no lo sé —negó Kevin y soltó un pequeño suspiro—. Jacob todavía no me ha dicho nada, así que estamos esperando noticias.

—Pobrecito, lo debe estar pasando mal —dijo Gahyeon, con una expresión triste.

—¿Sabes la dirección del hospital? —le pregunté a Kevin, que asintió de forma leve con la cabeza—. Bien, mándamela. Iré a verle.

Marzo {Jacob/Bae Joon Young}Where stories live. Discover now