Marzo {Jacob/Bae Joon Young}

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13 de Marzo

Parte 1

No iba a mentir, tenía los nervios a flor de piel. Tanto que me había despertado más temprano de lo habitual y cómo no sabía qué hacer, me había puesto a limpiar la casa. Cuando se despertó mi abuela y me vio limpiando como un loco, me preguntó que si se iba a acabar el mundo y ella no se había enterado, porque lo que estaba haciendo no era lo usual en mí. Le comenté que iba a ir a cenar a casa de Hayoung con Kevin y los demás, pero mi abuela ignoró ese detalle y dio por hecho que Hayoung me iba a presentar a sus padres. Después de escuchar algunos comentarios bochornosos de mi abuela, caí en la cuenta de que todavía no sabía que iba a ponerme y quería estar presentable para ir a casa de Hayoung, pero... ¿Tenía que ir formal o con ropa normal valía? Si iba demasiado formal, ¿pensarían los padres de Hayoung que era un estirado? O por el contrario, si iba demasiado casual, ¿se pensarían que era un delincuente?

Al final, le pedí ayuda a mi abuela, que me aseguró que le daba demasiadas vueltas al asunto y que todavía se pensaba que aquello era una cita, aun cuando volví a hacer hincapié en que iban a ir Kevin y otras dos personas más. Después de elegir vestuario, fui a recoger con el coche a Kevin y nos dirigimos a la ubicación que me había mandado Hayoung. Gahyeon y Dawon estaban hablando con Hayoung en frente del edificio donde vivían sus padres y por lo que parecía, todos habíamos optado por ir formales, así que mi inseguridad fue desvaneciéndose poco a poco. Hayoung nos miró de arriba abajo a todos, mientras enarcaba una ceja.

—¿Es que vais a la boda de alguien? —nos preguntó—. ¿Por qué habéis venido tan bien vestidos?

—Venga Youngie, este es un evento importante —contestó Dawon con una gran sonrisa—. Vamos a conocer a tus padres, tenemos que causar una buena impresión.

Hayoung puso los ojos en blanco.

—Venga vamos, no quiero que mi madre se impaciente —nos dijo Hayoung, haciéndonos un gesto con la cabeza para que la siguiésemos. Hayoung abrió la puerta del edificio para que fuésemos entrando y dejé a los demás que entrasen primero, entonces Hayoung me observó con atención—. Vas muy... elegante. Te queda bien.

—Oh, esto... eh... gracias —balbuceé, mientras obligaba a mi cuerpo a moverse hacia delante para no quedarse parado como un idiota.

Nos subimos al ascensor, que ya estaba abajo, y subimos algo apretados hasta la cuarta planta del edificio. Seguimos a Hayoung por el pasillo hasta que se paró frente a una puerta y entonces cerró los ojos y respiró profundamente. Cuando terminó de mentalizarse, Hayoung llamó al timbre y segundos después la puerta se abrió de golpe, dejando ver a una mujer con una amplia sonrisa, que se ajustó el delantal y se arregló el pelo al vernos a todos.

—Hayoung, ¿estos son tus amigos? —la madre de Hayoung nos miró con curiosidad y después volvió a mirar a su hija, con los ojos brillantes. Se notaba que estaba muy contenta de verla otra vez—. Pasad, pasad. Que no os dé vergüenza.

Dejamos los zapatos en la entrada y la madre de Hayoung nos fue empujando hacia el comedor, así que vi de forma fugaz los cuadros y fotos que colgaban de las paredes de la entrada, pero pude distinguir el rostro de una pequeña Hayoung en las fotos y parecía feliz.

—¡Cariño, nuestros invitados ya han llegado! —exclamó la señora Song con emoción—. Nunca pensé que mi Hayoung invitaría a tanta gente.

—Mamá... —suspiró Hayoung—. Por favor, trata de no asustarles.

—No estoy asustando a nadie, no seas exagerada —dijo ella—. ¡Oh, ahí estás! Querido, saluda a los amigos de Hayoung.

Un hombre de mediana edad nos observaba desde el umbral de la cocina con una expresión dura y analítica, que nos hizo sentir intimidados a todos. Un silencio incómodo reinó en el comedor, mientras Hayoung miraba también con seriedad al hombre que era su padrastro. El hombre alzó un poco la barbilla y después su expresión se relajó.