33 - Nuestra casa

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10/05/2022 - Contexto: Vuelven a Los Santos luego de que a H le falle la memoria.

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Se escuchaban los chapoteos del agua de la piscina desde la entrada de la casa, Volkov sonrió, y aunque no era por completo de su agrado, agradeció el clima soleado de ese día.

Decidiendo ir directamente al jardín, caminó despacio, mientras poco a poco lograba ver a Horacio quién enérgicamente nadaba en la piscina. Cuando llegó, se quitó la pistolera de la espalda dejándola en una de las bancas y desabotonó los primeros dos botones de su camisa que ya empezaba a sofocarlo.

Se acercó al borde de la piscina y esperó pacientemente que Horacio se percatara de su presencia.

— ¡Volkov! Volviste — Horacio se detuvo en medio de un braceo y se acercó al borde sonriendo.

— Por supuesto Horacio — se puso en cuclillas para hacerle más fácil la conversación.

— ¿Todo bien?

— Si ¿Qué tal tu día?

— Bien... emm Loki se acaba de ir... si mal no recuerdo... tenía que llevar a mi madre a una cita... mi madre no me dejó ir... dice que me concentre en lo mío y ella en lo suyo, que más tarde Loki la traerá para cenar.

— Me parece bien Ache.

— ¿Loki es un buen amigo? Así lo parece.

— Es tu amigo, así es, al principio no me agradaba, pero ha cuidado muy bien de tu madre, eso es suficiente para considerarlo una buena persona.

— Pues si... — Volkov pudo distinguir un gesto de duda en el rostro moreno, y con la experiencia de los últimos meses le quiso animar a hablar.

— Puedes decir cualquier cosa Horacio, todo sirve, poco a poco como dice el médico, no me gusta que te frustres tratando de recordar algo cuando estoy aquí para ayudarte.

— Vale... — Horacio puso un gesto de concentración — Creo recordar... que tenías un caso importante hoy... con... emm... Pa... Pa...

— Parker.

— Eso, Parker... y con... emm — esa vez Volkov esperó unos segundos más antes de responder — la castaña... aunque creo que es pelirroja... emm.

— Tú puedes.

—¡Alanna! Si Alanna.

— Bien hecho Ache. Si, con Parker y Alanna, todo salió muy bien.

— Tienen un niño ¿Cierto?

— Así es.

Horacio sonrió satisfecho de su pequeño avance y se alejó un poco del borde para sumergirse y salir acomodando su cabello. Cuando salió Volkov le sonrió enternecido.

— Te estás esforzando mucho Horacio, y gracias a tu esfuerzo tu mejoría es notable.

— ¿Tú lo crees?

— Por supuesto.

Sus miradas conectaron durante largos segundos sin hablar, hasta que Horacio, algo sonrojado, le echó un poco de agua con la mano.

— Uy, ahora tendrás que meterte — le dijo y Volkov rió poniéndose de pie.

— Ahora vuelvo, no te vayas.

Volkov se alejó tomando su pistolera y caminó rumbo a la casa, pero le fue inevitable escuchar un "A dónde voy a ir sin tu encantadora compañía" que no supo si Horacio quiso que oyera o no.

A los pocos minutos, Volkov, ya vestido con su ropa de baño, dejó dos toallas en la silla para luego lanzarse de un clavado a la piscina, procurando que el agua salpicara directamente en el rostro de Horacio.

OjaláWhere stories live. Discover now