19 - room service

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19/03/22 - Contexto: Luego de la pelea que gana V

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Volkov pasó la llave por el lector de tarjetas, la puerta se abrió de inmediato y evitando hacer bulla entró y cerró con cuidado. Caminó hasta la cocina, donde en una encimera dejó la tarjeta a un lado para luego poner las bolsas de comida. Se las quedó mirando pensando si sería necesario vaciar el contenido en platos, o si sería suficiente los recipientes de cartón en donde venía.

Decidiendo lo segundo, cogió un tenedor de uno de los cajones y unos palos chinos nuevos que le habían entregado, sacó las dos cajas de la bolsa y tomando todo se dirigió al cuarto.

Encontró a Horacio apoyado en el respaldo de la cama, quien al parecer tenía calor y había hecho a un lado el cobertor con las piernas, haciendo un bulto de tela desordenado a sus pies.

Lo miró directamente y recibió la sonrisa del moreno, quien inmediatamente llevó su mano a su labio inferior partido y se quejó de dolor.

─ Ten cuidado, te puedes hacer daño Horacio.

─ Es inevitable... al verte... ─ dijo lo último tan bajo que Volkov no estaba seguro de haberlo escuchado.

Se sentó en una silla cerca a la cama y abriendo una caja de comida china metió el tenedor en ella y se la entregó a Horacio, quien la recibió con gusto. El abrió su propia caja y separó los palillos chinos para empezar a comer.

─ No era necesario que hicieras esto Uve ─ dijo Horacio con la boca llena.

─ A estas horas no hay servicio a la habitación, y ambos necesitábamos comer algo, para tomar los medicamentos.

─ De todos modos... bueno, gracias por tomarte la molestia.

─ No es molestia Horacio, lo sabes.

─ Gracias de todos modos...

─ Come despacio ─ le dijo Volkov al ver que Horacio se llevaba los fideos con demasiada rapidez a la boca ─ tu herida se puede abrir.

─ No tendría una herida si hubiese esquivado ese último golpe...

─ Lo siento ─ dijo Volkov sinceramente, ya que ver así de maltrecho a Horacio por su culpa, no era algo satisfactorio.

─ Ya te dije que no te preocupes, yo propuse la pelea, y además no solo yo salí herido.

Volkov inconscientemente levantó la mano y tocó la herida cubierta en su ceja izquierda, sintió un pequeño dolor cuando lo hizo y retiró la mano.

─ En eso tienes razón, solo fue cuestión de suerte que yo haya salido vencedor, cualquiera de los dos hubiese podido ganar.

─ Va... no seas humilde.

─ No soy humilde hombre, que fueron tres rounds, y eso es mucho, ya estaba cansado y si encajabas un golpe más, era yo el que caía a la lona.

─ Bueno... si tu lo dices.

─ Lo digo.

Terminaron de cenar en silencio y cuando ambos terminaron, Volkov sin decir nada se llevó las cajas a la cocina, regresó con dos vasos de agua. Le entregó una cápsula a Horacio quien con confianza se la llevó a la boca y tomó del agua, Volkov sentándose hizo lo mismo. Recibió el vaso que le entregó Horacio y lo puso al lado del suyo en la mesa de noche.

─ ¿Cómo sientes las costillas? ¿Aún te duele? ─ preguntó a Horacio quien con cuidado levantó el lado derecho de su camiseta y miró su propio costado, la zona estaba un poco amoratada pero Volkov estaba seguro que al día siguiente estaría peor, evitó el impulso de tocar su piel y vió como Horacio dejaba caer la camiseta nuevamente al ver su gesto ─ Lo...

─ Si te disculpas otra vez te bajo el sueldo. Estoy bien, solo algo adolorido pero ya pasará, para eso es el medicamento.

─ 10-4.

─ Tu tampoco luces de primera eh ruso, a ver acércate ─ Volkov hizo caso y dejó que Horacio estire el cuello de su camiseta para ver su hombro y parte de su pecho, que estaba más amoratado de el costado del moreno, soltó la camiseta y Volkov se enderezó dibujando un mueca extraña de dolor ─ Eso tiene peor pinta que mis costillas.

─ Ya lo dijiste, no es culpa de nadie.

─ Si vale.

─ Además yo no he sido el que se golpeó la cabeza... si no fuese por que tu cabeza es de adamantium la hubieses pasado peor, me preocupé cuando caiste...

─ La verdad es que te dejé ganar, tenía ganas de verte desde abajo ─ esa frase hizo que los dos abran los ojos sorprendidos y al segundo esquivaran sus miradas. Después de un momento de silencio Volkov volvió a hablar.

─ Será mejor que me vaya, tienes que descansar.

─ Vale, descansa tu también ─ Volkov recogió los dos vasos poniéndose de pie ─ y no es necesario que pongas la alarma, mañana tenemos el día libre.

─ 10-4 ─ Volkov se detuvo al pie de la cama mirándolo.

─ Si quieres... puedes venir... mañana... ninguno de los dos está para salir y bueno... al menos podemos hacernos compañía.

─ Es una buena idea...

─ Y me dices que es lo que vas a querer... por ganar ─ Volkov se le quedó mirando y le fue inevitable sonreir levemente ─ llévate la llave ─ Horacio trató de estirarse para cubrirse y se quejó de dolor.

─ Espera ─ Volkov dejó los vasos en un mueble y acercándose usó su lado ileso para con una mano estirar las sábanas y cubrir a Horacio, mientras este se resbalaba hasta acomodar la cabeza en la almohada. Cubrió por completo el cuerpo de Horacio quien sin poder evitarlo le sonreía ─ Vale, ahora duerme.

─ Descansa Uve, mañana nos vemos ─ dijo Horacio mientras Volkov tomando los vasos apagó la luz de la habitación dejándola en penumbra.

─ Vale, hasta mañana Ache, me llamas cualquier cosa.

─ Ya... no te preocupes... anda.

Volkov se quedó un segundo mirando su cuerpo en la oscuridad y sonrió antes de darse la vuelta. Dejó todo limpio y antes de irse a su propia habitación, un piso más abajo, tomó nuevamente la llave y se la metió al bolsillo.

Ya en su cama recordó que no se había puesto a pensar realmente que quería de premio, pero sonrió quitándole importancia, ya que lo que había obtenido en esos últimos días era suficiente, ya que su relación con Horacio había regresado a ser la de siempre, podían pasar horas juntos sin aburrirse, conversando de temas sin importancia y parecerles entretenido, podían volver a bromear y picarse en confianza. Sin darse cuenta aceptó que la mejor recompensa fue esa, haber recuperado a Horacio, y que a partir de ese momento podían al fin avanzar.

OjaláOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz