Monopolizar al maestro de la belleza enferma

Capitulo 38

El beso antes del Amanecer

Las nubes oscuras cubren el cielo sin estrellas.

El sonido de la cítara es tan caótico y confuso que se puede sentir el frío en los huesos.

Gu Lingxiao se encontraba al final de la larga calle, con la punta de su espada inclinada hacia el suelo. La brisa nocturna le alborotó el pelo pegado a las sienes y se vió rodeado de fantasmas espantosos.

Los espíritus parecieron agitarse con el sonido de la cítara y salieron con fuerza.

Gu Lingxiao luchó contra un grupo tras otro, pero siguieron abalanzándose sobre él como si no pudieran quedarse sin energía.

Las almas Yin de la ciudad de Chongming aún no habían sido refinadas con éxito y no eran muy agresivas. Lo realmente complicado era que Gu Lingxiao no podía dañarlas. Con un alma Yin rota, aunque el alma sea atraída al cuerpo, no puede devolver la vida a la persona.

El dueño de la cítara parecía haberse aprovechado de los escrúpulos de Gu Lingxiao e hizo que las almas Yin golpearan lentamente para desgastar el poder espiritual de Gu Lingxiao.

Cuando la paciencia de Gu Lingxiao se agotó, saltó al tejado y apuntó con su espada directamente al citarista.

El hombre estaba sentado en el techo, con la mayor parte de su rostro cubierto por una máscara plateada.

Cuando vio venir a Gu Lingxiao, las yemas de sus dedos se detuvieron en las cuerdas de su cítara.

Gu Lingxiao le llamó: "Shen Qiuting, finalmente no pudiste resistirte".

El hombre que tocaba la cítara permaneció en silencio, con los ojos bajo la máscara tan oscuros que no podían penetrar la luz, mirándole con hosquedad.

Gu Lingxiao: "Eres demasiado precavido, sigues eligiendo esconderte aunque ahora tengas la ventaja, ¿qué cubre la máscara? ¿De qué tienes miedo?"

Lo que le respondió fue un tono más apasionado de la cítara.

La onda sonora era tan aguda como una flecha y Gu Lingxiao dio una vuelta hacia atrás para esquivarla.

Bajo el techo, los fantasmas que habían estado rígidos como muñecos de arcilla parecieron de repente inyectarse de vida, y gritaron por la boca, moviéndose varias veces más rápido.

Gu Lingxiao bloqueó los pasos del espíritu hacia la Mansión Sun: "¡Estás loco! ¿Cómo te atreves a usar tu alma para manipularla? ¿No tienes miedo de la reacción?"

Dentro de la Mansión Sun.

Chi Ning y Cui Ping'er habían hablado durante mucho tiempo, sabiendo que Cui Ping'er había intercambiado contratos con el sacerdote taoísta, y que estaba dispuesta a someterse a la Técnica de Devoración de Espíritus, y el sacerdote taoísta había prometido ayudarle a vengarse.

Cui Ping'er tocó la mejilla de Sun Liang con sus dedos translúcidos. "En un principio quería que toda la Mansión Sun se convirtieran en fantasmas para que me hicieran compañía también, pero pensándolo bien sería bastante aburrido, así que podría crear mejor un muerto viviente".

La punta de su dedo recorrió desde la frente de Sun Liang hasta sus sienes, y Cui Ping'er dijo: "Mira qué bien está ahora. Está a mi merced, vivirá cuando yo le diga que viva, y si muero, perecerá conmigo".