𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚇𝚇𝙸𝙸

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Han pasado unos tres meses desde que Derian y yo nos volvimos algo más que amigos, y las cosas cambiaron un poco.

Las barreras que se atravesaban en nuestro camino fueron rotas con el tiempo y ahora estamos mejor.

Mi trabajo se volvió un ambiente mejor desde que Mara fué despedida y solo la Vi un par de veces cuando vino pidiendo que fuera contratada de nuevo a lo que, obviamente, le fué negado.

Los gemelos son chicos a los que realmente no están interesados en la sexualidad de otros, por lo que me tratan como un amigo cualquiera. 

En casa, las cosas son bastantes bien. Cómo lo dije antes, Derian y yo tenemos mejores conversaciones y nos divertimos mucho, somos como una pareja de recién casados sin serlo.

Pero tal vez eso llegue pronto

La renta y los quehaceres del hogar son repartidos entre los dos y no tenemos dificultades. He pedido algunos concejos a los chefs del restaurante y he mejorado mi cocina gracias a ello, que por cierto, es una nueva pasión mía.

Derian es un gran novio y me respeta y cuida mucho, también es empalagoso pero no me molesta en absoluto. Apesar de que aún no hemos cruzado “esa” línea por muchas razones (entre ellas que no me siento muy seguro) eso no nos impide que podamos dormír juntos.

Días después de hacer oficial nuestra relación, me llevó a conocer a sus padres, a lo que yo estaba bastante nervioso. Él me había contado que sus padres sabían de su homosexualidad y que no me preocupara, aún así no paraba de estar inquieto.

Su madre estaba un poco sorprendida de que la persona haya sido yo, pero después de que ella enlazará algunas cosas, las cosas le resultaron obvias.
Por atora parte, su padre me recibió de manera amable y cuando me quedé a solas con él, no hizo más que decirme que formaba parte de su familia y que me veía como un hijo más.
Hubo lágrimas de felicidad y después tuvimos una agradable y cálida cena.

Hoy es el cumpleaños de Derian y sus padres vendrán a cenar, por lo que estoy de compras para hacer la comida.

Escojo y pongo los vegetales dentro del carrito. Debato entre si hago yo mismo el pastel o simplemente lo comprarlo, cuando una mano se posa en mi hombro que me hace voltear.

Mi madre me observa con la misma sopresa que yo a ella.

—¿Lukas?— dice como dudando si yo soy alguien real.

—Mamá

—Hijo, tú... ¿qué estás haciendo?

—¿Compras?

Ella desvía la mirada hacia las cosas dentro del carrito y regresa a verme.

—Me alegra verte hijo... Ya... No has ido a casa...

—... A mí también me da gusto verte

Ella me da una sonrisa y luego me arrebata el carrito— Déjame acompañarte.

No tuve el valor para negarme y asiento. Mientras yo continúo tomando ingredientes, ella me dice una que otro consejo al respecto, cómo cuáles son los de mejor calidad, etc.
Tomo en cuenta cada una de sus palabras y una parte de mí está feliz de poder pasar aunque sea unos minutos con ella después de tanto tiempo.

Me deja solo cuando llega el momento de pagar adentrándose nuevamente, supongo que olvidó algo. Cuando mis bolsas están listas, volteo buscándola para por lo menos despedirme, pero no veo rastro de ella, así que tal vez tenga que irme así como me encontró.

Guardo mis compras en el auto, ese que su padre le obsequió a Derian hace unas semanas y estaba por irme, cuando el sonido de tacones me hace voltear, viendo como mi madre corre. a toda prisa.

Inefable Where stories live. Discover now