𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚇𝙸𝚇

11 2 1
                                    

Cuando finalmente llego a casa de Derian, busco en mi pantalón aquellas llaves de repuesto que me dió cuando empezamos a vivir juntos. Nervioso y haciendo todo lo posible por calmarme, introduzco la llave y abro la puerta.

Entro y lo primero que noté es la oscuridad en la que estoy. Las cortinas están cerradas y las luces apagas, camino unos metros y hay un ligero olor a alcohol y chocolate. ¿Estuvo bebiendo y comiendo por depresión?

Me dirijo a la sala de estar y escucho un crujido, me agacho para levantar una envoltura vacía.

¿Es enserio?

—Derian— llamo y escucho un quejido lejano.

Camino hacia su habitación. Busco para prender la luz y ésta no funciona, entonces me doy cuenta que la electricidad está cortada.

Debido a los varios minutos bajo la luz y la poca claridad que atraviesa las gruesas cortinas, puedo lograr ver un montículo en la cama.

¿Derian?

Me acerco y jalo un poco la sábana para descubrir el rostro del “angelito”.
Sus ojos están cerrados, su ceño y labios fruncidos, haciendo una mueca.
Lo muevo de un lado a otro mientras le hablo en tono grave para despertarlo, aunque muy en el fondo quiero mimarlo por lo lindo y tierno que se ve ahora.

—Derian... Derian... DERIAN

Lo muevo con más brusquedad y él lentamente abre los ojos. Su mirada se ve cansada y hasta ahora noto las profundas ojeras que tiene.

—Oye— pico su mejilla con mi índice— Despierta

—Mhm— se mueve quedando bocarriba mientras parpadea con pesadez— ¿Estoy soñando?

Su voz salió ronca y al mismo con una entonación de un niño pequeño.

Sonrío— Si

Él también sonríe y toma mi mano poniéndola en su pecho—No quiero despertar— arrastra las palabras

Derian vuelve a cerrar los ojos manteniendo su sonrisa— No quiero que desaparezcas, quiero que estés aquí conmigo.

—Aquí estoy

—Te extraño... mucho... Quiero que vuelvas

—¿Por qué?

Derian abre los ojos y me sonríe mientras intenta alcanzar mi rostro con su mano—Porque... Te amo...

¿Qué acaba de decir?

¿Q-qué?

Él da un largo suspiro como respuesta. Se ha dormido de nuevo.

—Derian... ¡DERIAN!— grito y se sienta de golpe asustado.

Parpadea y me mira abriendo sus ojos con sorprendido de mi presencia.

—¿Luk... Lukas?

—¿Qué?

Tan rápido como pronuncié esas palabras, Derian se abalanza sobre mí, abrazándome con  fuerza dejándome casi sin aire.

—¡Suéltame!— intento escaparme  de fuerte agarre.

—No lo haré — me aprieta — No te dejaré ir

—¿Qué dices? ¡Déjame!

—¡Nunca jamás! No sabes lo que he sufrido en tu ausencia, prefiero morir...

—Estas exagerando...

Él se aleja un poco sin soltarme, solamente para que podamos estar cara a cara. Su cercanía me pone incómodo y bastante nervioso.

—Lukas, no puedo dejarte... No quiero que te vayas, por favor vuelve conmigo.

—¿Por qué? ¿Por qué debería volver? ¿Acaso olvidas lo que me hiciste?

—Tú lo hiciste primero, tú fuiste quien me besó

Siento mi cara arder, tanto en vergüenza como en rabia. ¿Cómo puede decir eso como si nada? ¡Claro, porque a él no le importa eso!

Me muevo inquieto, como una lombriz buscando escapar nuevamente.

—A mí... Me gustó— dice de repente y yo me quedo quieto, atónito— Me gustas Lukas.

Su confesión me sorprende haciendo que mi cabeza explote. Antes, cuando dijo me amaba, creí que era algo que soltó porque está a dormido; pero ahora, estando en sus cinco sentidos, totalmente despierto comienzo a creer que lo dice enserio.

—Tú...— balbuceo— ¿Qué tonterías dices?

—¡No! Yo... sé lo que digo— él baja la mirada disminuyendo su agarre sobre mí y aunque podría aprovechar esto, simplemente me quedo en mi lugar sin poder moverme, asimilando cada una de sus palabras.

Él continúa hablando— Siempre me gustaste, desde mucho tiempo atrás, mucho antes de que habláramos por primera vez. Yo...— su voz se corta— nunca pude decirlo, no quería que me dejaras, quería estar a tu lado toda la vida no importando que doliera el hecho que tú pudieras amar a otra persona, no importando que tuviera que ocultar todo lo que sentía... Lo siento...

Derian llora en lo bajo, no queriendo ser escuchado, no queriendo mostrar un Aldo débil de él.

Mi corazón se rompe y mis ojos comienzan a llenar de lágrimas.

Ahora entiendo lo que Alan me dijo antes. Estaba siendo egoísta, no me daba cuenta del dolor que podría estar causándole a la otra persona, me centraba en qué solo yo pasaba por problemas, que solo lo que yo sentía importaba. No veía lo idiota que había sido por haber huido siempre.

Había estado esperando este momento por años, este momento en el que él por fin llegara a amarme y recordarlo con felicidad, pero ahora, con mis acciones no será recordado de esa manera, sino ahora como un momento donde hubo lágrimas de arrepentimiento.

Derian, al igual que yo, había estado ocultando todo. Sus miedo eran iguales a los míos y ambos construimos está barrera que no dejaba ver nuestros corazones ardientes de amor.

Mis lágrimas no aguantan más y comienzan a salir con frenesí. Rodeo a Derian con mis brazos, apretando con casi la misma intensidad que él lo hizo anteriormente.

—Yo... también lo siento mucho— digo en un sollozo— Perdóname.

Lo abrazo y hundo mi cara en su hombro.

—Yo también te amo...— digo en un susurro, uno tan bajito como un secreto que anhelaba ser contado.

Inefable Where stories live. Discover now