𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚇𝚅

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[DERIAN]

El día que lo ví llorar, pude sentir su desesperación de estar solo. Me dolía verlo de esa manera y más aún cuando no quería decirme nada.
Actualmente aún no lo sé y espero que algún día, Lukas esté dispuesto a decirme la razón por la cuál huyó de casa.

Sé que unas palabras no serían de mucha ayuda y sentía la necesidad de hacer algo al respecto.

Era claro que él no podía quedarse más con Alya después de una noche, ella tendría problemas y aparte, vivían dos personas allí.
La única alternativa que tenía, era quedarse conmigo y no lo hubiera pensado dos veces si no hubiera sentimientos de por medio hacía él.

Era una decisión difícil, pues si por alguna razón o equivocacion quedaban expuestos estos sentimientos, no solo perdería a la persona que amo sino también a un gran amigo y eso es algo para lo que no estoy preparado.

Sin embargo, no podía dejar a Lukas solo y no en esa situación, así que decidí arriesgarme y ví lo positivo de que ambos viviéramos juntos.

En cierto modo, mi lado posesivo quería que Lukas se quedara conmigo a toda costa.

Él no parecía seguro y esto me entristeció un poco, puesto que creí que había confianza pero al final aceptó y dejé mis pensamientos de lado.

Saben, tener al hombre que amo todos los días viviendo bajo el mismo techo, compartiendo el mismo lugar e incluso invadiendo nuestra privacidad es todo un sueño hecho realidad y si tan solo no me viera como su “mejor amigo”, él y yo fuéramos una bonita pareja.

El primer día no pude dormir bien de la emoción y me sentía como un niño pequeño. Sí, me sentía patético, pero es algo que no me importa cuando se trata de él.

Algo en mí me decía que, ahora que viviéramos juntos, conocería una nueva faceta de él de la cual quedaría aún más enamorado y vaya que no me equivoqué.

El primer día se encargó de hacer el desayuno y aunque le dije que no era necesario que lo hiciera para mí también, él fué bastante terco al querer hacerlo y bueno, no soy nadie para negarle nada.

Los primeros días eran difíciles para mí, pues no estaba acostumbrado a su presencia e hice cosas que me avergüenzan, incluso me pareció ver que Lukas reaccionaba de manera que me comenzé a sospechar que algo ocultaba...

Todo eran “sospechas” hasta ese día...

Admito que fué mi culpa y me arrepiento, pero en ese momento tenía tanta curiosidad que no pensé claramente y después tuve que hacerme cargo de mis actos.

Sin embargo, realmente no esperaba esa reacción de su parte y eso me dejó atónito.

¿Desperté algo en él?

Estaba sorprendido por lo que había pasado y miles de millones de preguntas invadieron mi mente a lo que solo tenía una respuesta, una que se me hacía aún más imposible de creer...

¿Yo le gustaba a Lukas?

Entonces ¿Por eso reaccionó así?

También significaba que ¿Él era gay? ¿Desde cuándo?

¿Por qué no lo sospeché antes?

Muchas cosas comenzaron a tener sentido y mientras más pensaba, más estúpido me sentía por no haberlo sospechado antes, por haber desperdiciado tanto tiempo y lo más importante, por lo que había hecho minutos antes.

Salí de mis pensamientos y fuí a buscarlo, pero era tarde, él no quería hablar conmigo y aunque lo llamé varias veces, Lukas nunca salió y al final, no muy convencido decidí darle su espacio... Ya no quería asustarlo más y tenía que afrontar las consecuencias.

Acostado en mi cama, mientras me regañaba por lo idiota que fuí también estaba tratando de ocultar lo asustado que estaba.

Tenía miedo y aunque ya tenía la clara sospecha de que Lukas también era como yo, no estaba del todo seguro hasta que él me lo dijera y esto solo hacía más grande mi inquietud.
No quería alejarme de él, no quería vivir el rechazo que nunca tuve y menos si venía de él, del que amo.

No estaba listo.

Así, mientras mantenía mis ojos cerrados logré escuchar como la puerta de mi habitación se abría con sigilo y los suaves pasos acercándose.

Sabía que era Lukas pero me preguntaba que hacía aquí, ¿querría hablar conmigo?

No abrí los ojos temiendo asustarlo, así que permanecí inmóvil.

Sentí el suspiro que soltó a un lado de mi cara y el toque de uno de sus dedos en la punta de mi nariz.

Quería verlo, anhelaba que cuando abriera los ojos, él no saliera corriendo y en cambio, me diera una sonrisa diciendo que nunca pudo decirme que le gustaba y justo cuando él se me confesara, yo también decirle lo que sentía y lo mucho que deseaba finalmente poder estar a su lado...
Sí, ese es gran sueño, uno tan imposible...

Y entonces lo sentí... sentí la calidez de sus labios sobre los míos, haciendo que mi corazón se detuviera para después comenzar a latir con fuerza.

Cuando abrí los ojos y lo ví con algunos mechones cayendo cubriendo su frente, con sus ojos fuertemente cerrados haciendo que sus largas pestañas temblaran, con su respiración pausada y la suave presión de nuestras bocas, supe que lo imposible nunca existió para mí.

Él había aquello que para mí era imposible.

Inefable Where stories live. Discover now