Amor prohibido (1) ✔️

Capítulo 26 "La noche"

—¿Sinceramente? No se lo has dicho, lo has dejado caer.

—¡Pues sí se lo he dicho! ¡Y no se lo ha tomado mal!

—¿Qué le has hecho? Era súper celoso.

—Ha cambiado y mucho Mel. Él no me miente y yo tampoco a él.

—¡Chicas! ¡Parad de pelearos¡ ¡Qué os dejo aquí! — nos dijo Ale bastante alterada —

—Ale, no estamos peleando. — y yo abracé a Mel que me devolvió el abrazo — Somos así.

—Lo que pasa es que yo lo conozco de antes de estar con ella y era súper celoso.

—Bueno vale, ¿os llevo a casa? — miré el móvil y era pronto — En nada entro a trabajar.

Llegamos y Ale llevó a Cris a su casa para luego irse a trabajar, yo me fui con Mel a su cuarto.

—Tía, tengo hambre. — dije yo —

—¡Pero si acabamos de comer!

—Algo dulce.

Y Mel sacó de un cajón de su mesilla de noche una caja con palitos de chocolate.

—¿Te vale? — se la quité de las manos y me puse a comer, aunque de vez en cuando le daba uno a ella — ¿No estarás embarazada? — y yo empecé a dudar —

—Anoche me encontraba mal y vomité...

—Me lo dices de broma, ¿no?

—¿Me ves reírme?

—Vale, esto va en serio. ¿Llamo a Jordi?

—Mel, no hace gracia.

—Era para aliviar el ambiente.

—Pero no creo que esté embarazada.

—Abril, anoche vomitaste y ahora tienes hambre.

—No ayudas, Mel.

—Tranquila, será una falsa alarma.

—¿Estoy embarazada o es una falsa alarma?

—No sabría que decirte.

—Tía...

—Abril, no me asustes. ¿Qué pasa?

—¿Tú sabías que yo le gustaba a Víctor?

—Era obvio.

—Pues yo no me di cuenta.

—Estabas demasiado centrada en su hermano como para notarlo.

—¿Por qué no me dijiste nada?

—Abril amor, me dijiste que estabas enamorada de Darío.

—Lo sigo estando, tú lo sabías e intentaste que pasara algo con Jordi.

—¡No es lo mismo! Aquí viniste para olvidar a Darío.

—Tía, tengo que contarte lo que me dijo Darío anoche.

—¿A qué esperas?

—Salió con Sandra para olvidarme.

—Pero si cuando empezó a salir con Sandra tenía 22.

—¡Y yo 15!

—¿Y por qué dijeron que Darío le había puesto los cuernos a Sandra?

—Supongo que para que no se supiera la verdad. Que tenía en su cabeza a una niña de 15 años.

—¿No lo sabes?

—No me lo dijo, solo que Sandra lo dejó por mí y que no se arrepiente.

—¿Me estás diciendo que lleváis enamorados cuatro años y os lo dijisteis hace un año?