Amor prohibido (1) ✔️

Capítulo 16 "No me lo creo"

Llegué al baño con Mel y no paraba de llorar.

—Me ha dicho que no me quiere, que nunca me ha querido.

—Te ha dicho que nunca te lo dijo, no que nunca lo haya sentido.

—Lo mismo es. — y empecé a llorar más fuerte —

—¿Quieres que nos vayamos a mi casa?

—No, es el cumple de Jordi. Tengo que estar con él.

—Lo primero es que tú estés bien. Jordi pensaría lo mismo.

—Dame unos minutos y salgo, ve con los chicos.

—No te voy a dejar sola.

—No voy a hacer ninguna tontería Quédate tranquila.

—Okey. — me abrazó y se fue —

Yo me miraba al espejo secándome las lágrimas, me retoqué el maquillaje y volví con Mel y los chicos.

—¿Estás mejor? — me dijo Jordi —

—Tengo que asimilar lo que me ha dicho.

—Abril, si te quisiera tanto como tú a él, no habría hecho lo que ha hecho.

—Mel, yo lo quería mucho cuando me fui y lo sigo queriendo.

—¿A pesar de todo? — me volvió a decir Mel —

—Y de todos. — dije mirando a Jordi que no entendía nada —

—¿Por qué me miras?

—Se refiere a ti.

—Si ya me lo había dicho.

—¡Camarero! Traigame otra caipiriña.

—¿No decías que solo una?

—No contaba con lo que ha pasado, necesito olvidarlo.

—Acuérdate de la resaca que pasaste, te duró días. — me recordó Mel —

—Olvidarme de lo que ha pasado, no de él.

Y justo me sonó el móvil, no sé como lo escuché con el ruido que había. Era Víctor, dude en contestar, pero lo hice.

—¿Darío? — y negué con la cabeza —

—Salgo fuera, que aquí hay mucho ruido.

—Pero, ¿quién es? — me preguntó Jordi curioso —

—Mi mejor amigo.

Salí del hotel y Víctor empezó a hablarme.

—Abril, ¿en serio me has contestado?

—Sí Víctor, soy yo.

—Verás... ¿cómo te lo digo?

—¿El qué?

—Me enfadé con Darío no porque estuvierais juntos, si no porque pensé que te haría daño. Ya sabes su pasado.

—Víctor...

—Uno no puede elegir de quién se enamora. Aunque hubiera preferido que te enamoraras de mí.

—Ya me lo ha hecho.

—¿Me lo dices en serio?

—Sí, lo acabo de ver y me ha dicho que nunca me quiso.

—Tú estabas enamorada de él, ¿verdad?

—Y lo sigo estando, pero el no me quiere.

—Este chaval es tonto.

—No digas eso Víctor.