CAPÍTULO {14}

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EDA
Un cosquilleo siendo en la nariz como si una pluma me estuviera haciendo cosquillas.

Intento abrir los ojos pero me es imposible no sentir una presión enorme en la cabeza como si me hubieran metido un golpe. Todo me da vueltas y no consigo estabilizarme para recordar lo que paso.

No sé dónde estoy ni como llegue aquí y apenas soy capaz ver con claridad todo lo que hay a mi alrededor. Una fuerte queja sale de mi boca cuando intento mover mi pierna derecha.

Procuro ponerme de pie como pueda pero no consigo moverme del sitio. Intento calmarme haciendo una respiración profunda. Miro a mi alrededor, parece que estoy en una cabaña.

Todo es muy pequeño pero cómodo, a lo lejos veo una chimenea encendida que aporta una temperatura agradable, al lado hay un mueble con un montón de herramientas de caza.

Las ventanas son muy pequeñas pero si puede ver cómo cae la nieve con ráfagas fuerte.

No se como llegue aquí ni como me hice eso en la pierna, lo único que me acuerdo es estar hablando con mi madre por teléfono cuando llegue al hotel donde iba a pasar las vacaciones con mis amigos pero a partir de ella todo me hace ver negro.

Siendo como cruje la puerta cuando algo intenta abrirla. Intento aferrarme a algo para coger lo que tengo lo más cerca posible pero con la pierna imposible moverme ,lo único que consigo es una cuchara que está encima de una mesita cerca de mi.

Un hombre encapuchado entra cargado de madera cubierta de nieve por la puerta, en aquel momento mi corazón no paraba de acelerarse cuando se acercaba más a mi.

—¿Qui-en eres?–intento hablar pero la voz me tiembla por el desgarre que siento en la garganta.

No me hace caso y se acerca a la chimenea para dejar los troncos cerca del fuego.

–Si dejaras de apuntarme con la cuchara tal vez te diría quien soy–me decía él caminando hacia mí.

La voz se me hacía conocida, tal vez estaba soñando pero era imposible que fuese él. Aquel extraño encapuchado decide quitarse la bozo que le cubría la cara.

—¿Serkan?–los ojos si me humedece cuando reconozco aquel rostro. Intento levantarme pero él consigue sostenerme antes que me caiga por completo.

—Pequeña tienes que estar sentada sin moverlo,sino no podrás currarte.–me dice sentándose al lado mío con la pierna mia sobre la suya.

—¿Que pasó?¿como acabe aquí ?–eran muchas preguntas que necesitaba una respuesta para aclararme lo que paso. Todo me confunde y no se como afrontarlo.

—Por momento tienes que calmarte y tienes que estar segura que conmigo estás a salvo, nadie podrá hacerte daño si estoy yo contigo, tenlo claro—me abraza hundiendo mi cara en su pecho sin poder resistirme que lloviera mis ojos.

Tras un rato ya calmada, Serkan me cuenta los hechos ocurría posteriormente a mí desaparición del hotel y la búsqueda que se armó para buscarme. No me podría creer que el vino a por mi dejando todo atrás.

—Serkan no se como puedo agradecerte todo lo que has hecho por mi–le miro a esos ojos verdes que penetra con los míos creando una conexión que nos hace estar conectados sin querer apartar la mirada.

—Eda si te perdía no se que haría sin ti

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—Eda si te perdía no se que haría sin ti...–esas palabras me llegan a sentir cosquilleos de mariposas—Me asuste mucho cuando vi la noticia y no pensé dos veces en venir a buscarte–me dice cabizbajo acariciándome suavemente la pierna.

Estaba totalmente enloquecida y sin pensarlo dos vez acerque su cara con las dos manos junta la mía. A dos milímetros nuestros labios hicieron contacto. Sus manos se deslizaron por mi cuello.

Apretándome suavemente la garganta con los pulgares me echó la cabeza atrás. Sentí la presión de sus labios contra los míos, con tal fuerza que impidió salir lo que fuera que estuviera a punto de llamarle.

Sus manos bajaron hasta mis hombros, rozaron mis brazos y se posaron en mi región lumbar. Sentí ligeros escalofríos de pánico y placer. Intentó estrecharme contra él, y yo le mordí el labio.

Un instante sin consciencia, una imagen, un tú, un yo. Un nosotros y el beso.

Es el tipo de beso que inspira a las estrellas a subir al cielo e iluminar el mundo. Del tipo que toma una eternidad y ni un segundo en absoluto. Sus manos están sosteniendo mis mejillas y se aleja solo para mirarme con su pecho agitado y dice:

—Creo, que mi corazón está a punto de estallar. —Y deseo, más que nunca, saber cómo capturar momentos como estos y revivirlos por siempre...

[próximos capítulos]

UN GUARDIAN PARA MI CORAZÓN Where stories live. Discover now