16

627 77 43
                                    

Con el paso de los días, los muchachos se fueron acoplando a sus horarios para cuidar a Morgan. Ya no estaba el problema de que Lisa no dormía o de que Donnie no convivía con la niña.

Y así, sin darse cuenta, los meses pasaron y Morgan cumplió un año y comenzaba a dar sus primeros pasos. Al principio les parecía tierno y miy divertido, hasta que se dieron cuenta de que había demasiadas escaleras y le costaba mucho bajarlas. Hubo que improvisar una pequeña cerca para que no se cayera por las escaleras, pero aprendió a salir de ella por culpa de Mikey, quien pensaba que era divertido enseñarle a trepar para que pudieran ir juntos a una misión algún día. Lisa casi lo ahorca cuando se enteró.

-Ven, Morgan, ven aquí con tío Rafa -le decía Rafa extendiendo sus brazos mientras la niña daba pequeños y lentos pasos en dirección a él.

Aunque trataba de disimular, Rafa estaba realmente enternecido por como crecía la niña, no tanto como Donnie, pero se enternecía cada vez que la veía dando pasitos, y cuando la veía caminando de la mano con Lisa.

Cada que iba, Lisa daba paseos por toda la guarida tomando las manos de Morgan y caminando despacio, riendo y cantando canciones. Muchas veces, Donnie iba con ellas y le hacían un columpio entre ambos. Donnie estaba realmente feliz con toda su familia, y le hacía feliz que Splinter ya tratara con más cariño a Morgan.

También cada día le enseñaba objetos y le decía como se pronunciaba, tragando de enseñarle a hablar. Aunque sólo decía alguna que otra cosita balbuceada.

-Al menos al puré le dice -decía Mikey  emocionado, porqué sabía que a Morgan le hacía realmente feliz comer los purés que le hacía el tío Mikey.

Cada día era lindo, era diferente, era divertido con la niña. Morgan siempre se sentaba a ver las sesiones de entramiento, o Splinter la cargaba mientras les enseñaba a sus hijos. Ella no entendía muy bien que hacían, pero le parecía divertido, aunque había veces en las que se ponía a llorar cuando veía que su papá o sus tíos acababan en el suelo. Tarde o temprano entendería que no eran golpes reales, y distinguiría los que si eran de verdad.

***

Habían cambiado muchas cosas en ese año que Morgan llevaba viviendo con ellos, sin embargo, la relación entre Lisa y Donnie no avanzaba, habían acordado que no lo harían hasta acoplarse bien a los cambios, pero muchas veces Lisa pensaba que nunca dejaría de haber cambios con un bebé en sus vidas, que siempre pasaría algo diferente, alguna sorpresa, y aunque quería a Donnie, aunque estaba enamorada de él, a veces si quería que las cosas fueran diferentes.

-No lo sé, Rafa... -le decía, sentados viendo de lejos a Donnie caminando con Morgan -. Claro que lo quiero y que me gusta la pequeña familia que tenemos, pero también me gustaría, no sé...

-¿No estar en la misma situación desde hace un año? -adivinó Rafa, mirándola. Ella asintió ligeramente -. A veces creo que tienes que decirle tal cual lo que quieres; es listo, pero torpe para algunas cosas.

-¿Hablo directamente con él? -preguntó nerviosa.

-Si realmente quieres cambiar lo que tienen, si -respondió, dándole un abrazo por los hombros -; haz lo que creas correcto.

Aquella tortuga de ojos verdes había tratado a Lisa de una manera diferente y un tanto especial, pero de una manera tan sutil que nadie de su familia lo había notado aún, ni siquiera Lisa lo había notado. Y es que Rafa poco a poco comenzaba a verla con ojos diferentes, comenzaba a ver color cada que estaba con ella, comenzaba a entender porqué su hermano Donnie la quería de una manera especial... y le aterraba.

Le aterraba la idea de enamorarse de su mejor amiga, de la chica que día a día iba a su casa, de la chica que lo abrazaba con cariño, la que siempre estaba con él, la que le contaba todas sus cosas; le daba miedo enamorarse de la chica de la que su hermano estaba perdidamente enanorado desde hacía cinco años, y la cual estaba también enamorada de su hermano.

Pero algo que no entendía era que cuanto más lo negaba, más fuerte se hacía ese sentimiento y eso lo hacía sentir terrible, por lo mismo de que sabía que Donnie también estaba enamorado de ella. Y el sentimiento que más le dolía, era el de tener que fingir que nada pasaba, decirle cómo acercarse más a Donnie, aunque por dentro sólo quisiera decirle que quería estar con ella, o escuchar a Donnie decirle lo mucho que la quería cuando él se sentía exactamente igual.

Sabía que tenía que sguantar, sabía que Lisa y Donnie habían pasado muchas cosas para poder estat juntos y todavía las estaban pasado, y que no era justo para su hermano que él intentara siquiera la más mínima cosa con Lisa. Pero en su corazón a veces, muy a veces, más seguido de lo que le gustaba admitir, daría cualquier cosa por ser la tortuga á la que Lisa abrazaba de manera cariñosa mientras Morgan dormía, y ni sólo mirarlos sentado fingiendo ver la televisión con Mikey.

Mi padre es un mutanteWhere stories live. Discover now