Capítulo 18

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Bogum se escabulló lejos de las miradas de los guardias, y con el audífono que le dió MinGyu, se lo colocó en el borde de la oreja

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Bogum se escabulló lejos de las miradas de los guardias, y con el audífono que le dió MinGyu, se lo colocó en el borde de la oreja. Se sentó cerca de una conexión, escondiéndose detrás de una pequeña palmera artificial. Agitó la cajita de jugó que tenía guardada en su saco formal, colocándole la pajilla como si tuviera todo el tiempo del mundo. Normalmente mantener su azúcar controlada le ayudaba a concentrarse, y pensar con más detenimiento lo que involucraba infiltrarse al edificio.

¿Oye, sigues ahí?. —dijo Yeonjun desde el auricular.

Bogum dió un pequeño sorbo antes de empezar y empujó con su dedo corazón sus lentes para acomodarlos.

—Dame dos minutos, te abriré las puertas del estacionamiento y apagaré las cámaras de seguridad.

Y aunque parecía todo un reto ingresar al edificio con una tablet absoleta, solo era un reto más que superar para él; además, corría menos riesgo de ser atrapado. Arremangó su manga exponiendo su código, y picó al segundo dígito para acceder a sus archivos guardados. En una de sus carpetas, había un listado de contraseñas con las cuales pensó adueñarse de la empresa, más no lo hizo por su hermana. Taehyun sintió el silencio sepulcral, por lo que se limitó a ver el estacionamiento por milésima vez.

Jadeó sorprendido al descubrir pequeños detalles, como el camuflaje de las cámaras cuando fueron desactivadas. Esa era la señal de que podían entrar ya.

—Vamos, el cuarto de seguridad está cerca. —dijo Yeonjun, empujando la puerta para entrar.

Taehyun entre abrió los labios, viendo la facilidad con la que se animaba a ingresar adentro. Curioso por saber como lucia, lo siguió en pasos cautelosos. El suelo era parecido a un espejo, en el que pronto se formaban pequeñas líneas de distintos colores formando un camino entre cruzado y subían las paredes para terminar en el techo. Las luces estaban apagadas, y los guardias rondando los pasillos así que debían ser rápidos.

Daebak... —soltó con los ojos bien abiertos.

—No te quedes ahí parado —susurró su compañante, después, le lanzó una pequeña bolsa de tela—. Si ves a un guardia, pegale con eso.

Tiró de las cuerdas para abrirlo, adentro habían doce —a lo que su mente, parecían canicas—, de un color grisesco. Frunció su ceño cuando captó la intención con las que se las daba.

—Espera, ¿tú a dónde vas? —preguntó dudoso, con miedo a quedarse solo en aquellos pasillos.

—Yo iré al sótano, tú al cuarto de seguridad —señaló con su dedo y añadió una última cosa—. Bogum te guiará.

—Pero-..

Descuida, me aseguraré de que llegues a salvo. Mi hermana me matará si no llegas completo —musitó desde su oído.

Hizo una mueca insatisfecho, e inevitablemente no pudo evitar en pensar en  Beomgyu, quien seguía atrapado en ese estúpido cubo y en manos de los malos. Soltó un suspiro cerrando los ojos, fue ahí cuando dió el primer paso para avanzar, ya no había vuelta atrás era demasiado tarde para retroceder. Bogum seguía tecleando cosas, y desde el mapa del cual tenía acceso trazó el camino más seguro. Tomó la cajita de jugo entre sus manos para dar otro sorbo, y entró a la base de accesos de la IA. Parpadeó varias veces cuando notó que seguía intacta, su cerebro central no había sido tocado.

BLUE HOUR | Choi Soobin [✿]Where stories live. Discover now