[2] Choi Soobin

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Me era imposible perder la pelota de vista, y aunque sabía a la perfección donde terminaría, cerré los ojos esperando aquel impacto en mi rostro, que justamente sucedió dos rebotes después

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Me era imposible perder la pelota de vista, y aunque sabía a la perfección donde terminaría, cerré los ojos esperando aquel impacto en mi rostro, que justamente sucedió dos rebotes después. Por alguna extraña razón soy un imán para los bullyis, incluso si los sobrepasaba por una cabeza no parecía importarles, así que me incaba de rodillas después de las clases de educación física. Taehyun había faltado a clases por un problema de sus padres, el divorcio solo había empeorado las cosas y desgraciadamente todo el peso estaba recayendo en él.

¿Cuál era la razón por la que mis propios compañeros me trataran así? Bueno, a veces cerrar mi bocota era demasiado difícil. Oh, el gran Choi Soobin tenía que decirle al profesor la gran trampa que estaban haciendo en el exámen, mi idiotez a veces sobrepasaba mi inteligencia. Tercero de secundaria, con catorce años de edad, eso era poca experiencia de la vida. La verdad era que normalmente no recibía golpes a diario, Taehyun emanaba un aura extraño que asustaba a todos, y como era mi mejor amigo nadie se atrevía a ponerme un pelo.

O eso era lo que yo creía al menos.

—¡Eish, maldición contigo Choi! —exclamó tomandome de la mandíbula—. Te he dejado un moretón al lado del ojo, más te vale no decirle nada a Taehyun.

Fruncí mi ceño, haciendo una gargara para después escupirle en la cara.

—Jodete.

Creo que pasaba por esa etapa de rebeldía, en donde quería desafiar a todos y sentirme respetado, pero siempre me salía mal. Quería ser como Taehyun, estaba harto de parecer un saco de boxeo, así que muchas veces intentaba ser duro e hiriente, aún si el remordimiento me atacaba en ese mismo instante. Pero nunca funcionaba.

—Acabenlo —dijo en una orden directa.

Mi poca valentía se esfumó por completo, me hice bolita en el suelo sintiendo como los pies de mis compañeros me pateaban duro la espalda. Nunca di el primer golpe, ni el segundo, ni el tercero mucho menos el cuarto, jamás le di uno a nadie. Era patético en todo el sentido de la palabra, yo no era como Taehyun, en realidad tenía miedo e inseguridades, quería parecer genial ante sus ojos, yo también quería ser el que lo defendiera y no el que quedara en ridículo.

Supongo que debería parar de ser alguien quien no soy, guardar silencio, y simplemente ser quien soy. Las risas retumbaron mi cabeza, pero no me moví cuando pararon, cada parte de mi cuerpo dolía y el sudor de mi frente comenzaba a mezclarse con la tierra del suelo.

—¿Está muerto? Les dije que no debimos golpearlo tan duro —escuché a Garam decir en un murmuro.

—¿Y qué si lo está? A nadie le importa.

Sentí mis párpados pesados, y en mi cuerpo la pesadez no quería levantarme, moverme parecía la cosa más difícil. No fue hasta que escuché una voz ajena a lo lejos de donde estaba, ahuyentadolos.

BLUE HOUR | Choi Soobin [✿]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora