Capítulo 13

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"Volviendo a casa"

Pasó otro día nuevo. Cuatro días habíamos estado en este país conocido como "la ciudad del amor". Ambos nos encontrábamos platicando en el lugar donde nos quedamos. Sirius estaba en la cocina haciendo té —sí, había una pequeña cocina en la habitación—.

—Toma, hice algo de té —avisó el chico extendiendo su brazo con la taza de té.

—Gracias —agradecí.

—Sirius ¿Qué somos?

Esa pregunta salió como si nada, sabía que era una buena pregunta, pero con una repuesta muy difícil de contestar. Después de lo de anoche no sabía lo que éramos. ¿Amigos? ¿Amigos que se besan? ¿Amigos que sienten algo más que amigos? ¿Novios? Bueno, nos besamos y eso hizo que pensara que, si lo éramos, solo no lo habíamos formalizado, pero aun así ¿¡Que éramos!?

—No lo sé —contestó pensativo.

Ambos nos quedamos en silencio pensando una y otra vez en "¿Qué éramos?"

—Oye vayamos a una florería ¿Qué dices? —preguntó Sirius.

—Claro, es una buena idea —afirmé moviendo mi cabeza.

Después de tanto caminar y caminar llegamos a una florería que estaba a veinte minutos de donde estábamos anteriormente. Al llegar podía oler desde mi sentido del olfato el fuerte aroma a flores, principalmente a rosas. Esto hacía que tuviera un pequeño recuerdo o mejor dicho un deja vu de esa vez en la que fuimos a la florería de nuestra ciudad.

—¿Recuerdas cuando te di una rosa rosa? —preguntó Sirius.

—Si, ¿Por qué la pregunta? —interrogué en el momento en que mi intuición decía que algo estaba por suceder, y si al fin me dirá su significado.

¡¿Finalmente me dirás si significado?! —lo tomé de los hombros haciendo que se moviera de adelante y para atrás.

—Estás en lo correcto, el significado de la rosa rosa es... —suspiró sonriendo—. Vaya no creía que me fuera a costar decirlo, pero bueno. Significa declaración, las personas regalan estas flores para declararles a sus intereses románticos y yo en mi caso cuando te la di el mes pasado era una forma de declararme hacia ti sin que lo supieras hasta que yo estuviera listo de hacerlo formalmente, y por esto fue la razón del escape, quería que fuera especial y romántico. Para finalizar quiero preguntarte ¿Puedo ser tu novio?

Sus palabras hicieron que mi cara se sonrojara, mi corazón latía muy rápido y sintiera mariposas en mi estómago. Me sentía como la chica más afortunada del mundo.

—Claro, por supuesto que si —sonreí mientras lo abrazaba.

Estuvimos a punto de separarnos de nuestro abrazo cuando nos miramos a los ojos, a nuestros ojos cafés sintiendo toda la tensión entre nosotros olvidándonos de la existencia de los demás y solo estuviéramos él y yo haciendo que el me agarrara mi barba con sus dedos y nuestros rostros se acercaron para sentir nuestros labios juntos en un cálido y lento beso. Nos tuvimos que separar por la falta de aire, Sirius me entregó la rosa y dijo haciendo una pequeña sonrisa:

—Así que ahora somos novio y novia.

—Eso parece —sonreí aceptando la rosa y él me toma de la mano para irnos a otro lado.

No podía creer que después de seis años de amistad terminaran convirtiéndose en una relación romántica y ser almas gemelas destinadas a estar juntos.

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Era el último día aquí en París y era hora de regresar a Hertfordshire para terminar recibiendo un regaño de parte de nuestros padres por hacer esta locura o peor estar castigados por posiblemente una semana y en el caso de mi padre posiblemente por el resto de mi vida. Me preguntaba cómo estarán nuestros hermanos, me preguntaba si nos estarían echando de menos a pesar de que nos fuimos por una semana.
Estábamos en el tren ya en movimiento que nos llevaría de regreso a casa, estaba acostada con mi cabeza en su regazo mientras que el agarraba un mechón de mi cabello suelto enredándolo en su dedo.

—¿Cómo crees que reaccionen nuestros padres después de lo que hicimos? —pregunté mirándolo.

—Definitivamente castigados sin salir de casa y sin tener contacto físico entre nosotros ahora que ya somos pareja —comentó Sirius.

—Deberíamos escribirnos cartas mientras estemos distanciados.

—Sería una buena idea.

Hubo un rato en el que tenía sueño y estuve a punto de dormirme hasta que Sirius hablo para decir lo más obvio que sus ojos estaban viendo en ese preciso momento mientras tocaba mi hombro.

—Oye ¿Estás dormida?

—Solo estoy entrando a diferentes mundos paralelos a través de mi mente con los ojos cerrados —comenté haciendo una referencia a estar imaginando cosas fuera de lo normal como en los sueños.

—Vaya respuesta, solo quería saber si aún estabas despierta porque quería darte un beso con tu consentimiento y no quería despertarte.

—Y aun así lo hiciste —mencioné—. Claro que puedes besarme.

El chico se acercó a mi rostro y sentí sus labios junto a los míos en un beso corto.

—Descansa.

Finalmente, después de muchas horas llegamos a Hertfordshire teniendo en mente lo que sucederá más adelante al instante que lleguemos a casa. Sirius me despertó sacudiendo mi hombro moviéndolo hacia delante.

—¿Ya llegamos? —cuestioné con los ojos entrecerrados apenas despertando.

El afirmó para después pararnos del asiento a recoger nuestras maletas y en ese instante bajar del tren.

—Fue una gran aventura —comentó Sirius.

—Esta marcará el comienzo de muchas más.

Caminamos hasta ver desde una distancia no muy lejana nuestros hogares después de no verlos por un rato, suspiramos como si hubiéramos regresado y haber estado por mucho tiempo.

—¿Estás lista/o para llegar? —nos preguntamos al mismo tiempo y luego asentimos, puso su brazo derecho rodeando mis hombros.

Al llegar a casa vi a Jerry observándome desde la ventana de su habitación y al verme se va de inmediato a avisarle a papá de mi llegada, también en ese momento salieron las chicas Deloughrey a recibirnos.

—Chicos, al fin volvieron —dijo Rose abrazándome y después abracé al resto.

—¿Por qué hicieron semejante locura? —nos regañó la señora Deloughrey—. Apuesto que fue Elizabeth tuvo la idea.

—La idea en realidad fue mía —contestó Sirius.

—Están castigados sin verse por una semana —propuso mi padre.

Sirius y yo nos miramos el uno al otro asumiendo nuestro castigo, nos despedimos con un abrazo mientras murmuraba que nos escribiremos y después me besó en la mejilla sutilmente sin que nadie notara. Básicamente así fue como comenzó nuestro castigo.

No puedo creer que ya llegamos a la mitad de la historia ahhhhhh! Les agradezco mucho su apoyo cada que votan, comentan, recomiendan y leen esta historia. Espero que les esté gustando y antes, esté es un capítulo dedicado a mi amiga Scarletth por su cumpleaños :)

Los amo 💗
Astrid Peverell <3

El Recuerdo De Elizabeth BerkshireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora