Capitulo 4

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"El chico de las flores"

Ya casi estaba a punto de anochecer. Jerry y yo estábamos sentados en el sofá sin hacer nada y vimos que nuestro padre había llegado a casa después de un día de trabajo. Entró dejando su saco sobre las escaleras.

—¿Cómo ha estado su día? —preguntó mi padre.

—Estuvo bien —respondió Jerry.

—El mío también —dije yo.

Me paré y fui a la cocina por una manzana porque ya tenía mucha hambre.

—Elizabeth, ¿podrías preparar la cena? —preguntó mi padre?

Asentí.

Al ser la única mujer en la familia, tenía que hacerme cargo de los quehaceres del hogar. Sabía que esto era muy injusto —mi familia no siempre era así, estas situaciones solo sucedían algunas veces, pero de igual manera no lo justificaba—. La sociedad nos hace pensar que las mujeres solo somos útiles para complacer a los hombres y yo pensaba todo lo contrario.

Uno de mis libros favoritos era «Mujercitas», y recordaba cuando mamá decía que mi personalidad era una mezcla de las cuatro chicas March, pero principalmente solía decir que era como Jo, ya que éramos muy similares.

Prácticamente, yo era una especie de variante suya.

Algo que siempre he pensado sobre las mujeres, era que "nosotras somos almas únicas a nuestra manera, y no hay que dejar que la sociedad nos corte las alas para ser quienes queramos ser".

Había terminado de hacer la cena y todos nos habíamos sentado a la mesa.

—Chicos, quiero contarles algo —anunció mi padre.

—Te escuchamos —contestó Jerry.

—Les cuento que la próxima semana iremos a Londres. —Jerry se emocionó al igual que yo.

—¿Será como un viaje familiar? —preguntó mi hermano.

—Principalmente será por trabajo —le respondió mi padre.

Cuando padre mencionó que iríamos a Londres, recordé que Sirius también estaría allí al mismo tiempo que nosotros; por un momento pensé que ambos viajes estarían relacionados entre sí.

—La razón del viaje es porque dos de las familias más ricas de Inglaterra darán un baile muy importante —comentó mi padre.

Me levanté de la mesa y recogí mis cosas en el momento en que había terminado de cenar, dejando mi plato en el fregadero. Luego, fui directamente a mi habitación para escribirle una carta a Sirius para decirle que también iría a Londres, igual que él.

Esto fue lo que escribí:

Querido Sirius:

¿Recuerdas cuando me dijiste que irías a Londres?
Bueno... Te tengo una noticia: ¡yo también iré la próxima semana y al mismo baile gracias a mi padre!

La razón principal del viaje se debe al trabajo, pero dejando eso de lado, ¿acaso no es genial? Siempre quise saber qué se sentía asistir a ese tipo de bailes.

Espero que leas esta carta.

Elizabeth.

Al día siguiente le envié la carta que había escrito la noche anterior, y más tarde ese mismo día recibí una carta suya como respuesta.

Cuando la abrí, decía lo siguiente:

Querida Elizabeth:

Sí lo recuerdo, y me alegra mucho saber que ambos iremos a Londres por la misma razón.
Lo genial de este viaje es que conoceremos un lugar nuevo y coincido contigo en que será genial, pues será el primer baile al que asistiré en mi vida y será contigo.

El Recuerdo De Elizabeth BerkshireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora