Capitulo 2

76 10 3
                                    

"El tulipán rojo"

28 de julio, 1888

Habían pasado seis años desde que nos habíamos conocido y la vida era muy normal, pues en todo ese tiempo nos habíamos vuelto demasiado cercanos el uno al otro, al igual que nuestros hermanos mayores Jerry y Rose, que también se hicieron mejores amigos. Ellos dos eran como la versión un año mayor que la de Sirius y yo.

Nosotros dos estábamos caminando por las calles de Hertfordshire. El día era agradable y caminábamos directamente hacia una florería. Él tenía un cierto gusto y amor por las flores desde que lo conocía y me iba a enseñar sobre ellas, al decir verdad a mí también me gustaban las flores, pero no de la misma manera que a él le gustaban.
Yo solo admiraba la belleza de sus colores, mientras que él solo sabía demasiado sobre ellas.

Se podría decir que incluso parecía tener más conocimientos sobre ellas que un mismo florista.

—Dime ¿Quién te enseño sobre flores? — pregunté, curiosa.

—Mi padre —contestó con una media sonrisa.

—¿En serio? Pensé que habría sido Rose o tu madre. Nunca había sabido de un hombre que supiera de flores además de ti, lo cual me resulta genial. Mi padre no acostumbra a enseñarme cosas, solo dice «aprende a hacer las cosas sola, no siempre estará alguien para ayudarte» —imité la voz de mi padre.

Algo de lo que nunca me había dado cuenta hasta ese momento fue que, de los seis años que llevamos siendo amigos, jamás me ha hablado de su padre. Lo único que sabía de él era que murió, y no sé por qué nunca le había preguntado sobre él.

—¿Por qué nunca me hablaste sobre tu padre? — le pregunté.

—Casi no me gusta hablar de él —contestó cabizbajo.

—Oh, lo siento, no era mi intención.

—No te preocupes. — Me miró a los ojos con una media sonrisa-. Él me abandonó poco antes de morir, cuando yo tenía ocho años. Algunos conocidos de él decían que yo tuve la culpa. No sé qué pensar al respecto, pero da igual —agregó.

—¿Quién te abandonaría? Eres demasiado bueno.

Sirius sonrió ante el comentario, y en ese instante llegamos a donde estaban las flores. El chico se detuvo en uno de los puestos y comenzó a agarrarlas una por una, mostrándome las diferentes especies que había en el lugar.

—Bien, Sirius, ¡sorpréndeme! —exclamé con una sonrisa en mi rostro.

Comenzó agarrando una rosa.

—Esta que ves por acá simboliza amor— dijo, señalando una rosa roja—, esta simboliza consuelo. — Señaló un geranio escarlata.

Sirius buscaba más flores para mostrármelas; en aquel momento me parecía interesante ver cómo hablaba apasionadamente sobre ellas.

—Este es un tulipán, esta flor tiene muchos significados dependiendo de sus colores, imagino que no sabías de eso, ¿no es así Berkshire? — interrogó Sirius.

—Me sorprendes, aunque era de esperarse —dije, mirando más flores qué había alrededor.

—Toma —dijo el chico, dándome un lindo tulipán rojo hacia mí.

—¿Esta que significa? —pregunté, curiosa.

—Pronto te lo diré, cuando sea el momento indicado — respondió misteriosamente y mirando las demás flores.

—Misterio —comenté—. Me agrada.

El chico sonrió y ambos continuamos caminando sin rumbo alguno. Todavía estábamos viendo flores y decidí agarrar una orquídea para ponerla en la cabeza de Sirius, mientras que él agarraba una margarita para ponerla en mi cabello.

El Recuerdo De Elizabeth BerkshireWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu