Capítulo 10

28 6 2
                                    

"El escape"

El aire cálido del verano soplaba en mi rostro mientras estábamos en el puente que cruzaba el vital líquido y seguíamos lanzando piedras al lago haciendo que rebotaran en el agua.

—¿Cómo eres tan buena en eso? —preguntó Sirius.

—Fácil, el truco está en la muñeca. Solo déjala fluir.

Siguió mi consejo y después de muchos intentos lo logro, hizo que rebotara la piedra en el agua.

—¡Lo hice! —exclamó.

—Lo lograste —hablé mientras tomé sus manos para alzarlas como forma de celebrar.

—Hagamos esto, el que lance la piedra más lejos gana. Hecho.

—Hecho.

Alzamos nuestras manos para hacer el trato hecho. Momento después la lanzamos al mismo tiempo y la que llegó más lejos fue la mía.

—Gané —expresé alegremente.

—No es justo, tú tienes más practica—dijo Sirius.

Lo vi bajarse del puente cuando en ese preciso momento no se dio cuenta de que había una roca atravesando su camino haciendo que se tropezara y cayera al agua, al decir verdad el lago no está muy profundo.

—Sirius ¿estás bien? —pregunté evitando soltar una risa por su caída, lo admito fue algo gracioso de ver.

Estaba todo mojado mientras me acerqué a donde estaba el teniendo cuidado de no caerme. Me empecé a reír y aún seguía en el lago.

—No te rías ayúdame —dijo Sirius estirando su brazo para ayudarlo a pararse.

—Pobrecito, buena suerte secándote.

—No, pobrecita tu.

Tuve una expresión de confusión hasta que con ambos brazos me jalo haciendo que ahora cayera al lago mientras estaba encima de él. Toda mi ropa se había mojado mientras Sirius sostenía mis manos para que pudiera moverme.

—Idiota, eres un idiota —repliqué salpicándolo de agua en su rostro.

—Si caigo, tú también caes —dijo.

—Déjame mover —dije intentado mover mis brazos.

—Listo, puedes moverte.

Dijo mirándome a los ojos como si estuviera viendo mi alma a través de los suyos haciendo que en ese instante se sintiera una fuerte tensión entre nosotros y de inmediato me levanté saliendo de lago al igual que el caminando hasta casi llegar a nuestras casas.

—¿Qué les pasó? ¿Por qué están mojados? —preguntó Jerry apareciendo de la nada.

—Caímos al lago —respondí.

—Bobos.

La noche había llegado y yo seguía despierta a pesar de que ya fuera la medianoche, aún no lograba caer en sueño por culpa de mi mal hábito de sobre pensar las cosas, incluso por lo más mínimo. Eran ese tipo de pensamientos que lo que hacen es atormentarte en medio de la noche. En ese momento pensaba en mis dibujos, en por qué a mi inspiración no la sentía dentro de mi alma como lo había sido siempre.

Probablemente necesitaba salir de mi zona para encontrar más inspiración como posiblemente hacer un escape para después volver a recuperar mi alma creativa y tal vez renovarla por completo.
Con la palabra "escape" pensé en Sirius recordando la vez en la que estuvimos viendo las estrellas y propuso la idea.

En ese instante me puse a recordar momentos que había vivido con él a lo largo de los años dándome cuenta de que desde ese entonces siempre hemos tenido una conexión especial entre nosotros y las miradas eran lo principal de todo. Me estaba dando cuenta que me gusta el, no, que estaba enamorada de él, de ese chico que conocí a los diez años y medio llamado Sirius Deloughrey.

༺♡༻༺♡༻༺♡༻༺♡༻༺♡༻༺♡༻

23 de agosto, 1888
Mi cabeza estaba en las nubes como siempre cuando escuché que tocaron la puerta haciendo que regresara a la realidad y que bajara las escaleras, al abrirla estaba Sirius parado sosteniendo una maleta.

—Sirius, ¿por qué tienes una maleta? —cuestioné.

—Empaca tus cosas lo más rápido posible, nos vamos. Ahora —replicó Sirius haciendo una señal con su mano. Asentí.

Subí a toda velocidad buscando mi maleta y las cosas que llevaría, sentía la adrenalina de que estaba haciendo algo que probablemente me metería en muchos problemas en los siguientes días que esté ausente. Termine de guardar mis cosas y al salir de mi habitación Jerry me vio con la maleta.

—¿A dónde vas? —preguntó como si fuera mi padre.

—Es complicado.

Salí de la casa después de que me esperara, mi mente seguía sin procesar lo que estaba sucediendo, haciendo que pensara que <<acaso manifesté este escape inconscientemente>>.

—Explícame que estamos haciendo.

—Vamos a escapar, sé que para ti aun no era el momento, pero he visto que has estado apagada y pensé...—pausó el chico y después me preguntó con una mirada curiosa—. ¿Estás lista para la mejor aventura de tu vida?

Mi mente quedó en blanco por unos segundos preguntándome si valdría la pena esto. Al final asentí como muestra de afirmación.
En ese momento tomó mi mano haciendo entender que esto estaba por comenzar y ambos empezamos a correr hacia la estación del tren.

—¿A dónde vamos a ir? —pregunté mirándolo algo curiosa.

—París ¿Qué dices? —propuso.

—Interesante.

—La ciudad del amor, iremos ahí —afirmó Sirius y asentí con una sonrisa.

Sirius
Después de haber subido me quede pensando en ciertas cosas, hasta que ella notó que me había ido a otra parte de mi mente.

—¿Qué tanto piensas? —pregunto Elizabeth mirándome algo curiosa y sacándome de mis pensamientos ingeniosos y reflexivos.

—No importa —conteste confundido por tan estúpida respuesta. ¿No puedo ser más ingenioso?

—Ajá —dijo no convencida.

Ella recargo su cabeza en la ventana y yo solo la miraba pensando en que se iba a pegar en la cabeza lo cual posiblemente me causaría algo de gracia.

—Se lo que estás pensando y sí te ríes posiblemente te del golpe que tanto te mereces Sirius —advirtió mirándome.

—Oye tranquila, ven, siéntate a un lado mío —propuse y ella negó.

La miré con el ceño fruncido y yo me senté a un lado de ella a lo cual ella se recargó en mi hombro.

—¿No qué no? —pregunté con un tono burlón.

Solo recibí una sonrisa departe de ella. Me quedé mirando la ventana mientras seguía con mis pensamientosreflexivos de la vida que posiblemente ya no los recuerde más tarde.

El Recuerdo De Elizabeth BerkshireWhere stories live. Discover now