Capitulo 6

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"Bienvenidos a Londres"

Me sorprendí cuando menciono sobre hacer un escape, aunque al decir verdad hace un par de años habías dicho que queríamos hacer un escape cuando fuéramos mayores, solo sentía que tal vez aún no era el momento indicado.

—¿Lo dices en serio? —le pregunté.

—Si —afirmó.

—Mira, me encanta la idea, pero siento que aún no es el momento —suspiré.

—Está bien, lo entiendo- dijo un poco cabizbajo.

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4 de agostó, 1888
Habían pasado tres días desde que Sirius propuso que hiciéramos el escape y me he estado sintiendo confundida con mis sentimientos por él, hemos sido buenos amigos y si realmente sentía algo por él o él por mí tenía miedo de que nuestra amistad se arruinara.
Estaba en mi habitación dibujando como siempre y dibujaba una escena producida por mi imaginación en la cual era un hombre y una mujer agarrados de la mano corriendo como si estuvieran escapando cuando mi padre abre la puerta que estaba entreabierta y entra.

—¿Ya empacaste tus cosas? —preguntó mi padre.

Mis ojos se abrieron como platos al recordar que el día de mañana iríamos a Londres y yo aún no había empacado nada.

—¡Lo he olvidado! —exclamé—. Deja lo hago en este instante.

Papá cerró la puerta y en ese instante inicie a sacar mi maleta y abrí mi armario agarrando un par de vestidos y un par de zapatos, también empaque mis útiles de dibujo al igual que mi cuaderno y un libro para leer en el camino.
Al finalizar terminé cansada, así que decidí dormir al instante, ya que mañana me levantaría temprano.

Al dormir tuve un sueño en el cual estaba en un salón grande con muchas personas y usaba un lindo vestido elegante de color verde que parecía verde limón. Justo en ese instante, aparece un joven de cabello rubio que parecía buscarme y decía que alguien me esperaba afuera. Asentí y fui directamente a donde me había dicho y lo vi a él, a Sirius que parecía esperarme y pedía mi mano para que bailara con él.

Después de eso escuché que mi padre abrió la puerta e hizo que despertara al instante.

—Elizabeth despierta —dijo mi padre mientras me tallaba los ojos.

—Cámbiate y bajas en diez minutos.

Hoy era el día, el día en el que iría a Londres a ese baile. Eran las siete de la mañana. Me levanté de mi cama y me arreglé lo más pronto posible, bajé de las escaleras con mi maleta dejándola en el primer escalón mientras me hacía una cola de caballo a pesar de mi cabello que era un poco corto. Iba directo a la cocina a comer una manzana y escuché que alguien bajaba las escaleras.

—Hola Elizabeth —saludó mi hermano —pensé que aún seguías dormida.

—¿Ya están listos? Tenemos que llegar a la estación y los Deloughrey esperan —dijo mi padre.

—Si— afirmamos los dos saliendo al instante de la casa.

Al salir vi un carruaje que la Sra. Deloughrey había alquilado estacionado frente a mi casa. Caminé hacia ellos saludando a mi mejor amigo y después, al resto, me senté a lado de él mientras Jerry se sentaba a lado de Rose.

—Hola Elizabeth —me saludó Sirius.

—Hola —saludé a todos. Ya todos nos habíamos subido al carruaje.

—¿Están todos listos? —preguntó la mujer y todos asentimos haciendo que el carruaje avanzara.

El recorrido no fue tan largo, al decir verdad estuvo genial. Gran parte del rato estuve apreciando el paisaje que había estado admirando, cosas como el cielo, las montañas, la luz del sol y los demás elementos de la naturaleza que podrían ser el escenario perfecto para usar mi imaginación y hacer una obra de arte desde la ventana del vagón en donde estábamos.
Al llegar a la estación de tren de Londres me sorprendí de lo diferente que era a mi ciudad natal. Ahora estamos en otro carruaje con dirección al lugar donde nos quedaríamos.

—Londres es tan lindo —comentó Jerry.

—Es tan lindo que desearía capturar este momento en una fotografía —agregué. Era algo que jamás olvidaría.

—Ya estamos llegando —dijo mi padre.

Llegamos al hotel en que nos íbamos a quedar estos tres días, al decir verdad no era muy grande el lugar. En el momento en el que entramos la Sra. Deloughrey y mi padre pidieron dos habitaciones, después de eso la mujer dijo lo siguiente.

—Hemos pedido dos habitaciones, en uno estarán los chicos y en el otro estaremos las chicas.

—Todos suban —habló mi padre.

Todos obedecimos y subimos las escaleras hasta que llegamos.

—Okay chicas, esta será nuestra habitación —nos dijo la Sra. Deloughrey a Rose y a mí—. Nos vemos al rato.

Entramos a la habitación y dejamos nuestras maletas en una esquina. Rose se lanzó a la cama haciendo que estuviera suave la cama.

—Elizabeth, lánzate es divertido —dijo Rose convenciéndome de que también hiciera lo mismo. Me lancé, pero me terminé golpeando la cabeza en la cabecera de la cama.

—Auch —me queje del dolor.

—¿Estás bien? —preguntó la rubia riéndose de mí. Asentí mientras nos sentábamos.

—Okay chicas iremos a comprar vestidos para mañana levántense —habló su madre.

Salimos del hotel caminando con dirección a un local de vestidos, en el camino también paseamos un poco por la ciudad que era completamente diferente a donde vivía. Cuando entramos vimos una gran variedad de vestidos lindos, era como si estuviera en el armario de una princesa.

—Hay que ver vestidos— dijo Rose tomando mi mano.

Caminamos por los pasillos en busca de uno que encontrará lindo.

—Mira este vestido —se lo mostré a Rose—. Se te veía perfecto en ti.

—Gracias por el cumplido, es hermoso— sonrió.

—Oye, ¿puedo decirte algo?

—Por supuesto dime.

Suspiró la chica de cabello rubio.

—Me gusta Jerry y quiero...  —me emocioné haciendo que la interrumpiera con mi emoción.

—Perdón —le dije—. Sabía que sentías algo por él.

Ella vio el vestido y yo, por otro lado, vi un vestido que parecía ser el vestido perfecto para mí. Rose le hablo a una mujer de la tercera edad para poder probarnos los vestidos.

—Disculpa, ¿sabe dónde nos lo podemos probar? —preguntó la chica.

Den vuelta a la izquierda —respondió la mujer.

Caminamos hacia los probadores, tuve que meterme con ella para poder ayudarle con el corsé.

—Oye, ¿que quieras decirme antes de que te interrumpiera? Lamento haberte interrumpido —cuestioné.

—Está bien, quería decirte que quiero usar un vestido que le guste a él y se enamore —habló Rose.

—Solo usa un vestido que te guste, además me parece tonto usar un vestido solo por aprobación masculina. Pienso que te ves hermosa en este vestido y si Jerry no pienso eso no es tu problema, es de él por no notar tu belleza.

Después de que Rose se probara su vestido en el cual se veía como una doncella, era mi turno de probarme el mío, cuando me lo puse me di cuenta de que ese vestido era idéntico al que había usado en mi sueño "Acaso ese sueño se haría realidad" pensé. La mamá de Rose nos vio y admiró los vestidos que traíamos puestos.

—Se ven hermosas.

Al final todas conseguimosvestidos. La Sra. Deloughrey compro uno de color blanco con rosa, Rose comprouno azul y blanco y yo uno verde con tonos claros.

El Recuerdo De Elizabeth BerkshireWo Geschichten leben. Entdecke jetzt