† Capítulo 07 | Maldito tramposo

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La calle se encontraba vacía, los comercios con un par de clientes en cada uno y las cervecerías más abarrotadas por hombres mayores que se dedicaban a fumar en la puerta a la espera de sus esposas. Mientras tanto, un par de jóvenes correteaba esas mismas calles entre risas y burlas, el mayor el último, rendido a la energía del más pequeño.

— No se vale, has ganado porque has hecho trampas, vas dando pasos de dos en dos —musitó en berrinche, negando con la cabeza y suspirando frustrado, Jimin negó tras reír un poco—. Que sí, que te he visto, no contradigas a tu mayor.

— No es culpa mía que tengas piernas de gallina, Yoon, mírate, apenas corriste un poco y ya no puedes con tu cuerpo —rió, Yoongi le miró mal desde su lugar.

Y es que la situación en sí era muy cómica, pues Yoongi ya reposaba su espalda entre respiraciones pesadas sobre el muro de piedra de una pared cualquiera, mientras Jimin se apoyaba en sus rodillas y le miraba divertido desde su lugar.

— Hagámoslo de nuevo —propuso el de cabello anaranjado, alzando una ceja—. Desde aquí a la esquina de la calle, quien gane invita a una cerveza al otro.

— Eres menor de edad, no puedes beber alcohol —le señaló con el dedo, Jimin rió divertido—. Al menos, no te dejaré hacerlo frente a mí.

— He hecho cosas peores siendo menor, Yoon —rió, relamiendo sus labios—. Pero debes cumplir con la promesa, es eso o quedarás como el perdedor nato de toda la ciudad.

Yoongi le observó con mirada filosa, refunfuñando bajito y asintiendo, colocándose recto para quedarse a su lado.

— Trato, pero será hasta la iglesia y quien gane será el mayor ganador de carreras del siglo —le apuntó con el dedo, Jimin asintió—. Tú das la salida, adelante.

Jimin sonrió mirándole, relamiendo sus labios y observando a su alrededor cauteloso antes de asentir despacio.

— ¿Listo? —Yoongi le miró atento, colocándose en buena posición para salir con más velocidad—. Preparado para correr en tres, dos, uno... ¡ya!

El más joven le dejó un par de segundos al mayor de ventaja, sonrió de lado travieso y cuando Yoongi volteó a verle con burla porque iba primero en la carrera, Jimin había desaparecido de su campo de visión. Casi se detuvo en mitad de la calle a buscarle con la mirada, pero de seguro que era alguna que otra trampa del menor para volver a ganarle, estaba seguro, él tenía que ganar la carrera esta vez.

Tomó una gran bocanada de aire y alzó su mentón para seguir corriendo en un aire de valentía y energía, mascullando bajo que jamás volvería a hacerlo. Corrió y corrió todo lo que sus piernas le permitían hasta llegar a la iglesia, donde encontró a Jimin sentado tranquilo en las escaleras de la misma.

Sus ojos se abrieron en demasía, frenando en seco con la respiración agitada mientras observaba la sonrisa burlona del otro chico frente a él, sus ojos desviándose lentamente hasta el callejón frente a la iglesia que conducía directamente hacia la calle en la que habían comenzado.

— ¡Eres un maldito tramposo! —Bufó enfadado, acercándose de brazos cruzados mientras el joven reía a carcajadas—. ¡Yo no me río, Park! ¡Te voy a golpear!

— Cuidado con ese vocabulario, Min, estás frente a una iglesia —le guiñó el ojo divertido, Yoongi suspiró frustrado y se acercó para tomar sus hombros y balancearle—. Sólo acepta tu derrota, perdedor.

Yoongi maldijo en voz baja, negando con la cabeza y caminando hacia la puerta de la iglesia sin decirle ni una sola palabra al más joven, refunfuñando bajo.

— Oh, vamos, Min —Jimin rió tras él, levantándose y siguiendo sus pasos para tratar de alcanzar su mano, la cual Yoongi apartó bruscamente—. Sólo fue una pequeña bromita de nada, no me hagas caso, ya sabes cómo soy.

My Only Fate † YOONMINWhere stories live. Discover now