🐾 44 🐾

747 37 2
                                    

Narra Isaac. 

El cielo estaba negro y sin estrellas. De nuevo ese maldito cielo sin estrellas. Ese cielo donde ahora estaba ella. Ese cielo al que ahora pertenecía el amor de mi vida. 

Sentía un nudo en la garganta. Las lágrimas no cesaban y la respiración me era entrecortada. 

Lloré aún más cuando tuve que cargar su cuerpo y subirlo hasta el camaro de Derek, el cual estaba impregnado en su olor. Los demás se habían quedado un rato en la escuela. Aiden también había muerto. 

— Te fuiste. Te fuiste cuando más te necesitaba — quité un mechón de su cabello marrón de su cara — Y no sabes cuanto te voy a extrañar — unas lágrimas cayeron en su blusa llena de sangre 

A los minutos, los demás subieron a sus autos y partimos al hospital.

Durante el camino fui hablándole. Como si aún pudiera escucharme, como si pudiera responderme, como si siguiera con vida. Y tal vez lo estaba.

— . . .Ahora no sé que haré. Tengo que decirle a tu padre que estás muerta. Tengo que ver como te entierran metros bajo tierra. Tengo que dormir solo. Tendré que hacer todo yo. Porque ya no te tengo a ti. Ya no tendré quien me lea, quien se ría de mis tonterías, ¿Quién va a intentar despertarme para ir a la escuela? ¿Quién me acompañará a Green Gables? ¿Quién ocupará tu lugar? ¿Quién me hará feliz? — golpeé el volante con fuerza y grité de rabia, de dolor, de miedo 

— Todo el tiempo haz estado conmigo... ¡Eras mi jodida ancla! —

— No puedo hacerlo sin ti... —  

Llegamos al hospital y la bajamos. Melissa fue quien nos atendió y al igual que nosotros lloró, gritó, se desahogó. 

Media hora más tarde el sheriff llegó. Apenas vio a su hija en la camilla y nos miró a nosotros. Bajamos la cabeza lentamente. 

— No. No, por favor — se acercó a la camilla y pegó su oreja a su pecho — ¿Por qué no respira? ¡¿Por qué?! — nadie dijo nada 

Stiles y Scott lloraban a más no poder. Lydia ni siquiera podía hablar. Así que tuve que hacerlo yo. 

— Porque murió — la voz se me cortó y un sollozo salió — Ella nos salvó y no sabemos si podremos salvarla a ella — el alguacil negó 

— Si esto es una broma, les juro que... — se calló al ver como Stiles lloraba tan fuerte que algunos doctores fueron a ver qué pasaba 

— No es una broma, papá. Ella está muriendo o ya lo hizo. — fue lo único que dijo desde la escuela

El sheriff se soltó a llorar, después golpeó una mesa. 

— ¡¿Por qué no hicieron nada?! — 

— No nos dejó... — mis ojos se volvieron a llenar de lagrimas al recordar que murió en mis brazos

— Es mi hija... Mi pequeña — 

— También es mi hermana. Mi hermanita — los dos se colocaron a su lado — Y lo hizo: me dijo la parte que, cuando teníamos 8 años, nos dijimos que diríamos si uno estaba a punto de morir. Me dijo "hermano" — 

— Era mi mejor amiga. Mi hermana. Y ahora ya no está y no logré hacer nada. — 

— Scott, no te culpes así. — intenté decir 

— No. ¡Pude haber hecho algo! Morderla, qué se yo, pero no pude hacerlo — Derek entró por la puerta y por su expresión, sabíamos que había llorado antes de entrar 

— ¿Entonces está...? — 

— Aún no — dijo Melissa ante el silencio de todos 

 — ¿Y por qué está aquí entonces? Debemos llevarla a otro lugar —

— Porque la daga no le dio en el corazón. Fue más retirado. Creemos que aún hay esperanza. Además de que no está en condición de viajar — 

— Pero Melissa acaba de decir que... — fulminamos a Derek con la mirada 

— Hay una pequeña posibilidad, pero cuando desconectemos los cables... — 

— Morirá. Definitivamente — 

~●~

Pasamos el resto de la noche allí. Cada uno en su mundo. Nadie dijo nada más. Stiles no se separó de la camilla y el sheriff tampoco. Ambos lloraban y maldecían. Stiles no dejaba de decir que había sido su culpa. 

Yo no dormí, porque cada vez que cerraba los ojos la veía. Veía su sonrisa, la veía acostada leyendo, yendo de allá hacia acá como un tornado. La veía viva. Y me dolía. 

— Te amo. — murmuré a la mañana siguiente antes de darle un beso y salir por el almuerzo de todos. 

La escuela se había suspendido unos días. Casi toda la escuela había ido durante el día a verla. Unos decían que ya había muerto y que intentábamos encubrir su muerte, otros que estaría bien y los demás solo lloraban. Yo no quise pensar nada por ahora. Solo quería concentrarme en ella.

La extrañábamos y ya nada sería como antes sin ella.   

Su padre estaba destrozado, su hermano igual, su mejor amigo se culpaba al igual que su hermano, su mejor amiga no dejaba de llorar y lamentarse ¿y yo? Yo no podía hacerme a la idea de que se había ido. De que se estaba yendo. No lo lograba. Quería creer que ya había pasado. Quería despertar del sueño y verla acostada a mi lado, dormida mientras me empujaba e intentaba quitarme la sábana.
Pero sabía que era una realidad diferente, una donde ella sonreía mientras me empujaba intentando derribarme, una donde le ganaba en el lacrosse, una donde ella y Stiles descifraban todos los misterios. Una realidad alterna muy bonita y lejana. Una donde podíamos ser felices juntos.

Entonces me azotó la duda. ¿Qué hubiera pasado si la hubiera conocido en otro momento? ¿En otra realidad? Una donde no supiéramos acerca de lo sobrenatural. ¿Hubiéramos sido felices? ¿Tendríamos esa casa en el bosque? Solo los dos...

Dolía. Dolía incluso más que la muerte de mi padre y hermano.

Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora