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Cuando desperté, aún estaba en una ambulancia y papá estaba a mi lado con una libreta de notas. 

— Papá — lo llamé en voz baja 

— No te muevas, ________ — me volvió a recostar 

— Estoy bien. Quiero encontrar a Stiles — hice un ademán de levantarme, pero me volvió a recostar 

— Lo sé. Ya tengo un equipo buscándolo — se giró hacia una persona que llegó 

— ¿Cómo sigue? — reconocí la voz de Isaac al lado de la ambulancia 

— Bien, ya despertó. — las cosas aún daban vueltas y me era difícil acostumbrarme a tantos colores — Iré a pasar el reporte. Si lo ves... — 

— Lo llamaré, si — papá le dedico una sonrisa y se fue 

— Normalmente haría una broma de eso, pero no tengo ánimos — Isaac se sentó a mi lado, estaba serio muy serio — ¿Qué pasa? — 

— Eso debería preguntarte yo a ti — dejó un zapato de Stiles a su lado — ¿Tienes ataques de... ¿cómo se llaman? — 

— Ataques de pánico — me acomodé uno de los cables conectados a mis venas 

— Scott me explicó, ¿por qué no me lo dijiste? — 

— Porque no es fácil. No puedo andar por allí diciendo que tengo ataques de pánico. No me gusta — evité su mirada 

— Pero se ve que es grave — 

— No es para tanto — dije aún mareada 

— ¿Por qué los tienes? — su pregunta causó escalofríos en todo mi cuerpo — No te estoy presionando, solo quiero que estés bien — 

Me tardé en responder, no quería decirlo. 

— Por mi madre — me vi diciendo luego de decirme a mi misma que no 

— ¿Tu madre? — 

— El día que murió Stiles y yo los tuvimos, solo que a él se le pasaron con el tiempo, a mi no. Seguí con ellos. Tranquilo — agregué al ver su cara — Antes era peor — 

— ¿Peor? — se sobresaltó — ¿Peor que esto? — señaló los tubos conectados a mis venas

— No está tan mal. Con el tiempo te acostumbras — murmuré tristemente 

— No deberías hacerlo. No deberías acostumbrarte a sentirte así, a tener que pasar por esto. Esos tubos conectados a tu venas con suero, no tienes porque pasarlo — me tomó de la mano y me miro de forma cálida 

— Stiles y Lydia me ayudaban a pasarlos, pero ninguno está aquí. — 

— Pues estás de suerte. Ahora estoy yo aquí. No dejaré que te vuelva a pasar — lo miré como si estuviera diciendo una estupidez completa

— Esto no es algo que se controle o se quite así de fácil. Tiene sus consecuencias y riesgos — 

— Entonces estoy dispuesto a tomarlos — Scott llegó en ese momento 

— Vámonos, Isaac — me miró con sorpresa — Despertaste, ¿cómo te sientes? — 

— Me siento lista para ir a buscar a mi hermano — 

— De eso nada — dijeron al mismo tiempo — Tu te quedas — 

— Saben que aún así me iré, ¿verdad? Así que, o me llevan y ustedes me cuidan o esperan a que me vaya sola — me senté cruzada de brazos 

Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]Where stories live. Discover now