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Pasamos el fin de semana intentando descubrir algo nuevo, pero nada. Mi cerebro estaba al borde del colapso. 

Debimos quedarnos en México. 

Sí, definitivamente sí. 

El lunes por la mañana, la alarma sonó por quinta vez. Me levanté como zombie mientras iba a mi armario. 

Quiero morir. 

¿En serio? Porque puedes salir y...

Era retórico. 

Una vez que estuve lista, esperé a Isaac. Nos iríamos juntos. 

— Al fin apareces — me tomó de la cintura y me dio un corto beso 

— Hoy es mi primer día de escuela. — tomé las llaves del Jeep y ambos subimos 

— No se como eso te alegra. Yo en tu lugar dormiría todo el día — dije dramáticamente mientras pasamos una curva 

— Porque tu eres un cerebrito. Solo vas a la escuela porque te obligan — 

— Exacto. — me sonrió al momento que se agarró del asiento cuando aceleré 

— Más lento, por favor — 

— Eres un hombre lobo. No te vas a morir —

— Aún sigue en pie la propuesta para que también lo seas — 

— ¿Con esta manada de lobos alfas aquí? Si, creo que esperaré un poco — 

Una vez que llegamos a la escuela lo acompañé hasta los vestidores de hombres. 

— . . . ¡No debes de jugar con los sentimientos así de un hombre! ¡No es agradable, Danny! — fue lo primero que escuché al entrar  

¿De qué hablaba Stiles?

— Señor Isaac, estoy feliz de tenerlo de regreso. No contento de que llegue tarde —

— Lo siento, entrenador — estuve a punto de irme cuando el entrenador se fijó en mí  

— Y a usted también, Stilinski — le sonreí mientras veía a los chicos

— Yo ya me iba — 

Sinceramente no me apetecía ver a nadie desnudo del equipo de lacrosse. 

— ¿Si? Pues a ustedes también les toca correr hoy — gruñí mientras iba al vestidor de chicas a cambiarme  

Vamos con Lydia. 

Ojalá fuera así de fácil. 

Una vez que estuvimos fuera, el entrenador nos hizo correr por todo el bosque. La caminata se vio interrumpida al ver a Scott corriendo hacia donde yo estaba. 

Que raro que Isaac no estuviera aquí. 

— ________, ¿y Isaac? — 

— ¿No estaba contigo? — 

— No... — y se quedó mirando un punto fijo — Fue tras ellos — 

— ¿Qué? ¿Tras quién? — pregunté

— Cree que sabe quienes lo atacaron — 

— ¿Y son ellos realmente? — 

— Puede ser. Ven, súbete — me subí a su espalda sin comprender nada 

Al instante me arrepentí. Casi morí. Scott iba a una velocidad para nada propia de una persona. 

— Nunca volvamos a hacer eso — me bajé con el cuerpo temblando 

Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]Where stories live. Discover now