Cielo Sin Estrellas [Isaac Lahey y tu]

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— Gracias, Danny. Te debo una — bajé de su auto y entré al departamento de Derek

Subí corriendo las escaleras. 

— . . .¿Y? Te lo dijeron, ¿verdad? — me detuve al lado de la puerta

— ¿Decir qué? — pregunté una vez que llegué al lado de Stiles

— ¿Qué yo me llevé a las personas? — Scott me colocó detrás de él

— Le dijimos que eres la que los ha matado —

— Ah, por supuesto, ¿cometo sacrificios humanos? — respondió con ironía — ¿Les corto el cuello? Sí, probablemente lo hago durante el almuerzo, así puedo volver a dar clases de inglés el resto del día. Eso tiene mucho sentido —

— ¿En dónde está mi papá? —pregunté con la voz rota

— ¿Cómo voy a saberlo? — Derek tenía la mirada fija en un solo punto — Derek... dime que no crees todo esto —

Al fin nos miró, pero no me convenció para nada como lo hizo. 

— ¿Sabes que le pasó al padre de Stiles y ________? —

— No —

— Entonces pregúntale por qué casi mata a Lydia — intervine

— ¿Lydia Martin? No sé nada sobre eso — Scott me jaló del brazo cuando hice un ademán de lanzarme sobre ella

— ¿Qué es lo que sabes? —preguntó de nuevo 

— Sé que estos jóvenes, por alguna razón extraña, están llenado tu cabeza con historias absurdas, pero no pueden comprobar nada, de hecho —

— ¿Si? Pues estos jóvenes lo conocen antes que tú y mucho mejor —

— Además, si podemos probarlo — Scott sacó un frasco con... muérdago

— ¿Qué es eso? —

— Mi jefe me dijo que es veneno y cura a la vez — dio unos pasos hacia adelante sin dejar de mirar a Jennifer — Lo que significa que puedes usarlo y puede ser usado en tu contra —

Scott lanzó el tarro de muérdago a Jennifer. Al momento el polvo la cubrió y apareció en su jugar una cara cortada y pálida. Derek entreabrió los labios sorprendido.

Intentó escapar, pero Derek la sostuvo con fuerza.

— Derek, ¡espera, espera! Me necesitas — intentó zafarse del agarre de Derek de su cuello

— ¿Qué eres? —

— La única capaz de curar a tu hermana. Llama a Peter, ¡Llámalo! —

Eso hizo, lo llamó. Y si, al parecer Cora estaba muy mal, pero eso no lo detuvo, sujetó con más fuerza su cuello, casi asfixiándola.

Mátala

— Derek... ¿Qué estás haciendo? — intervino Scott

— Su vida está en mis manos — la alzó

Yo no pensaba intervenir, que la matara si quería, pero Stiles no tenía los mismos planes, ya que se acercó decido a él

— Detente. ¡Derek, ya basta! —

— Stilinski... nunca lo encontrarán — los ojos se cristalizaron

— Derek... — no hubo respuesta — ¡Derek! — y al fin la soltó

— Así es. Me necesitan. Todos ustedes — apreté los puños llena de furia impotente

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