26. El plan casi perfecto

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Voltee observando al chico que salió del pasillo, sus ojos grises fijos en mí.

Alfredo.

A juzgar por su familiaridad con ellos, no venía a rescatarme, sino que era parte de esto.

—¿Por qué? —susurré sintiendo el terror invadirme.

—¿De verdad vas a preguntar eso? —dijo Alfredo girando los ojos.

—Sí —insistí, de todas las personas... nunca lo hubiera imaginado a él hacerme esto.

—Es fácil —dijo Antonietta—, tu estorbas para que Ramson y yo estemos juntos, y Alfredo dice que si no estas con él, no estarás con nadie.

¿Qué?

¿En serio esto era una especie de confabulación secreta para separarnos?

—Te di varias oportunidades —dijo Alfredo—, casi salvaste tu vida si hubieras dejado a ese hijo de puta de Ramson, pero a la mierda, no lo hiciste.

Mire a Maximillon, él parecía un poco culpable viéndome.

—Lo siento —dijo Maximillon.

—Pero si me besaste —dije con la doble intención que Alfredo escuchara—, creí...

—¿La besaste? —interrumpió Alfredo empujando a Maximillon tal y como sabia que iba a reaccionar.

Alfredo era muy posesivo; cuando estuvimos juntos siempre fue así.

—Pero si me ayudaste —continue mirando a Maximillon— los zarcillos de tu abuela, los consejos, los...

Antonietta comenzó a reírse.

—Una abuela que no existe —dijo Antonietta— todo fue un montaje, unos zarcillos que usamos para que aparecieran en cada sitio a donde ibas y volverte loca, ¿Por qué crees que convenientemente estábamos cerca cuando aparecían esos zarcillos?

¿Entonces todo era un plan?

—¿Tanto necesitabas ese dinero? —Le dije a Maximillon, él no apartaba su rostro culpable él iba a responderme, pero Alfredo lo interrumpió diciendo:

—No le hables, pasaste la línea al tocarla.

—Dijiste que hiciera lo que hiciera falta —le refutó Maximillon pareciendo ahora alterado—, a mí no me amenaces.

Alfredo sacó un arma haciendo que el retrocediera.

Mierda.

—A ver —dijo Maximillon en burla—, dispara.

Alfredo dudo, peo seguidamente le disparó tres veces a la cabeza sin ni siquiera dudar.

¿Qué mier...?

Me quedé en shock sosteniendo mi barriga como si pudiera protegerla, observando con atrocidad lo que estaba pasando.

Alfredo, el hombre con el que pensé en casarme, el que fue mi mejor amigo durante muchos años, el que pensé que jamás me haría daño, había matado a alguien frente a mí.

Al parecer nunca lo conocí realmente.

De repente Alfredo se volteó hacia Antonietta apuntándola con el arma y le dijo:

—Mantente lejos de Paola.

Antonietta se paró como un resorte mirando a Alfredo.

—Pero... —musitó y entonces Alfredo disparó a una de sus piernas.

—¡Ay! —gritó cayéndose— ¡¿pero que mierda?!

—Me estorbas ya —dijo Alfredo.

—Te ayudé a intentar separarlos —dijo Antonietta.

—Pero ya ves que no funcionó —se limitó a decir Alfredo, no podía ver expresión alguna en él cuando entonces le disparó al pecho ocasionando su muerte.

Estaba temblando.

—Alfredo —susurré—, no te reconozco.

Él se volteó hacia mí lentamente.

—Ni lo harás —dijo—, morí el día en que me rompiste el corazón y mis planes contigo.

De repente se escucharon las sirenas policías llegar.

—Ya llegaron Alfredo —dije— ni al caso, tendrás que entregarte.

Se agachó de modo que quedó a mi altura y fijó su mirada vacía en la mía para decir:

—Morirás conmigo.

«Piensa Paola, no es tu vida, es la de tu bebé».

Necesitaba pensar algo rápido, pero ¿qué?

—¿Hacemos lo de la cuenta de tres? —pregunté casi sin aliento.

Era algo que hacíamos cuando no queríamos ingerir algo que sabia muy feo, como una dieta, medicamentos o un helado caducado, simplemente decíamos a la cuenta de 3 y lo hacíamos al mismo tiempo.

Alfredo pareció recordarlo, su mirada brillando.

—Vale —dijo, sus ojos pareciendo recordar ese momento en el que éramos solo nosotros.

¿Cómo no pude darme cuenta antes de lo loco que estaba? o más bien... ¿en qué momento enloqueció?

—Okey —dije—, ¿tienes otra arma?

Alfredo sonrió.

—Sí —dijo orgulloso sacándola de su pantalón y me la tendió quitándole el seguro.

—¡POLICIA ABRA LA PUERTA!

Se escuchó.

—Hey, mirame —le dije a Alfredo para acaparar su atención, él estaba temblando cuando puso el arma en su sien y yo también la puse a un costado de mi cabeza.

—¡VAMOS A ABRIR LA PUERTA!

No podía dejar de temblar.

—3 —dijo Alfredo comenzando el conteo.

—2 —murmuré sintiendo las lagrimas deslizarse por mis mejillas

—1 —dijo Alfredo y entonces, disparó.

Lo vi caer frente a mí y yo lancé mi pistola al piso justo cuando la policía derrumbó la puerta.

Alfredo confiaba tanto en mí que realmente creyó que lo haría con él.

Pobrecito.

Ahí estaba yo, en un rincón llorando histérica con 3 cadáveres a mi alrededor. Mi cabeza sintiendo una horrible presión cuando vi a la policía venir hacia mí y no pude mantenerme consiente.

Todo olía a sangre, miré mis manos, estaba sangrando por la nariz, veía muchas sombras, veía oscuridad, creo haber visto a Ramson pero no estaba segura.

Solo me desmayé.

¡Él se metió a mi Wattpad! (Libro 1y2) [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora