Capítulo 30. Ver películas cursis aun cuando las deteste.

3.6K 436 120
                                    

Me dejo llevar por el beso. Envuelvo mis manos brazos alrededor de su cuello, una de sus manos abandona mi rostro y recorre por mi brazo provocando una onda eléctrica en mi interior, se coloca en mi cintura y tira de mi cuerpo al suyo, siento que encajamos a la perfección.

Sus labios son suaves y cálidos que podría besarlo todo el resto de la noche. Se siente como la primera vez que me besó justo aquí, afuera de mi casa.

Su lengua roza la mía y nuestro beso se vuelve ardiente, sin embargo, no pierde la ternura con la que Oliver me besa y atrae a él.

—Oliver.

Pronuncio su nombre cuando los dos nos separamos. Nuestras respiraciones son entrecortadas por la intensidad de nuestro beso y pensar en él me hace esbozar una diminuta sonrisa.

─Yo... ─percibo una pizca de inseguridad en él, está esperando cualquier reacción negativa de mi parte, tiene el ceño ligeramente fruncido─. Lo sien...

No le doy tiempo de terminar porque no quiero que se disculpe por besarme de aquella manera, vuelvo a besarlo y sus labios me aceptan nuevamente, no perdemos el control como la primera vez pues es mucho más tranquilo y dulce. Cuando vuelvo a apartarme de él, sus ojos no abandonan los míos.

Los dos tenemos la mente en blanco, no sabemos que decir exactamente y siendo sincera, no sé me ocurre qué decir en estos momentos, solo puedo pensar en que quiero volver a besarlo una y otra vez no por el hecho de que me guste el sabor de su boca o la manera en que me besa sino porque la sensación que le produce en mi cuerpo me hace sentir bien, me hace sentir como si tuviera fuegos artificiales en mi interior o fuera una especie de tormenta que se lleva todo a su paso.

─Buenas noches.

Es lo primero que se me ocurre con mi corazón latiendo a mil por segundo, Oliver se lleva las manos a los bolsillos de su pantalón, se queda mirándome fijamente por unos instantes y después asiente un par de veces.

─Buenas noches, Em.

Me marcho antes de que pueda decir algo más, está vez no miro por la ventana si su auto se ha ido porque subo directo a mi habitación, sin embargo, me encuentro a Chris antes de entrar a mi habitación, su ceño se frunce, tal vez es porque debo de tener una expresión confusa, ya se sabe que no soy buena ocultando mis emociones.

─¿Pasa algo?

Pregunta curioso y niego.

─No, nada.

Miento porque pasa de todo.

─¿Segura?

Asiento frenéticamente.

─Estoy un poco cansada.

Lo conozco bien y no quiero que me insista en el tema así que suelto un bostezo seguido de otro.

─Bien, duerme bien.

Es lo único que me dice y doy un asentimiento, me apresuro a abrir mi habitación, pero Chris vuelve a hablar.

─¿Sí?

Inquiero.

─¿Dónde estabas?

─Rebecca y Jade vinieron a buscarme.

Sé que está mal mentirle y no debería hacerlo, pero no quiero decir que he estado con Oliver, quiero que este día se quede solo entre mis recuerdos, sobre todo esta noche, quiero compartirla con nadie más.

─Okay.

─Descansa.

Entro a mi habitación antes de que me pregunte a dónde fui y más cosas que no quiero inventar, le pongo seguro a la puerta y me toma un tiempo buscar mi pijama e irme a la cama.

Todo lo que quiero eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora