Capítulo 11. Besos suaves.

7.5K 737 300
                                    

No pregunto hacia dónde vamos y dejo que Oliver conduzca en silencio, me parece que vamos sin rumbo por un tiempo y cuando subimos a una colina a las afueras de la ciudad, me veo frunciendo el ceño pero no digo nada, decido continuar quedándome callada, Oliver apaga el motor de su auto y se apresura a salir de él, lo imito y por fin lo cuestiono cuando los dos nos vemos subiendo la montaña en la que nos encontramos.

—¿Qué hacemos aquí? —lo cuestiono y él no dice nada, veo que me da una vaga mirada y continúa caminando, un bufido sale de mí pero continúo subiendo la montaña.

Al llegar a la cima, Oliver me ofrece una mano que no dudo aceptar para poder subir a la roca por la que pasamos, estoy por quejarme y decirle que es una locura que hayamos conducido hasta aquí y no me haya dicho nada, pero cuando observo la vista de la ciudad desde aquí, me quedo callada.

—¿Por qué hemos venido aquí? —vuelvo a insistir en el tema, Oliver me ofrece una media sonrisa.

—¿Por qué tienes qué preguntar por todo?

—Oliver...

—Emilie...

—Vamos, quiero una respuesta.

Él suspira y camina hacia una enorme roca donde toma asiento y decido sentarme a su lado, su mirada está fija en la ciudad.

—Porque he querido traerte aquí.

—¿Así nomás?

—Así nomás.

Repite.

—Esa no es una respuesta.

—Sí que lo es.

—No lo creo.

—Está bien —dice resignado—. Éste no es un lugar especial ni nada por el estilo pero se me ha ocurrido de último momento, siempre damos paseos por la ciudad, me apetecía algo diferente.

Bueno, esto si que es algo diferente. Pienso.

—Es lindo —concluyo observando la hermosa vista que ambos tenemos, siento su mirada fija en mí y responde tiempo más tarde.

—Sí que lo es.

—¿Sueles venir seguido?

—No.

—Tampoco eres la primera chica que viene aquí conmigo —comenta y me hace mirarlo—. Jacob, Allison y yo solemos venir aquí todo el tiempo desde que somos amigos.

—Vaya, eso es... agradable, sobre todo que aclares que no soy la primera chica que ha venido aquí contigo antes.

—Ya sabes, los clichés no van conmigo.

Cuenta.

—Ni el romanticismo.

Digo y me da un empujoncito con su hombre, no puedo evitar reírme.

—Bueno, tú tampoco eres romántica que digamos.

Se encoge de hombros para restarle importancia, de nuevo posa su vista al frente y me quedo observandolo por unos largos segundos.

—¿Cómo estás tan seguro de eso?

—Te conozco bien, Emilie.

—Las personas cambian, Oliver, ¿no crees que yo lo hice estos meses que estuviste fuera?

Decido preguntar, ganándome una mirada suya.

—Por supuesto.

Responde con gran seriedad que me hace quedarme callada, la forma repentina en la que comienza a mirarme me hace sentir un poco incómoda y tengo las ganas de desvíar mi mirada de la suya, sin embargo, se la sostengo por más tiempo.

Todo lo que quiero eres túWhere stories live. Discover now