♡ EPÍLOGO ♡

955 101 90
                                    

Emma.

Aún sigo parada en mi sitio, sin mover ni un sólo músculo.

Tristhan...

Es él, está aquí, ahora, justo en frente de mí.

—¿Sorprendida? —pregunta con un tono sarcástico.

—¿Qué haces tú aquí? —me lleno de valor y soy directa.

—Me quedé esperando mi invitación y al ver que no llegó quise venir a preguntarte por qué.

—Déjate de estupideces que no estoy para chistes y dime cómo supiste que iba a estar aquí.

—Quizás te seguí —Se encoge de hombros.

—¿Desde cuándo?

—Desde que saliste de la casa de tu novio —pronuncia sus últimas palabras con lentitud y precisión como si le molestara decirlas.

Cierro mis ojos por un segundo y me lo tomo para respirar profundo —Dios, ¿Y tú cómo supiste que yo estaba ahí?

—Esos son datos que no estoy dispuesto a decirte así que no pierdas el tiempo haciendo más preguntas tontas.

Se pone de pie y me hace parecer una tonta mientras aún me sorprendo por su altura. Trago saliva a la vez que lo veo acercarse a mí y con un movimiento involuntario de mi cuerpo hago que se detenga.

—No, no lo hagas... No te acerques —pronuncio en casi un susurro aprovechando que el haber levantado la palma de mi mano lo hizo detenerse.

—¿Por qué tiemblas, Jordan? Yo sólo quiero hablar contigo.

—¡No! ¡No! ¡Tú no quieres hablar, tú lo que quieres es arruinar todo lo que me ha costado mantener en secreto y no lo vas a lograr ¿Me estás escuchando bien? No lo vas a lograr porque te vas a ir.

—No me iré a ningún lado sin antes haber hecho a lo que vine, así que desiste de esa idea.

—Max—

Quise continuar hablando pero me interrumpió con una voz demandante:

—No vuelvas a repetir ese nombre, yo no me llamó así.

Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas por la impotencia y una voz aguda y prácticamente en un susurro le digo:

—Tristhan, por favor no lo hagas, no lo arruines.

—¿Arruinar? ¿Es acaso así cómo llamas haber desmentido el matrimonio perfecto de tus padres?

Me deja boquiabierta.

—¿Qué sabes tú de eso?

—Ya te dije que no iba a responder a ninguna de las preguntas irrelevantes de cómo sé las cosas.

—Es mi vida privada, idiota. ¿Cómo carajos sabes todo esto?

Sonríe torcidamente —Jordan, tu vida puede ser de todo menos privada.

—Aún así no tienes ninguna manera de cómo saber esas cosas.

—Yo sé todo de las cosas que me importan.

—¿Ahora resulta que soy una "cosa" también?

—Eres más que eso y lo sabes. Pero por si te quedan dudas, quédate con que vine de Madrid a México para ver a la persona que amo a punto de casarse con otro porque no quiero que siga viviendo una mentira.

—¿De qué hablas ahora?

Pone sobre la mesa de cristal una carpeta.

—Adelante es para ti.

Remember Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora