CAPÍTULO 25:

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Capítulo 25: La indicada.

Emma.

—Bien, repasemos todo por última vez.

—De acuerdo.

—¿Dos pasteles grandes de chocolate y frutilla, más uno pequeño de dos capas de vainilla?

—Sí y asegúrate de que el de vainilla no lo toque nadie, ya que será un postre sólo para nosotros.

—Entendido —Escribe lo que le dije en su libreta—. Cuatro mesas, de dos sillas cada una y una especial para los novios.

—Así es y asegúrate de que los puestos tengan el nombre de quienes los van a ocupar.

—No se preocupe por eso, señorita. Hablando de nombres, le volveré a repetir la lista de los invitados: Los señores Jordan, Los señores Reiss, su madre y hermana, Rosy y la señorita Lesley.

—Elimina a Jaime Jordan de esa lista, ellos no vendrán a este evento privado.

—Lo lamento, señorita pero su novio, Alex los ha incluído en la lista y precisamente ayer su padre me llamó para decirme que le queda estrictamente prohibido sacarlo de la lista de invitados.

Respiro hondo mientras proceso toda la información y me levanto de la silla.

—Estoy muy agotada, seguiremos luego con esto.

Me marcho del salón sin decir ni una sola palabra más y me dirijo a mi recamara.

—Oiga usted, señorita de mejillas coloradas, ¿A dónde cree que va sin antes haber escogido su vestido de novia?

La dulce voz de quien me habla me hace sonreír y voltear para verla.

—¿Ya enviaron las opciones?

Melina, la hermana pequeña de Alex asiente con la cabeza mientras me da una sonrisa —Y no me vas a decir que no puedes ahora porque me prometiste que los veríamos juntas, así que vamos —Me toma de la mano y me arrastra con ella.

Vemos varios vestidos de novia que nos ofrece una boutique hasta que finalmente me decido por uno largo y un poco fuera de mi zona de confort pero igualmente hermoso.

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Pasé el resto de los días organizando todos los preparativos junto a mi novio y ¡Dios! Esto sólo será una fiesta reservada e íntima, no me quiero ni imaginar una boda grande y sofisticada como en las novelas.

Froto mi rostro con agua para retirar el jabón, lo seco y me decido a salir del baño para darme el susto de mi vida al ver a Colex sentado en uno de los muebles de la habitación.

—¿Qué quieres?

—Hablar, claramente.

Volteó los ojos y me siento en frente suyo en otro mueble.

—¿Y entonces?

—¿Tú estás segura de lo que estás haciendo?

—¿A qué re refieres?

—¿Que si tú estás completamente segura de que quieres casarte con mi hermano?

Río hipócritamente —Si no lo estuviera, no lo haría ¿No?

Sonríe y se queda en silencio por un minuto, pensando en si soltar o no lo que se le pasa por su retorcido cerebro.

Remember Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora