CAPÍTULO 20:

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Capítulo 20: Nadie dijo.

Emma.

—¿Estás segura de lo que me estas diciendo? —me vuelve a preguntar mi novio.

—Que sí.

—No te creo.

Respiro hondo —Es la verdad, tienes que creerme.

No es cierto.

Hasta ahora no le he dicho nada más que mentiras.

—¿Pero por qué él tenía tu teléfono?

—No lo tenía él, lo tenía Lucía y entonces él lo tomó —miento.

—¿Y para qué tú le das tu teléfono a ella?

—Para que llamara a sus papás. El suyo se quedó sin batería —vuelvo a mentir.

—¿Y por qué él no le prestó el suyo? —me vuelve a preguntar, pendiente a cada uno de mis movimientos esperándo a que falle y empiece a decir la verdad.

No me está creyendo ni un poco.

¿Y ahora qué le digo? ¿¡Qué hago!?

Como si fuese obra del destino para que no responda, Lucía toca la puerta de mi habitación antes de asomar la cabeza dentro.

—Hola, Emm. ¿Estás ocupada?

—Sí, sí lo está —responde Alex por mí.

Ay Dios mío, ayúdame.

—Creo que eso debería de decírmelo ella, no tú.

Él sonríe falsamente —Llevamos meses sin vernos y estámos teniendo una conversación importante, vete.

Me carraspeo la garganta —Alex, no le hables así.

Lucía me mira y respira hondo —Bueno, yo sólo vine porque quería hablar contigo.

—Está bien, podemos hablar ahora.

Asiente y camina para sentarse a mi lado sobre la cama. Miro a mi novio y él aún permanece de pie en el mismo sitio fulminando con la mirada a mi amiga hasta que la fija en mí.

—¿Es en serio?

—Tenémos el resto del día para hablar y a ella no la veo hace una semana.

—Y a mí no me veías hace diez meses pero okay. Quédate hablando con ella —responde enojado.

Abro la boca para decirle algo pero antes sale de la habitación y tira la puerta. Me quedé mirando por donde se marchó hasta que Lucía habló:

—¿Te salvé de un apuro o te busqué un problema?

Suelto una respiración pesada —Ambas.

—Lo siento —susurra—. Y de nada —Me hace reír.

—No te preocupes, no pasa nada, él está enfadado desde que habló con Max.

—¿Qué te ha dicho?

—Quiere saber el porqué de él tener mi teléfono. Le dije que lo tenías tú y que él lo tomo pero no me cree del todo.

Suspira —¿Crees que sospeche algo?

—Creo que sí —respondo en voz baja con la voz entrecortada y el sentimiento de culpa presente en mis palabras.

—Ay Emm, no te pongas así, ven acá —Toma mi rostro y me hace apoyar mi mejilla en su pecho.

Suelto un sollozo —No quiero perderlo, Lu. Él tiene una actitud fuerte pero es de buen corazón y sé que me ama de la misma manera en que lo hago yo.

Remember Me ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora